Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo).- Luis Ángel Reyes Jiménez fue sentenciado hoy a 55 años de prisión por el feminicidio de su esposa, Verónica Guadalupe Benitez Vega, estudiante de la licenciatura de Bioquímica Diagnóstica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El feminicida la lapidó, acuchilló y degolló en una calle de terracería en el municipio de Nicolás Romero, Estado de México.
En punto de las 15:30 horas, en una de las salas del penal de Barrientos , inició la audiencia de individualización de la pena contra Luis Ángel Reyes , a más de un año y medio en que la familia exigió justicia y tras un largo proceso penal con retrasos y audiencias suspendidas .
Juanita Benitez, hermana de Lupita, y Víctor Caballero, del Colectivo Eqquus, organización que acompaña a la familia, notificaron sobre la pena que recibió el imputado por el crimen de la joven, a quien le sobrevive su hijo.
El pasado de 21 de junio el tribunal de enjuiciamiento declaró culpable al esposo de la joven, pues la juez una relación de las pruebas que apuntan las responsabilidad del acusado y enfatizó que no hubo una prueba contraria.
“Porque la Justicia por fin se hizo presente. Gracias a todos por el apoyo, oraciones, muestras de cariño y por no dejarnos solos jamás”,agradeció la hermana de la víctima, tras la declaración.
“El camino fue largo, fue difícil, hubo muchas situaciones pero seguimos de pie gracias a la gente que no nos dejó solas y estuvo con nosotros, que fueron nuestra fuerza y no nos dejaron caer”.
“No puedo decir que me encuentro feliz, porque es bien esto es una victoria de la sociedad aun faltan millones sede peleas para defender a la mujer”, ha expresado la hermana de Lupita desde la declaración de culpabilidad de Luis Ángel.
EL CASO
Guadalupe Verónica Benitez fue apuñalada 17 veces, golpeada con un block de construcción en la cabeza y finalmente degollada frente a su casa en el Estado de México, el 6 de julio de 2017. La joven era violentada por su esposo, con quien tenía seis meses de matrimonio.
La llamaban de cariño Lupita. Tenía 21 años de edad, era madre de un bebé de tres meses y estudiaba la licenciatura de Bioquímica Diagnóstica en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán Izcalli, de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
El feminicidio conmocionó a parte que la comunidad estudiantil de la UNAM, a organizaciones civiles y ciudadanos de San José del Vidrio, Villa Nicolás Romero, Estado de México. En su momento, la Universidad Autónoma de México (UNAM) se pronunció para exigir el esclarecimiento y castigo a los culpables.
Alumnos, compañeros y algunos catedráticos de Lupita también se solidarizaron con la familia desde entonces y hasta la fecha, han dado acompañamiento al caso junto con organizaciones como Colectivo Aequus, Promoción y Defensa de Derechos Humanos, quienes actualmente están a cargo de la representación del caso.
Luis Ángel, la pareja de Lupita, fue detenido y vinculado a proceso por el crimen, el pasado 12 de julio, ante testimonios que lo señalan como el agresor.
El imputado negó el crimen y argumentó que en ese momento, sujetos desconocidos los atacaron, a él y a Lupita, en un intento de asalto; sin embargo, el hombre ha caído en contradicciones.
Entre las pruebas que ha encontrado la Fiscalía contra Luis Ángel, también está una prueba genética.
El 18 de junio inició la etapa de desahogo de pruebas dentro del proceso judicial contra el presunto feminicida. En la primer audiencia, la juez citó a a todos los testigos -tanto los de la Fiscalía y los de la defensa-, se hizo una programación para que comparezcan por bloques para desahogar los testimonios.
La familia de Verónica padeció un proceso difícil, pues sufrieren trámites burocráticos cambio de Ministerio Público y diversas audiencias que fueron alargadas y postergadas como maniobra de la defensa del imputado, lo que llevó a los parientes de las víctimas a no dejar el caso y presionar.
La familia Benitez acudía a las audiencias el respaldo y apoyo de organizaciones civiles, pobladores y amistades , pero principalmente con pobladores y vecinos de la joven, que desde el exterior de los penales, nunca dejaron de exigir justicia para la joven.