México

'El niño” y la sequía atraen a las langostas

La casi inminente aparición de este fenómeno y temperaturas anormalmente cálidas de finales de 2018, posibles factores para su aparición en la Península

Desde este inicio de año, se han observado varias mangas de langostas en los cielos de Yucatán y la ciudad de Mérida. Esto es algo ya bien conocido por los yucatecos, sobre todo por lo perjudicial que puede llegar a ser para las plantas y cultivos.

¿Existe algún factor meteorológico que influye en su aparición?

Primeramente, el tipo de langosta que llega a la Península es del género Schistocerca piceifrons piceifrons, que se distribuye desde México hasta el norte de Costa Rica. Esta langosta se presenta en zonas con una temperatura promedio de 27 °C y con una precipitación pluvial promedio menor de 1,000 mm anuales, los terrenos están descubiertos o está presente sólo una poca cobertura vegetal y cercanos a las zonas cultivadas.

También se mueven e incluso se reproducen en ambientes con humedades relativas promedio de entre 50 y 85%. Como se puede ver, la península de Yucatan cumple con todas las características meteorológicas de temperatura y humedad para que la langosta sobreviva y se alimente.

Factores meteorológicos y la aparición de la langosta

Con base en la información histórica proveniente de noticias de archivo, hemerográficas y bibliográficas, se han relacionado los fenómenos de la sequía y “El Niño” con la plaga de langosta.

Datos climatológicos de los lugares cercanos a la infestación de langosta muestran que durante los eventos de “El Niño”, como es el caso de la península de Yucatán, la precipitación se reduce de enero a julio, con una recuperación en el mes de septiembre. Esto indica que lluvias anormales y posteriormente una época de sequía prolongada son las condiciones propicias para el desarrollo de grandes mangas de langosta.

En lo que se refiere a la temperatura, como consecuencia de una sequía anómala durante los años de “El Niño”, las temperaturas medias, diarias, mensuales y anuales aumentan. En consecuencia, ese aumento de la temperatura, puede acelerar no sólo el tiempo de eclosión de los huevos en la tierra, sino los demás procesos de cambio de estado de las langostas.

También hay estudios que concluyen en que la temperatura actúa como un estimulador de la excitabilidad de la manga, ya que al contacto con la superficie caliente del suelo, se produce un estímulo que hace aumentar la tensión nerviosa del grupo y que continúa alimentándose por la mutua excitación de los individuos.

Como bien sabemos, el pasado 2018 la Península tuvo una de las canículas más intensas en muchos años, y para finales del mismo 2018 y hasta hace unos días, se presentaron temperaturas anormalmente más cálidas y pocas lluvias, condición que podría estar relacionada con la llegada de las langostas.

Además, la NOAA, en su último boletín de vigilancia de “El Niño”, declara que para este invierno hay un 90% de probabilidad de su aparición, lo que nos hace ver que posiblemente las langostas ya están preparándose para sus efectos.

(Juan Antonio Palma Solís)