CIUDAD DE MEXICO, 16 de marzo.- Las cifras de concentración de la riqueza en el país demuestran que México no es pobre, sino que es desigual e injusto, afirmó Humberto Adán Peña Fuentes, coordinador de asesores de la Secretaría de Bienestar.
Advirtió que dentro del mismo territorio hay muchos Méxicos: por un lado, el de la prosperidad, y por el otro, el de la marginación y la desesperanza.
Al presentar un diagnóstico sobre el atraso social para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, el funcionario indicó que la desigualdad impone una brecha en el acceso a derechos básicos como la salud y la educación en regiones enteras del país o entre segmentos de la población, dijo Reforma.
“Si hacemos un análisis más complejo entendemos la desigualdad, decimos que no es necesariamente que seamos pobres, sino que dentro de la pobreza se contrasta una diferencia radical entre los que más tienen y los que menos tienen, y, si no analizamos este fenómeno de manera compleja, nos quedamos nada más diciendo que se redujo o aumentó la pobreza, y ese es un análisis muy simple”.
“Hablar de desigualdad habla de concentración de la riqueza y de la forma en la cual se distribuye la riqueza, esa parte del análisis creemos que es un tema pendiente y nosotros lo incorporamos en el análisis del Plan Nacional de Desarrollo”, planteó.
Peña Fuentes criticó que las Administraciones anteriores impulsaron una política de desarrollo social regresiva, es decir, que benefició más a los que más tenían, mientras que se dejó sin protección a grupos vulnerables como indígenas, adultos mayores, jóvenes, mujeres, niños y personas con discapacidad.
“Somos una de las sociedades más desiguales a nivel internacional, y más aún se concentran las desigualdades en ciertas brechas y en grupos que están en condiciones de vulnerabilidad, y que nosotros también queremos romper con este enfoque”, indicó.
Advirtió que en tres de cada cuatro municipios, principalmente del sur-sureste del país, más de la mitad de las personas vive en condiciones de pobreza.
“Vivir en el ámbito rural es considerado sinónimo de vivir en condiciones de pobreza. Esta brecha de desigualdad entre lo rural y urbano también está vigente”.
“No puede haber muchos Méxicos, esta brecha de desigualdad, esta diferenciación entre grupos poblacionales, no puede mantenerse, no puede haber muchos Méxicos, sino uno donde impera el bienestar y la justicia para todos”, sostuvo.
Agregó que mientras en Baja California sólo 2 de cada 10 habitantes es pobre, en Chiapas 8 de cada 10 enfrenta esa condición.
Añadió que en Chiapas 28 de cada 100 personas viven en pobreza extrema, mientras que en Nuevo León prácticamente no hay personas en esta situación.
El funcionario abundó que en Chiapas, 29 de cada 100 personas- la tercera parte de la población- no cuenta con educación obligatoria de acuerdo a su edad, mientras que en la Ciudad de México sólo 8 de cada 100 presentan este rezago.
Indicó que el promedio de años de estudio entre los hablantes de alguna lengua indígena es de 5.7 años de escolaridad, en tanto que en la población que no habla una lengua indígena el promedio es de 9.4 años.
“Vivimos en un país donde el Sur-Sureste, históricamente, ha vivido condiciones de atraso y desigualdad, y un Norte con mejores condiciones de vida pero con menos población. Aparte del tema de los pueblos indígenas y el tema de concentración, la desigualdad también tiene lugar de origen”, alertó.