La noche de este jueves 22 de agosto, en un evento que será transmitido en horario de máxima audiencia por las principales cadenas de televisión estadounidenses, la vicepresidenta Kamala Harris pronunciará su esperado discurso para aceptar la nominación demócrata a la presidencia de Estados Unidos. El acto tendrá lugar durante la convención del partido en Chicago y culminará con la tradicional lluvia de globos y confeti, un momento emblemático en la política estadounidense.
En su discurso, Harris buscará definirse ante los votantes narrando su historia personal y destacando su trayectoria profesional. Criada por una madre trabajadora en Oakland y Berkeley, California, en un barrio de clase media, Harris intentará conectar con la clase media estadounidense al demostrar que conoce de primera mano los desafíos que enfrentan.
Además, relatará su experiencia como fiscal, donde protegió a los más vulnerables, desde víctimas de abusos sexuales hasta propietarios afectados por la crisis hipotecaria. Su carrera, que incluye haber sido fiscal de distrito en San Francisco y fiscal general de California, servirá como base para contrastar su visión del futuro del país con la que ofrece el expresidente Donald Trump.
Un hito en la política estadounidense
El discurso de Harris, según fuentes cercanas a su preparación, no estará cargado de pesimismo, sino que buscará infundir optimismo y patriotismo. Harris destacará su creencia en la "promesa de América" y subrayará que amar al país significa estar dispuesto a luchar por sus ideales fundamentales. Su objetivo será presentar un "nuevo camino hacia adelante", una agenda que busca proporcionar oportunidades económicas y proteger las libertades fundamentales para todos los estadounidenses.
Al aceptar la nominación, Kamala Harris marcará un hito en la historia de Estados Unidos, al convertirse en la primera mujer de ascendencia afroamericana y sudasiática en recibir la candidatura presidencial de uno de los dos grandes partidos del país. Este momento emblemático será celebrado con una lluvia de globos y confeti en los colores de la bandera estadounidense, cerrando una noche que promete ser histórica.
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