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La neutralidad de México podría dañar a toda la región, asegura Luis Almagro, Secretario General de la OEA. Expuso que los países de la región no pueden en ningún caso ser permisivos con el país suramericano, pues se corre el riesgo de que la situación se replique en otros países

 

CIUDAD DE MEXICO, 26 de febrero (SinEmbargo/AFP/EFE).- Apostar por la neutralidad en la crisis social, política y económica que está viviendo Venezuela podría afectar a toda la región, advirtió este martes en México el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Luis Almagro, y los ex presidentes de Bolivia, Jorge Quiroga, y de Costa Rica, Laura Chinchilla, llamaron este martes a México a repensar su posición de neutralidad sobre la crisis en Venezuela.

Los tres políticos participaron en una charla en el Primer Oslo Forum para América Latina, que se realiza en Ciudad de México, en el que la crisis de Venezuela, con fuerte escasez, hiperinflación y protestas cotidianas contra el gobierno de Nicolás Maduro, fue un tema central.

“Llamamos a México: hermano mayor, súbase al barco, reconozca (como presidente a Juan) Guaidó y ayude a luchar por la democracia en Venezuela”, dijo Quiroga luego de señalar que la “neutralidad” mexicana ante el caso “grotesco” de Venezuela puede tener efectos de contagio en países como Bolivia y Nicaragua.

Luego de que los tres últimos presidentes mexicanos fueron duros críticos del Gobierno de Venezuela, desde que asumió Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre pasado, México adoptó una posición de no intervención que busca convocar al diálogo.

Luis Almagro señaló que esta nueva postura no resultó sorpresiva para la OEA, aunque se reservó de opinar de manera directa.

“México va a rectificar o va a ratificar. México andará su camino sobre este tema y queda mal en un sentido o en el otro”, dijo.

Pero más adelante, en términos generales, dijo que la única opción de diálogo que queda, camino que respalda México, es subrayar la necesidad de elecciones libres.

“Lo único que hay que hacer es convencer a una dictadura usurpadora (...) de que se acople a las condiciones para tener elecciones libres y permitir, dejar a la ciudadanía decidir”, dijo.

“Si somos permisivos (...) con una dictadura, un gobierno ilegítimo (...) el futuro de este continente no va a ser muy bueno porque si todos los pueden copiar (...) verdaderamente nuestros países se van a despeñar”, añadió.

Laura Chichilla lamentó de su lado que México, al que también describió como el “hermano mayor” de la región, mantenga un “alejamiento” de los problemas latinoamericanos y señaló que tanto para Venezuela como Nicaragua, donde se vive también una creciente crisis política, el diálogo difícilmente puede seguir siendo la opción.

“Que tengan cuidado en el diálogo (los nicaragüenses). Si nos vemos en el espejo de Venezuela y no están las garantías sobre la mesa, sino están los actores que puedan representar a la sociedad civil que es la que puso los muertos, que es la que ha sufrido (...), ese diálogo terminará siendo una componenda” que favorezca a gobiernos autoritarios.

A diferencia de numerosos países, incluidos latinoamericanos, Guaidó ha sido reconocido como presidente interino de Venezuela mientras que México mantiene sus relaciones plenas con Maduro.

Durante un conversatorio con motivo del Oslo Freedom Forum (OFF) dedicado a los derechos humanos que se celebra en la Ciudad de México, el uruguayo expuso que los países de la región no pueden en ningún caso ser permisivos con el país suramericano, pues se corre el riesgo de que la situación se replique en otros países.

“Si somos permisivos al respecto, si somos neutros respecto a esto, el futuro de este continente no va a ser muy bueno”, aseveró.

Para el titular de la OEA, en la región existe un riesgo latente que se encarna en la crisis venezolana, una amenaza que “abre la posibilidad de que eso sea copiado por todos”.

No obstante, Almagro se mostró cauto y negó que una intervención militar sea la solución, apostando siempre por el diálogo entre las distintas partes y por la presión democrática que puedan aplicar países de todo el mundo.

“Somos los primeros en condenar una intervención militar por la sencilla razón de que cualquier manual de texto de derecho internacional público condena la intervención militar”, expresó.

Dicho esto, el que fuera Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay durante el mandato de José Mujica (2010-2015), señaló que ese mismo derecho internacional también condena crímenes de lesa humanidad como los que se están dando en la nación gobernada por Nicolás Maduro.

El tiempo apremia cada vez más para ese país, consideró Almagro, y refirió que hace un año sus condiciones para negociar con los distintos actores internacionales eran más favorables.

Ahora mismo, la situación parece intensificarse cada día más desde que el líder del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino del país en enero pasado.

Aquel acto volvió a despertar las presiones de países como Estados Unidos y de algunos Estados miembros de la Unión Europea (UE).

También los países miembros del Grupo de Lima, una instancia multilateral compuesta por 14 naciones y establecida en 2017 para buscar una salida pacífica a la crisis venezolana, reconocieron a Guaidó como Presidente interino y pidieron el final del régimen de México adoptó una posición de no intervención que busca convocar al diálogo.

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