México

Reducción

Por Pelayo Terry Cuervo

Tiempo al tiempo, dicta un dicho por estos lares y ahora, que sale a la palestra mediática la decisión de Estados Unidos de reducir el nivel de advertencia con respecto a los viajes a Cuba, se cumple de alguna manera la sentencia, pues al anunciar la medida, el gobierno del país del Norte no hace más que reconocer su error, aunque no esté completamente resuelto el problema que le dio origen.

Este jueves corrió como pólvora por las autopistas de la información la decisión de Washington de disminuir el nivel de alerta de viajes hacia Cuba, por lo que ahora el Departamento de Estado orienta sólo ejercitar mayores precauciones a quienes deseen visitar la nación caribeña.

La nota en la que se anuncia la medida, publicada en el sitio del Departamento de Estado, hace referencia a un escalafón que se elabora de forma unilateral y que, en una escala del uno al cuatro, ahora coloca a la mayor de las Antillas en el nivel dos. Anteriormente, se había ubicado al archipiélago en el nivel tres, con lo cual situaba al país como una de las naciones inseguras para los estadounidenses.

Hay que recordar que la medida que ahora se “afloja” utilizó como pretexto los supuestos ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana, pero como se ha reiterado, incluso por agencias de Estados Unidos y expertos de aquel país, no se ha encontrado nada que pueda justificar la ocurrencia de dichos ataques.

Por su parte, Cuba ha ratificado su decisión de colaborar con las autoridades del país vecino para aclarar la situación, pero no ha encontrado los oídos receptivos ante el llamado de cooperación, que permita aclarar de una vez y por toda la compleja situación.

Desde enero del 2018, Estados Unidos orientó a sus viajeros reconsiderar sus viajes a Cuba, con la justificación de los supuestos incidentes contra el personal diplomático en la isla, hechos de los que no se han encontrado evidencias.

Ahora, el aviso hecho público este jueves, mantiene la referencia a los ya “famosos ataques” contra el personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana”, pero sin embargo no ofrece ninguna explicación sobre las causas de este cambio en el escalafón.

La medida tomada por el Departamento de Estado, recordaron varios medios de prensa en el archipiélago, viene a reconocer lo que era un hecho para los organismos especializados y los más de cuatro millones de turistas que visitan la isla cada año: Cuba es un país extremadamente seguro.

No obstante las medidas asumidas por Washington, en enero de este año Cuba recibió el premio Excelencia como país más seguro para el turismo durante la XXXVIII Feria Internacional, que se celebró en Madrid, España.

En tal contexto y hace sólo unas horas, el Presidente y Secretario General del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en EEUU, reverendo Jim Winkler, cuyas frecuentes visitas aquí lo convierten en una fuente más que confiable, afirmó que Cuba es un lugar seguro y, para no dejar sombra de duda añadió: “Me siento infinitamente más seguro caminando por esta ciudad que por las principales calles de mi país”, dijo, según una reseña de la Agencia Cubana de Noticias.

Winkler fue rotundo al afirmar que en modo alguno Cuba representa una amenaza militar para su país, con una enorme industria bélica, que precisa siempre de un enemigo, de un peligro y que se opone a que haya paz en el mundo.

El Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) y el Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en EEUU (NCC por sus siglas en inglés) hicieron pública la víspera una Declaración Conjunta, en la cual expresan, entre otros asuntos, la preocupación común por la drástica reducción del personal de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, que afecta a las familias cubanas y ha obstaculizado el intercambio de persona a persona.

Igualmente señalaron que el presidente Donald Trump no puede borrar la voluntad y el deseo de ambos pueblos de mantener una relación civilizada y normal y, en lo que al NCC respecta, “nada nos hará desistir, seguiremos trabajando, sabremos ser persistentes y consecuentes con aquel pronunciamiento inicial, 50 años atrás, cuando el Consejo emitió su primera declaración contra el bloqueo”, agregó la Declaración.