México

Derriban el muro con abrazos

CIUDAD JUAREZ, Chihuahua, 27 de octubre (AFP).- Cientos de mexicanos lograron reunirse por escasos tres minutos con sus familias que viven en Estados Unidos en el reencuentro denominado “Abrazos No Muros” realizado en plena frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.

Por séptima ocasión, y después de suspenderse por un año debido a la crisis migratoria desatada por la llegada masiva de centroamericanos, el evento que organiza la Red Fronteriza por los Derechos Humanos volvió a vencer los muros para permitir que 260 familias de migrantes en Estados Unidos se reunieran con los suyos.

Padres, hijos, hermanos, nietos, tíos, sobrinos y esposos que viven del lado mexicano vieron a los suyos tras no reunirse en años, algunos hasta tres décadas.

Durante cuatro horas, el puente internacional sobre el llamado río Bravo en México y Grande en Estados Unidos, se convirtió en un punto neutro y sirvió como escenario de amor, nostalgia, lágrimas y la esperanza de volver a verse algún día.

Las familias iban desfilando lentamente para disfrutar esos escasos minutos de reunión. “No tengo las palabras para expresarlo, es algo muy bonito, es algo que necesitaba”, confesó a la AFP Brandon, de 20 años, mientras limpiaba las lágrimas de su rostro.

El joven vive en Estados Unidos y fue a la línea fronteriza para reencontrarse después de tres años con sus padres y sus cinco hermanos, quienes residen en México. Defensores de derechos humanos han organizado encuentros similares en distintos puntos fronterizos.

Empujada en una silla de ruedas por su nieta, Loreto Bustillos, de 86 años, bajó ayer al río Bravo para reencontrase con sus hijos tras más de una década sin verlos.

Para que eso fuera posible, la juarense tuvo que inscribirse al evento binacional Abrazos No Muros, que en su séptima edición reunió a 300 familias separadas en ambos lados de la frontera.

Loreto volvió a abrazar y besar a sus hijos Roberto, Martina y Marina tras 10 años de no verlos, además de que aprovechó la oportunidad para conocer a sus nuevos nietos.

Platicó que la situación migratoria de ellos les había impedido volver a reunirse, por lo que después de varias ediciones de este evento decidió que la silla de ruedas ya no fuera una limitante para bajar al rio a mostrarles su cariño.

Aunque solamente pudo convivir con ellos por cinco minutos, fueron suficientes para llenarla nuevamente de alegría.

“Me siento muy contenta porque ya tenía muchos años sin verlos, les dije lo mucho que los quería”, expresó entre lágrimas la mujer.

Al igual que ella, Erik Miranda, de 24 años, acudió a este mismo punto para reunirse con su madre Amanda Bastamente, a quien llevaba dos años sin ver.

“No nos habíamos podido abrazar ni besar en este tiempo, puras llamadas telefónicas por su situación migratoria en Estados Unidos, yo no puedo ir para allá y ella no puede venir a México”, expresó todavía con la voz entrecortada por la emoción. Detalló que aunque ella ya tiene 10 años viviendo en El Paso, la última vez que pudo verla fue precisamente en un evento de este tipo.

“No tuve noción del tiempo pero me emocionó estar aquí, nos dijimos que nos queríamos y que esperábamos volvernos a ver otro día”

Además de ellos, unas 300 familias pudieron volver a reencontrarse en este evento organizado por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos que tuvo sede ayer en las inmediaciones del puente negro.

“Este es un evento inédito, tuvimos que cancelar uno anteriormente porque no había las condiciones para hacerlo, pero insistimos e insistimos porque reconocemos que hay una crisis no sólo migratoria sino de familias que han sido separadas y destruidas”, declaró Fernando García, fundador de esta red.

Y añadió que “mientras todos hablan de muros, de redadas y de migración, muy pocos ven el impacto de las políticas y como eso está destruyendo familias”.

Los asistentes son divididos en grupos que bajan al cauce del río para reunirse.

Aunque ayer este llevaba agua, se puso un puente para evitar que se mojaran. Para identificar a las familias, se entregaron playeras de color azul en el lado de El Paso y blancas en Juárez, además de que existe personal que se encargó de contarles el tiempo y hacerlos regresar a sus ciudades después de que indica la señal.

En todo momento, el evento permaneció custodiado por elementos de la Patrulla Fronteriza, en el lado de El Paso, así como la Guardia Nacional, la Policía Federal y municipal, en el lado de Juárez