México

Todos juntos

* Desde el Acto de Unidad en Defensa de la Dignidad de México que se celebró en Tijuana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que se impuso la política sobre la confrontación y que hubo voluntad del Presidente Donald Trump para encontrar una salida al conflicto* “Agradezco la solidaridad de todas las clases sociales, de todos los sectores, de todas las corrientes del pensamiento, de todos los mexicanos que no titubearon en manifestar su apoyo en la defensa de la dignidad de nuestro país”* Lo que sigue es cumplir con los compromisos: reforzar la frontera, aplicar la ley y respetar los derechos humanos; promover la aplicación inmediata del acuerdo para el progreso de Centroamérica y el sur de México* Desde la siguiente semana se ofrecerá ayuda humanitaria, oportunidades de empleo, educación, salud y bienestar a quienes esperen en México su solicitud de asilo para ingresar a EE.UU.* Destacó que “Estados Unidos y México no son vecinos distantes, comparten una frontera de 3 mil 180 kilómetros de largo; ejercen una influencia cultural mutua, y las historias nacionales de nuestros países están entrelazadas en numerosos episodios de hostilidad, pero también de cooperación y entendimiento”

CIUDAD DE MÉXICO, 8 junio (Gobierno de México/ SinEmbargo).- Desde el Acto de Unidad en Defensa de la Dignidad de México que se celebró en Tijuana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que ayer se impuso la política sobre la confrontación y que hubo voluntad del Presidente Donald Trump para encontrar una salida al conflicto.

“Por eso no le levanto un puño cerrado sino una mano abierta y franca”. “Le reiteramos nuestra disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de nuestros pueblos”, sostuvo.

López Obrador destacó el trabajo de la delegación encabezada por el Canciller Marcelo Ebrard. “Como él mismo lo expreso, es sencillo de comprender, el lunes ya no van a haber aranceles, no va a haber crisis económica o financiera en nuestro país”, celebró.

También agradeció la solidaridad del pueblo de México, el cual, dijo, “es mucha pieza”. “Quisiera decirles más cosas sobre eso, pero me tengo que auto limitar. Agradezco la solidaridad de todas las clases sociales, de todos los sectores, de todas las corrientes del pensamiento, de todos los mexicanos que no titubearon en manifestar su apoyo en la defensa de la dignidad de nuestro país”, señaló.

Añadió que lo que sigue es cumplir con los compromisos: reforzar la frontera, aplicar la ley y respetar los derechos humanos; promover la aplicación inmediata del acuerdo para el progreso de Centroamérica y el sur de México.

Anunció que desde la siguiente semana se ofrecerá ayuda humanitaria, oportunidades de empleo, educación, salud y bienestar a quienes esperen en México su solicitud de asilo para ingresar a EE.UU.

Y dijo “estar casi seguro” de la ratificación en el Congreso mexicano del T-MEC.

Al evento asistieron legisladores, funcionarios del Gabinete federal, representantes empresariales y de la sociedad civil, así como casi todos los gobernadores del país, incluyendo a la Jefa de Gobierno de la capital del país, Claudia Sheinbaum, y el Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo; el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo; el padre y activista Alejandro Solalinde; el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín; el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera; y cientos de personas que se congregaron en las calles de Tijuana.

Destaca la historia con EE.UU.

El Presidente López Obrador destacó que “Estados Unidos y México no son vecinos distantes, comparten una frontera de 3 mil 180 kilómetros de largo; ejercen una influencia cultural mutua, y las historias nacionales de nuestros países están entrelazadas en numerosos episodios de hostilidad, pero también de cooperación y entendimiento”.

El gran zarpazo de 1847 y las intervenciones del siglo XX en nuestro territorio, amén de otros agravios, han tenido una contraparte en la amistad entre gobiernos y la fraternidad de los pueblos de ambas naciones.

Por ejemplo, el presidente Benito Juárez, el mejor presidente de México, recibió una invaluable ayuda de Abraham Lincoln, en su lucha contra los invasores franceses; y en otros momentos Estados Unidos dio refugio a próceres de nuestra historia como Mariano Escobedo, Vicente Rivapalacio, Francisco I. Madero y José Vasconcelos.

No se nos olvida que desconocieron al usurpador Victoriano Huerta en 1913, quien se había hecho del poder tras un golpe de Estado. Más aún, muchos periodistas, dirigentes sociales y políticos de nuestro país optaron por combatir a la dictadura porfirista desde el territorio estadounidense para poner a salvo sus vidas, porque en ese entonces, mientras en Estados Unidos se aplicaba la ley y les castigaba con cárcel, en México desgraciadamente se les tiroteaba por la espalda, se les aplicaba la famosa y terrible ‘ley fuga’.

Más adelante, como aquí se ha dicho, los gobiernos de Franklin Delano Roosevelt y de Lázaro Cárdenas mantuvieron relaciones ejemplares a pesar de la expropiación petrolera de 1938. Unos años después, México peleó al lado de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, no sólo con los aviadores heroicos mexicanos del Escuadrón 201 que combatieron en el Pacífico, sino también enviando en ese entonces al país vecino a trabajadores, braceros, que contribuyeron a garantizar la producción de alimentos y materias primas en Estados Unidos.

A mediados del siglo pasado, la tecnología y los bienes de capital procedentes de nuestros vecinos del norte fueron fundamentales para el proceso de industrialización impulsado en nuestro país.

Hacia los años de 1960 dieron comienzo los programas para el desarrollo de la frontera norte. Con el apoyo progresivo, comercial, bilateral, con el crecimiento de nuestra economía y del mercado interno las empresas de Estados Unidos encontraron una atractiva zona de inversión en nuestro país y casi todas las grandes corporaciones establecieron filiales en nuestras ciudades.

En 1993, ambos países, además de Canadá, firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con lo que se constituyó uno de los principales bloques económicos del mundo.

En consecuencia, en 1995 el gobierno de Washington otorgó un apoyo financiero extraordinario para superar la crisis económica, la devaluación del peso, la crisis financiera que se presentó al concluir la administración de Carlos Salinas e iniciar la de Ernesto Zedillo.

Una de las consecuencias de la imposición del modelo neoliberal en nuestro país fue la expulsión masiva de población de sus lugares de origen, la pérdida de empleos, en una industria desmantelada, cuando decían que la mejor política industrial era la que no existía; y con ello, con el abandono de las actividades productivas en el campo, en la ciudad, creció el flujo de refugiados económicos y, como nunca, tuvieron que irse a buscar la vida del otro lado de la frontera millones de mexicanos.

Millones de compatriotas nuestros cruzaron el río Bravo en busca de subsistencia económica y de mejores horizontes de vida y hubieron de enfrentar la discriminación, los atropellos y la persecución policial; pero también, y eso no debemos soslayarlo, también se registraron sublimes manifestaciones de apoyo y solidaridad de una buena parte de la sociedad estadounidense.

El Jefe del Ejecutivo Federal dijo que también la tecnología de EE.UU. ha sido fundamental para el progreso de nuestro país. Y que después vino el desarrollo de la frontera norte a través de la cooperación bilateral.

“Casi todas las grandes corporaciones establecieron filiales en nuestras ciudades”, dijo. Recordó que en 1993, EE.UU., México y Canadá firmaron el TLCAN, con lo que se constituyó uno de los principales tratados comerciales en el mundo. Y en 1995, el Gobierno de EE.UU. dio un apoyo a México para enfrentar la crisis financiera y la devaluación del peso.

“Una de las consecuencias de la aplicación del modelo neoliberal en nuestro país fue la expulsión masiva de personas de sus lugares de origen”, sostuvo. Criticó que se abandonó la actividad productiva en México y con ello creció el flujo de refugiados económicos y millones de mexicanos tuvieron que irse a buscar la vida del otro lado del Río Bravo, donde enfrentaron discriminación, atropello y persecución policial, pero “también se registraron sublime manifestaciones el apoyo de una buena parte de la población estadounidense”.

México es socio importante de EE.UU.

El Mandatario mexicano también señaló que en Estados Unidos viven actualmente 15 millones de mexicanos y que realizan un aporte fundamental a la economía y cultural del país vecino. “Hay en ella más de un millón de emprendedores, además los mexicanos realizan más del 30 por ciento de las labores agrícolas en EE.UU., el 20 por ciento de las tareas en construcción y el 15 por ciento en la industria turística”, destacó.

Y dijo, además, que esos compatriotas aportan a la economía mexicana unos 33 mil millones de dólares anuales.

También recordó que “así como la nación vecino constituye el principal destino para las exportaciones mexicanas, nuestra nación es también el mercado más importante para las exportaciones de Estados Unidos”.

Por ello, insistió, la decisión de Trump de imponer el arancel “se trató de una medida que respetamos pero que no compartimos, porque de aplicarse hubiese causado un daño importante en ambas economías y debilitado en forma significativa la alianza comercial de la región”.

“Por fortuna, desde el principio hicimos propuestas al Gobierno de EE.UU. para resolver de fondo el fenómeno migratorio y eso contribuyó mucho en las intensas negociaciones”, destacó.

Miles de menores llegaron solos

López Obrador aprovechó su mensaje para llamar al pueblo estadounidense a que tenga paciencia para que se resuelva el problema migratorio y detalló que miles de menores migrantes han cruzado por México solos.

“Aprovechamos aquí en Tijuana para decirle al pueblo estadounidense que no abrigamos ni abrigaremos intención alguna de perjudicarlo, y que estamos resueltos a colaborar con él en todos los ámbitos”, destacó.

Llamó a la comprensión de esa nación porque el fenómeno migratorio no surge de la nada, sino se origina de las carencias en los países Centroamericanos y regiones marginadas de México.

“Hemos expresado que resolveremos el fenómeno migratorio atacando sus causas profundas”, recalcó.

El Presidente de México dijo que de los 521 mil migrantes que han ingresado por la frontera sur de México este año, más de 159 mil son menores de edad y que 43 mil 875 son niñas y niños que viajaron solos.

“No se puede enfrentar la solución solo a cerrar frontera o a utilizar medidas coercitivas, lo más humano es enfrentar el fenómeno migratorio combatiendo la pobreza”, sostuvo.

Dijo que su Gobierno actuará bajo el criterio del derecho humano a vivir sin miseria. “Será injusto que se pretende castigar a México por proponer un alto a la migración mediante el punto de combatir la pobreza desde su origen.

El Presidente celebró que México y Estados Unidos hayan alcanzado ayer un acuerdo para detener los aranceles a las importaciones mexicanas, pero dijo que de lo contrario, México habría optado también por imponer restricciones similares a los productos de esa nación, pues no puede “permitir a nadie que se atente” contra el país.

El Presidente mexicano celebró el acuerdo alcanzado ayer entre México y Estados Unidos porque, dijo, “se nos estaba colocando en una situación muy difícil, muy incómoda, la de tener que aplicar a ciertas mercancías de Estados Unidos las mismas medidas, restricciones comerciales similares a las que se iban a poner a las exportaciones mexicanas”.

“Rechazo los actos de represalias y la ley del Talión, soy un pacifista convencido, inspirado en los ejemplos de Gandhi, de Nelsón Mandela, sin embargo, como Jefe y representante del Estado Mexicano no puedo permitir a nadie que se atente contra la economía de nuestro país y menos que se establezca una asimetría injusta, indignante para nuestro Gobierno y humillante para nuestra nación”, indicó desde el acto de Acto de Unidad en Defensa de la Dignidad de México que se celebró en esa ciudad fronteriza.

Voy, como lo he hecho durante muchos años, a recorrer los municipios de Baja California. Ahora son nuestros anfitriones, son los que nos permitieron llevar a cabo aquí donde comienza nuestra patria este acto de unidad. Para eso fue esta convocatoria.

De nueva cuenta agradezco a todos los sectores representantes del pueblo de México por su apoyo, por su solidaridad.

Le agradezco mucho a los medios de comunicación de nuestro país que, a pesar de que podamos tener diferencias, porque vivimos en un país libre y aspiramos a construir una democracia, no una dictadura y tiene garantizarse siempre el derecho a disentir a pesar de diferencias. Los medios de información en nuestro país se portaron a la altura de las circunstancias.

Amigas y amigos:

Como todos los sabemos, esto es de dominio público, México es un país con muchas riquezas naturales, con un pueblo noble y trabajador.

Tenemos la herencia de grandes civilizaciones y de culturas practicantes de una ética social extraordinaria que nos han dejado el hábito, así nos han heredado el hábito del trabajo, los mejores trabajadores en Estados Unidos son los mexicanos.

Y nos heredaron como enseñanza mayor nuestros antepasados el poner por delante el amor al prójimo, la ayuda mutua. ¿De dónde viene lo de la ayuda mutua? De los pueblos originarios, de las comunidades indígenas, viene de lejos, del México profundo.

¿Y se acuerdan lo que nos repetían nuestros padres, nuestros abuelos, lo que se decía en los pueblos, corría de boca en boca? Decían: ’Hacer el bien sin mirar a quién’. ¿Se acuerdan de eso?

Eso entraña toda la grandeza de nuestro país, de nuestra gran nación.

Si a pesar de nuestras diferencias, como lo demostramos en esta semana, en estos días, actuamos como aquí se ha dicho también, todos juntos, sin odios, con honestidad, con humanismo y sentido de la justicia, seremos cada vez más fuertes en el concierto de las naciones y siempre capaces de remontar cualquier adversidad para consumar, más temprano que tarde, el gran objetivo de construir una patria nueva, próspera, pacífica y fraterna en la que reine por siempre el ideal, el bello ideal del bienestar y de la felicidad del pueblo.