Este sábado, Rusia impuso un amplio régimen de seguridad en las regiones fronterizas de Bélgorod, Briansk y Kursk, en respuesta al mayor ataque ucraniano en territorio ruso desde el inicio de la guerra en 2022. Moscú ha desplegado tropas adicionales, incluyendo tanques, lanzacohetes y unidades de aviación, para contener la ofensiva ucraniana.
El Comité Nacional Antiterrorista ruso informó que se lanzaron "operaciones antiterroristas" en las mencionadas regiones para "garantizar la seguridad de los ciudadanos y suprimir la amenaza de actos terroristas llevados a cabo por grupos de sabotaje del enemigo".
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Este movimiento otorga a las fuerzas de seguridad y al ejército poderes de emergencia bajo la legislación rusa.
El ataque comenzó el pasado martes, cuando unidades ucranianas irrumpieron en la región de Kursk, avanzando varios kilómetros dentro del territorio ruso, según analistas independientes.
Esta incursión representa un intento "sin precedentes" por parte de Ucrania para desestabilizar varias regiones de Rusia, según el Comité Nacional Antiterrorista.
Aunque los dirigentes ucranianos han mantenido silencio sobre la operación, Estados Unidos, uno de los principales aliados de Kiev, ha declarado no haber sido informado sobre esta incursión.
Este desarrollo subraya la creciente escalada del conflicto, con Rusia intensificando sus esfuerzos por proteger sus fronteras mientras enfrenta ataques directos en su territorio.
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