* El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que su gobierno ya ha ejercido 90 % del presupuesto destinado este año para apoyo a productores del campo y destacó que, a diferencia del pasado, el dinero “a lo mejor no les está llegando a los de arriba, pero a los de abajo sí”* Una de las características del periodo neoliberal fue satanizar, estigmatizar todo lo que se hacía para beneficiar a la gente humilde, a la gente pobre; de ahí las descalificaciones, el llamar populista, paternalista, lo que se dedicaba a apoyar a la mayoría de la población* En Estados Unidos, por ejemplo, hay subsidio a los productores, el productor de maíz, de trigo, de carne, de leche, en Estados Unidos recibe hasta el 80 % de su costo de producción como apoyo del gobierno, subsidio del 80 %; y acá se dejó sin apoyo al productor, pero se echó a andar esa campaña para satanizar el subsidio* El resultado fue el abandono al campo, el fomento a la migración y en buena medida eso produjo el incremento en la inseguridad y la violencia
CIUDAD DE MEXICO, 11 de julio (GOBIERNO DE MEXICO).- El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que su gobierno ya ha ejercido 90 % del presupuesto destinado este año para apoyo a productores del campo y destacó que, a diferencia del pasado, el dinero “a lo mejor no les está llegando a los de arriba, pero a los de abajo sí”.
Durante su conferencia matutina, en la que autoridades de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) presentaron los avances en cuatro programas de apoyo al campo, el mandatario aseguró que de los 8 mil 550 millones de pesos destinados a ese ramo, se han ejercido 7 mil 713 millones de pesos, equivalentes a 90 %.
“Se habla mucho de que no hay presupuesto o hay subejercicio del presupuesto. Ya no es igual que antes. A lo mejor no les está llegando a los de arriba, pero a los de abajo sí”, aseguró.
El mandatario destacó que ahora todos esos apoyos llegan de manera directa al productor, no se entregan a intermediarios, ya sea con cuenta bancaria, tarjeta y orden de pago, pero ya no se entrega a las organizaciones. Además, dijo que existe un padrón y se entrega el apoyo de manera directa al productor. “Desde la Tesorería de la Federación al beneficiario”.
Otra diferencia, añadió, es que cuando el programa ProCampo entregaba estos apoyos “llegaban tarde, era una demanda, mejor dicho, una queja de la gente. Ahora llegaron a tiempo, antes de la siembra”.
Más: “antes el apoyo se quedaba arriba y no se tomaba en cuenta a los más pobres, a indígenas, a campesinos y los grandes recibían más apoyos. Ahora son los pequeños”. Incluso, agregó que antes no se incluía a productores de café ni de caña.
“Esta es una base para apoyar a productores, sea para el autoconsumo o para la producción de mercado con el propósito de lograr la autosuficiencia alimentaria”, insistió.
López Obrador aseguró que en la medida que se tengan más recursos, se ampliará el número de productores, luego de la depuración que hicieron para atender a los más pequeños. “Si ahora es hasta 20 hectáreas, va a ir aumentando para que se apoye a más productores y logremos la autosuficiencia alimentaria”.
Cuestionado sobre si estas medidas se podrían considerar como populistas, respondió que en el periodo neoliberal “se satanizó y estigmatizó todo lo que se hacían ahora ayudar a la gente pobre, por eso las descalificaciones de populista, paternalista. Se satanizó el subsidio, era una palabra mala, sinónimo de algo horroroso. Lo que sucedió es que se dejó sin apoyo a los productores. Eso no pasa en el resto del mundo. Esa hipocresía de hablar de libre mercado y al mismo tiempo llevar a cabo políticas que no se aplican en el resto de los países”.
El resultado de no dar subsidios a productores como en Estados Unidos, que les da hasta 80 %, dijo, fue que “se fomentó la migración y eso produjo el incremento a la inseguridad y la violencia”; además de que México es el primero importador de maíz, siendo que es un grano de origen.
Y remató con su conocida frase: “Si apoyar a los campesinos y productores es ser populista, que me apunten en la lista”.
No podemos olvidarlos, mucha gente vive de lo que produce en el campo. Los que vivimos en la ciudad, muchos estamos consumiendo alimentos que se producen en el campo y creo yo que es de justicia que coman los que nos dan de comer, que no se nos olvide quiénes son los que producen la tierra, quiénes son los que producen los alimentos.
Por eso queremos dar a conocer lo que se está llevando a cabo. Es un programa muy bien estructurado, ya se sentaron las bases de la nueva política para el sector agropecuario.
Hay una definición acerca de los programas prioritarios, se está atendiendo todo, pero hay programas estratégicos, en todo lo que es la acción del gobierno hay prioridades.
Se necesitan muchas cosas, es mucha la demanda porque es bastante el atraso, pero tenemos que priorizar y eso es lo que hacemos en cada sector de la economía, en cada acción para el desarrollo social; además buscamos compactar, no dispersar, no tener muchos programas sin el alcance suficiente, sin el beneficio suficiente para el mayor número de personas.
Se dice coloquialmente que el que mucho abarca poco aprieta; la idea es pocos, pero mejores, pocos programas, pero que le lleguen a más gente.
Sí nos importa la producción de hortalizas en las azoteas o la captación de agua de lluvia, que hay muchos programas sobre esto, pero nos importa sobre todo que se apoye a dos millones de campesinos, productores, y por eso estos programas.
De modo que los más pobres de los pobres paradójicamente son los campesinos y son indígenas de nuestro país. Se estima que aproximadamente el 61 por ciento de la población rural se encuentra en situación de pobreza.
Existe una deuda pendiente con ellos, es una deuda que hay que saldar.
Miren, ya hemos hablado mucho sobre este tema. Una de las características del periodo neoliberal fue satanizar, estigmatizar todo lo que se hacía para beneficiar a la gente humilde, a la gente pobre; de ahí las descalificaciones, el llamar populista, paternalista, lo que se dedicaba a apoyar a la mayoría de la población.
Yo recuerdo que se satanizó el subsidio, llegó el momento en que no se podía hablar de esa palabra porque era mala, era sinónimo de algo feo, horroroso. Y lo que sucedió es que se dejó sin apoyo a los productores.
Y esto no pasa en el resto del mundo, ese doble discurso, esa hipocresía de hablar de globalidad, de libre mercado, pero al mismo tiempo llevar a cabo políticas que no se aplican en el resto de los países.
En Estados Unidos, por ejemplo, hay subsidio a los productores, el productor de maíz, de trigo, de carne, de leche, en Estados Unidos recibe hasta el 80 por ciento de su costo de producción como apoyo del gobierno, subsidio del 80 por ciento; y acá se dejó sin apoyo al productor, pero se echó a andar esa campaña para satanizar el subsidio.
El resultado fue el abandono al campo, el fomento a la migración y en buena medida eso produjo el incremento en la inseguridad y la violencia.
Entonces, populismo, paternalismo, se usaba para todo. No era populismo ni paternalismo rescatar a los banqueros, o convertir las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública, eso era fomento o rescate. Lo poco que se destinaba a los pobres se etiquetaba como populismo, paternalismo.