El día de hoy, se conmemoran cincuenta años de la matanza del jueves de Corpus o el Halconazo, una acción del Estado en la que se ordenó la represión y asesinato de cerca de una centena de jóvenes manifestantes que protestaban por las reformas que le quitaban la autonomía a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
El jueves 10 de junio de 1971, un grupo de estudiantes y maestros de la UANL convocaron a una marcha multitudinaria a la que se sumaron alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La marcha salió del Metro Normal, donde se encuentra la Escuela Nacional de Maestros, y tenía como objetivo llegar hasta el Zócalo capitalino, pasando por la calzada México -Tacuba, sin embargo, el paso de los manifestantes fue detenido por militares vestidos de civil denominados como “Los Halcones.”
El grupo de choque fue adiestrado por agencias de seguridad y por la CIA y se les dotó con varas de bambú espadas de kendo y porras para atacar a los inconformes, quienes repelieron la agresión y provocaron la retirada de “Los Halcones”.
Sin embargo, los militares y policías antimotines detuvieron la retirada y entregaron rifles M-1 y otras armas de fuego al grupo de choque, el cual abrió fuego indiscriminadamente contra los jóvenes, muchos de los cuales cayeron heridos o muertos por las balas.
Ni los heridos lograron salvarse, pues varios fueron llevados a hospitales cercanos, sin embargo, allí llegaban “Los Halcones” a rematarlos, ante la vista atónita de doctores y enfermeras.
Actualmente, se desconoce la cantidad exacta de los estudiantes asesinados durante el jueves de Corpus, sin embargo, se estima que el número oscila entre 30 y 120, además de una cifra indeterminada de heridos.
Al día de hoy, cinco décadas después, no se ha podido llevar ante la justicia a ninguno de los responsables del “Halconazo”.
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JMCG