El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tomó protesta el pasado 10 de enero para un nuevo periodo de seis años, en medio de denuncias de fraude por parte de la oposición y condenas internacionales.
Durante la clausura del Festival Mundial de la Internacional Antifascista, celebrado en Caracas del 9 al 11 de enero, Maduro aseguró que su país, junto con Cuba y Nicaragua, se prepara para tomar las armas si fuera necesario para garantizar "el derecho a la paz y la soberanía".
“Si algún día tenemos que tomar las armas para defender el derecho a la paz, lo haremos junto con nuestros hermanos mayores del mundo”, afirmó Maduro.
Denuncias de fraude y respuesta internacional
Maduro asumió este tercer mandato consecutivo en un contexto de tensión política tras las acusaciones de la oposición venezolana, que calificó los comicios del 28 de julio de 2024 como fraudulentos y reclamó el triunfo de su líder, Edmundo González Urrutia.
La oposición denunció el domingo 12 de enero la consumación de un “golpe de Estado”.
En su discurso, Maduro llamó a la creación de una “gran alianza mundial” contra el fascismo, evocando la resistencia global de hace 80 años. También lanzó duras críticas contra expresidentes colombianos como Álvaro Uribe, a quien calificó de "criminal" y "cobarde".
El contexto social y político en Venezuela
El inicio del nuevo mandato ocurre en un momento crítico para Venezuela. Según ACNUR, más de siete millones de personas han abandonado el país en los últimos años, generando el denominado “éxodo venezolano”.
Mientras tanto, dos mil delegados de 125 países asistieron a la investidura, según medios estatales.
Maduro concluyó con un mensaje desafiante: “Si es por las buenas, avanzaremos. Si es por las malas, también venceremos. Que nadie se equivoque con Venezuela”.
IO