RIO DE JANEIRO, Brasil, 25 de febrero (EFE).- El Sambódromo de Río de Janeiro bajó durante la madrugada de ayer martes su telón del Carnaval de este año, pero la fiesta más multitudinaria de Brasil siguió corriendo libre en las calles y promete continuar hasta el fin de semana.
En la propia Río de Janeiro, así como en Recife, Salvador, Sao Paulo, Brasilia y casi todas las ciudades del país, las comparsas ocuparon las calles con el endiablado ritmo de sus tambores, en una fiesta que en la mayoría de los casos tiene cerveza como combustible y que en muchos sitios se prolongará durante algunos días más.
Aunque Vinicius de Moraes cantaba que durante la “gran ilusión” del Carnaval “la tristeza no tiene fin, la felicidad sí” y que “todo acaba” en el Miércoles de Ceniza, los brasileños de hoy no parecen hacerle mucho caso al padre de la bossa nova.
Las bandas callejeras conocidas como “blocos” ya han programado desfiles en decenas de ciudades incluso para este mismo miércoles, cuando acaba el largo festivo oficial que comenzó el pasado viernes en todo el país y se supone que los brasileños deberán guardar sus disfraces y volver al trabajo.
La masificación del carnaval de calle
En los últimos años, en los que Carnaval de calle se masificó y los “blocos” adquirieron dimensiones enormes, muchas de esas bandas han optado por ni siquiera anunciar sus desfiles, a fin de mantener el espíritu de fiesta entre amigos que tenían antaño.
Uno de ellos fue el Bloco de Osmar, en Sao Paulo, que solamente hizo uso de la comunicación “boca a boca” para su desfile, y pese a que evitó hasta las redes sociales, este martes reunió a cientos de personas en una plaza.
También este martes el Carnaval mantuvo el tono feminista que le han imprimido muchas comparsas, como el “Bloco de Pagú”, inspirado en la intelectual y activista comunista Patricia Galvao, fallecida en 1962 y que dedicó parte de su vida a la lucha por los derechos de las mujeres.
En Río de Janeiro, el último día oficial del Carnaval llevó a la calle a por lo menos 60 “blocos”, algunos ya más que tradicionales, como la Banda de Ipanema, que desde 1964 ocupa cada año las calles aledañas a la playa seguida por decenas de miles de personas.
Académicos da Grande Rio, los campeones
Académicos da Grande Rio fue elegido por el jurado del Golden Standard como la mejor escuela del Grupo Especial este año. Al jurado le gustó el desfile llamativo, la belleza en el desarrollo de la trama y la gran interacción con el público. La asociación también fue premiada en otras cuatro categorías: samba-enredo, extractor, baianas y Fernando Pamplona, creada este año. La escuela honró al padre de San Joãozinho da Gomeia, buscando su primer título completamente renovado, con el debut del dúo de carnaval Gabriel Haddad y Leonardo Bora en la escuela.
La cantidad de premios para la asociación verde, roja y blanca animó los componentes, no sin antes sorprenderlos con tal recepción por parte del jurado del Golden Standard, un premio promovido por GLOBO y “Extra”. El director de carnaval de la escuela, Thiago Monteiro, ve los logros como un reconocimiento por el trabajo realizado durante más de un año, especialmente con la llegada de los artistas de carnaval Gabriel Haddad y Leonardo Bora. El dúo también es coleccionista de la mejor pancarta de la escuela, habiendo ganado el título de Academicos do Cubango, en la Serie A, en 2018 y 2019.
Las seis mejores escuelas de este Carnaval volverán al Sambódromo el próximo sábado para el llamado “Desfile de las Campeonas”, con el que acabará definitivamente la mezcla de juerga y catarsis colectiva en que Brasil se sumerge cada año.