CIUDAD DE MÉXICO, 26 de septiembre (SinEmbargo).– A cinco años de distancia del ataque a normalistas en Iguala de la Independencia, Guerrero, las escenas captadas por los propios estudiantes de Ayotzinapa siguen mostrando el horror y el dolor que tuvieron que soportar.
“¡No disparen! ¡Ya nos mataron a uno, culeros!”, “¡ya mataron a uno, háblale a la ambulancia!”, “se van a quedar los federales, nos va a querer fastidiar”, “¿por qué recoges los casquillos, cabrón?”, “necesitamos una ambulancia aquí. Hay un compañero al que le falta la respiración”. Esas son las frases que se escuchan en los videos.
En diciembre de 2014, Anabel Hernández y Steve Fisher, integrantes de un programa de investigación de la Universidad de Berkeley, revelaron las escenas captadas desde los celulares de los normalistas.
Mil 825 días de ausencia. Las mismas preguntas: ¿Qué pasó con ellos?, ¿qué les hicieron?, ¿dónde están? Este jueves se cumplen cinco años de la desaparición forzada de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa.
Los padres y madres de los 43 estudiantes llegan al quinto aniversario con las mismas interrogantes, pero con la esperanza renovada frente a una nueva ruta en las investigaciones del caso Iguala.
La noche del 26 de septiembre y madrugada del 27 de septiembre del año 2014, decenas de alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, viajaban en cinco camiones de pasajeros con destino a la Ciudad de México cuando policías los atacaron en Iguala, en el estado de Guerrero.
Un camión que traslada al equipo local de fútbol y un taxi, –ajenos al movimiento estudiantil– también fueron agredidos. El saldo fue de seis personas asesinadas: tres estudiantes y tres civiles; así como 43 normalistas desaparecidos y al menos una cuarentena de personas heridas.
Los padres y madres de las víctimas salieron a marchar para exigir el esclarecimiento de los hechos, la aparición de los jóvenes, justicia y castigo. Miles de kilómetros han recorrido desde ese día a la fecha. Su clamor jamás ha cesado.
Los hechos conmocionaron al país y al mundo.Voces gruesas, fuertes e intensas de maestros en formación retumban cada día 26, desde entonces: “Presentación con vida y castigo a los culpables”, es la demanda sostenida.
La masacre y desaparición aún no han sido castigadas, ni esclarecidas.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto brindó una versión oficial, a la que llamó “la Verdad Histórica”, que establecía que los estudiantes fueron privados de la libertad a manos de policías corruptos y miembros del Cártel Guerreros Unidos; que después fueron quemados en el basurero de Cocula y posteriormente arrojados al río San Juan.
La hipótesis, presentada por el exprocurador Jesús Murillo Karam, y que a cinco años aún insiste en sostenerla, fue inmediatamente descartada y desmentida por grupos de expertos y peritos independientes.