México

CIUDAD DE MEXICO, 19 de enero (APRO).- Un año y medio antes de concluir el sexenio de Enrique Peña Nieto, Pemex Logística, la subsidiaria que se encarga del transporte de combustible y otros productos, celebró 36 contratos con compañías piperas, entre las que destacan aquellas cuyos propietarios están relacionados con poderosos grupos del PRI y del PAN.

Entre los beneficiarios de esas contrataciones están empresas como Trans-portadores Unidos S.A. (TUSA), de Carlos Hank Rhon; Transportes Internacionales Tamaulipecos, de Javier Cantú Barragán –primo de Juan Armando Hinojosa Cantú–, así como poderosos empresarios vinculados a la vieja clase política y al salinismo, como los hermanos Gustavo y Gudelio Cavazos Marroquín.

Del entorno panista aparece en el listado Ivancar, de la familia Mouriño Terrazo; Luis Ríos Ortiz, cuñado del expanista y ahora político “independiente” Juan Bueno Torio, quien fue director de Pemex Refinación (hoy extinta) en el sexenio de Vicente Fox.

Se trata de un negocio transexenal: todos los contratos se otorgaron por adjudicación directa, es decir, sin pasar por un proceso de licitación. Se supone que esta modalidad debe emplearse en casos de emergencia o cuando sólo existe un proveedor, pero según el padrón de autorizaciones para el transporte de hidrocarburos por tierra, de la Comisión Reguladora de Energía, mil 483 empresas están facultadas para ofrecer el servicio.

Las firmas de los contratos fueron multianuales, todos se celebraron el 22 de febrero de 2017 y garantizan su prolongación hasta el 22 de febrero de 2020.

Identificados mediante una consulta en la Plataforma Nacional de Transparencia, dichos contratos representan en total más de 5 mil millones de pesos, que se repartieron entre las 36 empresas mencionadas, de las que al menos 14 están relacionadas con políticos, ya sea por vía familiar o de grupo.

La decisión asumida por el gobierno lopezobradorista de transportar combustible por medio de pipas mientras cierra ductos para detectar robos beneficia de entrada a estas empresas, que al gozar de contratos vigentes tienen un monto mínimo (por poca demanda de servicio) y un máximo (por mayor demanda).

Un sector generoso

Origen de la fortuna que amasó en el pasado el empresario y político mexiquense Carlos Hank González, el negocio de autotanques todavía forma parte del Grupo Hermes, especializado en contratación pública de distintos sectores que preside Carlos Hank Rhon.

Los Hank, incluidos ya en la Lista de Forbes y entre los 20 más acaudalados de México, poseen las razones sociales Autotanques Foráneos, Transportadores de Combustible, Transportadores de Occidente, Transportadores Promotores de Servicio, Transportadores del Sureste y Transportadores Unidos (TUSA); esta última, una de las empresas favorecidas en el paquete de 36 contratos otorgados al final del sexenio de Peña Nieto.

La adjudicación de transporte obtenida por TUSA es por un monto mínimo de 283 millones 325 mil pesos y un máximo de 515 millones 138 mil.

Del círculo mexiquense, aunque asentado en Tamaulipas, otro de los beneficiados con esos contratos es Javier Cantú Barragán, quien junto con su esposa es dueño de Transportes Internacionales Tamaulipecos. Además de su parentesco con Juan Armando Hinojosa Cantú (presidente del Grupo Higa y contratista consentido hasta el escándalo de la Casa Blanca de Peña Nieto), forma con sus hermanos Rolando y Serapio un clan influyente en la entidad fronteriza.

Rolando Cantú, presidente de Tracotamsa, fue beneficiario en el sexenio de Peña Nieto con un megaproyecto, luego de que en 2013 se le adjudicara la construcción del puerto de Matamoros y empezara a participar en otros proyectos de infraestructura del país. Hasta la administración peñanietista, sus obras se limitaban a prestar algunos servicios a Pemex y Comisión Federal de Electricidad en su estado natal, así como al contratismo de obra pública local.

Transportes Internacionales Tamaulipecos obtuvo un contrato por un monto mínimo de 20 millones 924 mil pesos y máximo de 38 millones 45 mil.

Otros priistas involucrados en el negocio de los autotanques son los hermanos Gustavo y Gudelio Cavazos Marroquín, líderes del Grupo Allende, versión nuevoleonesa del Atlacomulco.

Vinculados con la élite salinista y veteranos en el contratismo del sector energético como proveedores de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad –a la que entre otras cosas abastecen de carbón mineral–, los Cavazos Marroquín consiguieron la adjudicación directa de Pemex Logística para una de sus empresas, registrada como Traslado Internacional. Por esta razón obtendrán un mínimo de 51 millones de pesos y un máximo de 92 millones.

Los hijos del priista hidalguense Noé Paredes Salazar, empresario vinculado desde hace décadas a los grupos de poder local como los Rojo Lugo y señaladamente con el exsecretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, obtuvieron uno de los 36 contratos con su empresa Transportación Carretera. El monto adjudicado fue por un mínimo de 262 millones de pesos y un máximo de 477 millones.

El mismo beneficio le otorgó Pemex a Petro Transportes, propiedad de los hermanos Issa Tafich, asentados en La Laguna coahuilense y constructores de un emporio energético no exento de polémicas. Parte de la élite empresarial norteña que apoyó públicamente la campaña de Peña Nieto en 2012, los Issa Tafich consiguieron un contrato de transporte por un mínimo de 184 millones y un máximo de 334 millones de pesos.

Uno de los accionistas de Petro Transportes es el aguascalentense Rodrigo Hicks Macías Valadez, cuyo hermano Guillermo es el principal accionista de Enlaces Terrestres Scorpion, empresa favorecida con una adjudicación directa por un mínimo de 56 millones y un máximo de 103 millones.

La conexión con el PAN

Los escándalos por tráfico de influencias relacionados con Pemex cobraron fuerza en los sexenios panistas. Destaca el caso de Juan Bueno Torio, director de Pemex Refinación en la recta final del sexenio de Vicente Fox. Esa subsidiaria tenía las funciones que hoy tiene Pemex Logística y el panista veracruzano fue señalado de favoritismo hacia su familia en la contratación de transporte.

Bueno Torio nunca fue sancionado y uno de los beneficiados con la adjudicación directa de contratos durante su gestión en Pemex Refinación fue su cuñado Luis Ríos Ortiz, accionista de Autotanques de México. Esta firma tiene relación contractual con Pemex Logística por un monto mínimo de 64 millones de pesos y un máximo de 118 millones.

Al cambio de gobierno, otro escándalo sin consecuencias fue el de la familia del primer secretario de Gobernación con Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño –fallecido en un accidente aéreo–, la cual desarrolló un importante negocio del sector energético en Campeche.

Entre los negocios de los Mouriño destaca el Grupo Energético del Sureste; el club de futbol Celta de Vigo en la Liga Española; franquicias de alimentos chatarra y también Ivancar, empresa a la que se le adjudicó un contrato para transporte de hidrocarburos con autotanque por un monto de entre 23 millones y 42 millones de pesos.