Buscan a cómplice que ayudó a sacerdote; el joven pasó cuatro horas en casa del párroco, quien presuntamente lo mató
La revisión de por lo menos 10 cámaras de vigilancia del C5, así como de particulares en las inmediaciones de las alcaldías Iztapalapa y Tlalpan, permitieron a la procuraduría local establecer que el diácono Leonardo Avendaño pasó las últimas horas de su vida con su presunto agresor, el párroco de la iglesia Cristo Salvador, Francisco Javier “N”, quien está en prisión preventiva oficiosa en el Reclusorio Oriente.
Según el trabajo de investigación e inteligencia de los agentes que participaron en la resolución del caso, derivado también del registro de llamadas del teléfono celular de la víctima, la PGJCDMX estableció una línea de tiempo. Rodrigo de la Riva, subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, explicó que las imágenes a las que tuvieron acceso revelaron que a las 23:04 horas del 11 de junio, Leonardo llegó al domicilio del imputado, con quien estuvo más de cuatro horas.
Ambos salieron del inmueble —en la alcaldía Tlalpan— a las 03:16 horas del 12 de junio y subieron a la camioneta de Leonardo, en la que se dirigieron a la carretera Picacho-Ajusco para luego trasladarse a un paraje de la colonia Héroes de 1910, también en Tlalpan. La investigación establece que en ese lugar el párroco estranguló a Leonardo hasta matarlo.
Luego, Francisco Javier “N” dejó el cadáver en la parte trasera del auto, lo cubrió con una cobija amarilla y esperó a que un cómplice pasara por él en otro vehículo. Esta segunda persona es buscada por las autoridades, pues de él también se cuenta con imágenes y datos particulares del auto que usó para llevar al párroco desde la escena del crimen hasta la iglesia Cristo Salvador. Una vez que llegó al templo, él mismo habló con la familia de Leonardo para avisarle que el joven diácono no había llegado a realizar sus labores diarias.
En ese momento fue que los deudos se preocuparon y lo empezaron a buscar; 12 horas después lo encontraron sin vida. Francisco Javier “N” le dio el pésame a la familia de Leonardo y ofició la misa de cuerpo presente.
“El padre era más fuerte que el diácono”. El trabajo de los agentes de Investigación determinó que un segundo vehículo involucrado llegó al lugar a las 3:49 horas y se retiró 13 minutos después, cuando Leonardo estaba muerto, con rumbo a la carretera Picacho-Ajusco.
Autoridades presumen que en dicho automóvil escapó el hoy imputado del lugar, quien empezó a caer en contradicciones y a mostrar remordimiento por haber asesinado a su asistente. Fue hasta la segunda entrevista que se le solicitó a Francisco Javier “N” que los agentes sospecharon de él. Siempre se mostraba renuente a hablar del tema y al segundo día del hecho, abandonó sus deberes en la parroquia por “problemas familiares”.
El peritaje detalló que al padre Francisco Javier le llevó 13 minutos asesinar a Leonardo; lo tomó por el cuello hasta asfixiarlo. El diácono era de complexión delgada y el padre, “robusto y muy fuerte”, por lo que el estudiante de la Universidad Intercontinental (UIC) no tuvo oportunidad de defenderse ni de pedir ayuda, según la cronotanatología del cuerpo, éste aparentemente no esperaba el ataque. El móvil está por establecerse, pero todo apunta a una “discusión o desacuerdo de tipo personal”.
A través del análisis de cámaras, telefonía, testigos, diferentes pruebas periciales y el protocolo de necropsia, se relacionó al detenido con los hechos y se solicitó una orden de aprehensión. Tras la audiencia de cumplimiento de dicha acción, el juez le impuso al párroco la medida cautelar de prisión preventiva en el Reclusorio Oriente, mientras que su defensa solicitó la duplicidad del término constitucional para la vinculación a proceso.
Respecto a la detención del religioso, la procuradora Ernestina Godoy aseguró que la dependencia a su cargo continuará con un trabajo riguroso, respetuoso de las garantías y derechos humanos de las víctimas, sus familias, descartando la “fabricación de imputados”.
Agregó que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México tiene el compromiso con la familia de la víctima y la ciudadanía de realizar todas las diligencias necesarias para llegar a la verdad en este y todos los casos. (El Universal)