[gallery columns="2" link="file" size="medium" jnewsslider="true" jnewsslider_ads="true" ids="79407,79404"]
WASHINGTON, D.C., 2 de noviembre (AP).- El presidente Donald Trump ordenó el envío de elementos del ejército a la frontera con México en respuesta a una caravana de migrantes que lentamente cruza México hacia Estados Unidos y aún se encuentra a unos 1,448 kilómetros de distancia -y a la que muchos han abandonado-.
A continuación, lo que se sabe hasta ahora sobre la misión militar:
Más de 7,000 soldados en activo recibieron la orden de dirigirse a las bases en Texas, Arizona y California. Se trata de una mezcla de fuerzas que incluye la Policía Militar, un batallón de helicópteros de asalto, varias unidades de comunicaciones, médicas y administrativas, ingenieros de combate, de planeación y unidades de relaciones públicas.
Hasta el viernes, una semana después que el Pentágono reconociera que el secretario de Defensa, Jim Mattis, había aprobado una petición del Departamento de Seguridad Nacional para brindar apoyo militar en la frontera, el despliegue de tropas sigue en curso con cerca de 3.500 soldados ya en bases de operación en el suroeste del país. De esos, aproximadamente 2,250 tropas en activo se hallan en bases de operación en Texas, unos 1,100 infantes de Marina se encuentran en Camp Pendleton, en California, y menos de 200 se hallan en Arizona. Unas 100 tropas ya están en la frontera, en el cruce fronterizo cerca de McAllen, Texas.
La mayoría de los soldados realizan labores para facilitar las acciones de los agentes de la Patrulla Fronteriza, darles hospedaje, alimentarlos y darles protección.
¿Cuál es su función en la frontera?
El Pentágono insiste en que las tropas no serán asignadas a labores policiales, lo que tienen prohibido por Ley. Las tropas no pueden arrestar a personas en la frontera. Su principal tarea será darle apoyo a la Patrulla Fronteriza.
Esto significa que los soldados trasladarán a los agentes de la Patrulla Fronteriza hacia y a lo largo de la frontera, les ayudarán a instalar barreras vehiculares adicionales e instalar vallas a lo largo de la frontera, ayudarlos con cuestiones de comunicación y brindarles seguridad en los campamentos de agentes fronterizos. Los militares también proporcionarán a los agentes de la Patrulla Fronteriza cuidados médicos, alimentos y albergue temporal.
¿Estarán armadas las tropas?
Sí, muchos de ellos, y por cuestiones de autoprotección.
La policía militar en la frontera estará armada, si bien tendrán opciones no letales para lidiar con conflictos inesperados. Funcionarios del Pentágono aseguran que están preparando planes para el peor de los casos, en el algún acto de violencia pudiera obligar a los soldados a tomar decisiones rápidas para defenderse ellos mismos o a civiles. La policía militar podría, por ejemplo, ser enviada a ofrecer seguridad armada para los ingenieros militares que instalan barricadas en lugares donde no hay agentes de la Patrulla Fronteriza que les brinden protección.
Un día después que Trump insinuara que los soldados en la frontera suroeste podrían disparar contra los migrantes que les lancen piedras, el presidente insistió el viernes en que lo que quiso decir fue que quienes arrojen piedras serían arrestados.
“No dije ‘disparar’”, afirmó a los reporteros en la Casa Blanca. De cualquier forma, su situación hipotética de violencia refleja el riesgo de usar a soldados en activo para tareas de seguridad interna: la misión de las tropas no incluye confrontar a los migrantes, pero algunas situaciones podrían ser inevitables.
El comandante a cargo de la operación militar, Terrence O’Shaughnessy, general de la Fuerza Aérea y jefe del Comando Norte de Estados Unidos, dijo esta semana que el manejo de los migrantes será primordialmente el trabajo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés). Pero reconoció que “podría haber interacción incidental” entre migrantes y soldados. Ante tal posibilidad, los soldados “van a estar totalmente entrenados en cómo resolverlo”, aseveró.
El teniente coronel Jamie Davis, un vocero del Pentágono, ha dicho que los militares no abordarán detalles sobre sus reglamentos respecto al uso de fuerza.
¿El congreso apoya la misión?
Dado que los legisladores están enfocados en las elecciones de medio mandato del martes, ha habido pocas reacciones. Un grupo de demócratas de la Cámara de Representantes envió una carta a Mattis el martes en la que manifiestan su rechazo a la misión militar y exigen respuestas sobre el costo. El despliegue de tropas en activo, escribieron, “sólo agrava el potencial de una escalada innecesaria de la situación”.
Chuck Hagel, un exsenador republicano y veterano del Ejército que fungió como secretario de Defensa bajo el mandato del expresidente Barack Obama, dijo a CNN que la misión es “un disparate” porque “no han necesidad, no hay amenaza”.
El general en retiro del Ejército Martin Dempsey arremetió contra la misión en la frontera. El jueves usó Twitter para calificar a la misión militar como un “despliegue ineficiente y sobreexcedido de soldados y marines” que sería “mucho peor” si hicieran uso de fuerza desproporcional ante la amenaza que enfrentan en la frontera.