México

Saciaremos esa hambre y sed de Justicia

“El Pueblo de México tiene hambre y tiene sed de justicia. Y así estamos ahora, pero poco a poco vamos a irle dando respuesta a las necesidades del Pueblo”, dijo el Presidente en Campeche

MAMANTEL, Campeche, 22 de septiembre (El Economista/Gobierno de México).- De gira por Campeche este domingo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo confiar que tras la aprobación en la Cámara de Diputados de las leyes secundarias de la reforma educativa, los maestros se portarán a la “altura”, y ya no habrá más ausentismo en las aulas.

Al visitar el Hospital Rural Mamantel, ubicado en Campeche, el presidente López Obrador sostuvo que confía en el Magisterio del país, porque ya se canceló la Reforma Educativa emprendida por el anterior Gobierno, la cual -a su juicio- criminalizaba a los docentes.

“Yo estoy seguro que las maestras y maestros van a estar a la ‘altura’ de las circunstancias, y van a seguir cumpliendo con su responsabilidad. Ya se cancela lo de la semana de martes a jueves, es semana completa, dar clases de lunes a viernes. Nada de ausentismo”, demandó.

El Presidente aseguró que su Gobierno ya no entrega recursos públicos a particulares, sino directamente a beneficiarios. En ese sentido, aseguró que una medida de su Administración es entregar a la asociación de padres de familia, cada año, un presupuesto para que decidan en qué invertirlo.

“Vamos a mejorar también las instalaciones educativas, es decir, todas las escuelas van a contar con su presupuesto anual. Cada año, la sociedad de padres de familia va a recibir su presupuesto para que en la asamblea de padres de familia decidan qué van a hacer con ese dinero, para mantener en buen estado todas las escuelas del país”, aseveró.

Vengo a informarles que se está avanzando en el propósito de transformar a nuestro país. Hubo tiempos de prosperidad en México, eso no se puede negar, pero en los últimos años se cayó en una decadencia, en lo económico, en lo político, en lo social, y también se perdieron valores culturales, morales, espirituales.

Pero nuestro Pueblo tiene un instinto certero, es muy inteligente y decidió que era importante llevar a cabo un cambio, una transformación y eso fue lo que vivimos el año pasado. La gente dijo: ‘Basta, hace falta un cambio, una transformación’, y a nosotros nos toca llevar a la práctica, convertir en realidad ese ideal de nuestro Pueblo.

Vengo a Mamantel a decirles, a Campeche, que no les voy a fallar, voy a estar a la altura de las circunstancias y voy a cumplir todos los compromisos, voy a recoger siempre los sentimientos de la gente y voy a gobernar para el Pueblo y con el Pueblo.

Por eso estamos aquí, estoy recorriendo, visitando, todos los hospitales del IMSS-Bienestar porque el problema de salud requiere de atención urgente y especial, hay muchos problemas, grandes, graves problemas nacionales, ya se pueden imaginar cómo está el país.

Ayer recordaba yo que cuando el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero, enfrentó al régimen dictatorial de Porfirio Díaz utilizó una frase bíblica, dijo: ‘El Pueblo de México tiene hambre y tiene sed de justicia’. Y así estamos ahora, pero vamos a saciar esa hambre, esa sed de justicia, poco a poco vamos a irle dando respuesta a las necesidades del Pueblo.

Y tenemos que priorizar, es decir, ordenar bien qué se tiene que hacer en el Gobierno. Ya tenemos el plan general, lo principal es acabar con la corrupción, poner orden en eso, acabar con el bandidaje oficial.

Si me preguntan: ‘¿Cuál es lo más importante del plan de Gobierno?, y dilo rápido tú, que no hablas de corrido, dilo en lo que tardas parado en un solo pie’. Acabar con la corrupción, eso es lo principal.

Ya empezamos de arriba para abajo, porque nos querían hacer creer que el problema estaba abajo, se atrevieron a decir que la corrupción era parte de la cultura del Pueblo de México. Falso, nuestro Pueblo es honesto, nuestro pueblo es honrado, el problema estaba arriba y estamos ya empezando a barrer de arriba para abajo, como se limpian las escaleras. Se va a acabar la corrupción, y se va a acabar la impunidad. Me canso ganso.

Y esto nos va a ayudar mucho, porque se van a liberar muchos fondos, ya está sucediendo, se están liberando muchos recursos que se iban por el caño de la corrupción y todo ese dinero se está aprovechando para el desarrollo de nuestro país.

Lo mismo, ya se terminan los lujos en el gobierno, porque no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.

¿Cómo llego aquí a Mamantel?

Pues como he venido siempre, porque tengo la dicha enorme de conocer todos los municipios de México y los he recorrido a ras de tierra, así voy a seguir recorriendo México. Ya los aviones que se usaban, los helicópteros, ya están en venta, no voy a subirme al avión presidencial porque no voy a ofender al pueblo de México.

¿Cómo me subo a un avión que costó siete mil millones de pesos, un avión de lujo, habiendo tanta pobreza en nuestro país?

Eso ya se terminó. Además, si vengo a Mamantel en helicóptero, ¿cuándo me voy a dar cuenta de cómo está el camino?

Y ya no hay sueldos elevadísimos, ya no hay sueldos de 700 mil pesos mensuales, se rayaban, abusaban. Ahora estamos bajando los sueldos de los de arriba, porque van a aumentar los sueldos de los de abajo. Justicia laboral.

Ya desapareció el Estado Mayor Presidencial.

¿Saben cuántos cuidaban al Presidente?

Ocho mil elementos, que ganaban más que los soldados, más que los marinos, desde luego más que los policías. Ahora que venía para acá en Escárcega me detuvieron unos policías y les pido respeto para ellos, porque me entregaron su petición de que ganan muy poco.

Y me gustó mucho -esto Carlos Miguel lo va a entender muy bien y ahí se lo dejo de tarea- me dijeron los policías ahí, en Escárcega: ‘Ganamos seis mil pesos, muy poco, y estamos cuidando de que no se asiente el Crimen Organizado’, o sea, están haciendo su trabajo, hay que apoyarlos a los policías.

Tenemos que mejorar los sueldos de los trabajadores, ya estamos avanzando. Por primera vez en 36 años aumentó el salario mínimo en 16 por ciento, por primera vez en 36 años; y este año, de acuerdo a datos del Seguro Social, son los salarios más altos que se hayan registrado en la historia del país desde que se tiene información en el Seguro Social, ya tenemos un promedio de salario de los inscritos en el Seguro Social de alrededor de 11 mil 600 pesos mensuales, esto no se había dado.

Entonces, vamos a ir mejorando cada vez más el salario, nunca va a volver a suceder lo que hicieron en 36 años, a veces aumentaban el salario abajo, por debajo de la inflación, imagínense. Eso en la práctica, en la realidad, significaba una pérdida del poder adquisitivo del salario.

Nada más para tener una idea, hace 30 años un salario mínimo alcanzaba para comprar 50 kilos de tortilla, y ahora a pesar del aumento del 16 por ciento, el salario mínimo alcanza para comprar seis kilos de tortilla, alcanzaba para 50 kilos y ahora para seis kilos. Así se deterioró el salario en todo el periodo neoliberal.

Ahora que estamos atendiendo el fenómeno migratorio, estamos ayudando a hermanos guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, porque los que pasan por Campeche, por Tabasco, por Chiapas, los que entran al país y van al norte, lo están haciendo por necesidad, porque hay problemas en Centroamérica, sobre todo en Honduras.

Y nosotros no somos partidarios de resolver los problemas sólo con el uso de la fuerza, porque eso no es una solución definitiva. Nosotros lo que queremos es que el centroamericano, como el mexicano, el campechano, pueda trabajar y ser feliz donde nació, donde están sus familiares, sus costumbres, sus culturas, que el que quiera irse a buscarse la vida a otras partes lo haga por gusto, no por necesidad. Ese es el sueño que quiero convertir en realidad: que haya trabajo en las comunidades, en los pueblos.