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'777 Confirmado Vic”

NUEVA YORK, Estados Unidos, 17 de enero (SinEmbargo/EFE).- Un agente de la DEA explicó hoy cómo fue la operación para detener a Joaquín “El Chapo” Guzmán en febrero de 2014, cuando el narco fue capturado por un equipo de 24 marinos mexicanos en un hotel de Mazatlán, Sinaloa.

El arresto, previo a la última fuga de Guzmán en 2015, tuvo lugar después de que todos los refugios del capo en Culiacán, la ciudad más grande del estado de Sinaloa, fueran examinados.

En una nueva jornada de testimonio ante la Corte Federal del Distrito Este en Nueva York, el agente Víctor Vázquez explicó la captura de “El Chapo” la madrugada del 22 de febrero de 2014, en torno a las 4:30 de la mañana, cuando el reducido equipo entró en el edificio de 10 pisos.

Vázquez, al cargo de la operación, recibió un código “777 Confirmado Vic” de parte de los marines, que significaba que habían encontrado y detenido al narcotraficante y requerían al agente bajar al sótano del edificio.

Los marinos, como explicó el agente a preguntas de la defensa, encontraron al narcotraficante en una habitación de la cuarta planta del Hotel Miramar, y desde allí lo bajaron al sótano del edificio.

Los marines desconocían la apariencia del capo, por lo que pidieron a Vázquez que efectuara el reconocimiento del hombre que tenían retenido de rodillas: era “El Chapo”, quien se encontraba junto a sus dos hijas gemelas y su mujer Emma Coronel.

“¡Eres tú!”, dijo el agente, según su relato de hoy, sorprendido por haber capturado al narcotraficante.

Este episodio provocó que la defensa interrogara al agente sobre la apariencia que tenía Guzmán Loera en el momento en que fue detenido, mostrando una foto a la sala en la que se veía al capo de rodillas, con su característico bigote, y algunos moretones.

El abogado defensor Eduardo Balarezo inquirió a Vázquez si podía reconocer al detenido y si ese era el aspecto que mostraba al ser retenido.

Balarezo pidió entonces al juez Brian Cogan que el acusado se levantara de su asiento, de tal manera que el agente pudiera comparar el aspecto actual del detenido con el que tenía en aquel entonces.

La captura se produjo una semana después de la llegada de los agentes a Culiacán, donde la DEA se dedicó a acabar con la estructura de refugios y túneles de la que el Chapo disponía, para dificultar su vuelta a la ciudad y asegurar su captura posterior en Mazatlán.

Pese a no localizar al narco, la DEA consiguió arrestar allí a un individuo identificado como “Nariz”, que los llevó de tour por cinco localizaciones, todas conectadas a una red de túneles a la que se accedía a través de una bañera que Guzmán utilizó para escapar de los agentes en el último momento.

El agente alegó que en una de las casas que exploraron, escucharon al Chapo lanzar gritos desde el túnel, pero no se atrevieron a bajar porque no sabían si les esperaba una emboscada.

La detención de “Nariz”, cuyo aspecto físico Vázquez desconocía aparte de la mención a su aspecto físico, “Sabía que tenía algo que ver con la nariz: o muy grande, o muy chica, o que no tenía”, explicó, se produjo en una fiesta en Culiacán el 17 de febrero.

Los agentes llegaron a la celebración y comenzaron a identificar a los hombres presentes, buscando una Blackberry con un pin –número de mensajería– determinado, ya que habían interceptado las comunicaciones procedentes de un dispositivo en concreto.

En un momento dado, una de las mujeres presentes se levantó y a gritos pidió que la dejaran ir a comprobar el estado de su bebé, que había dejado en una casa del vecindario.

Un marino la siguió y, cuando entró en la casa, la encontró sujetando un bebé, aunque se alteró demasiado y comenzó a gritar, por lo que el elemento intentó tranquilizarla, momento en el que se cayó al suelo una Blackberry, escondida en la axila de la mujer.

El dispositivo en cuestión era el que los marinos estaban buscando y permitió encontrar y detener a “Nariz”.

Posteriormente, también el 17, fue arrestado otro individuo conocido como “Picudo”, que ejercía como jefe de plaza del cártel del Chapo en Culiacán.

“Picudo” les contó que había hablado con “El Chapo” esa misma mañana y que lo había trasladado a Mazatlán, lo que puso sobre la pista a la agencia acerca del paradero del narcotraficante.