La Península de Yucatán fue el corazón del desarrollo de las grandes metrópolis mayas entre los siglos III y X de nuestra era. Chichén Itzá, la ciudad sagrada de los itzaes o brujos del agua fue fundada en el siglo V.
Tras la decadencia de Tikal, Copán y Palenque, la población emigró hacia el norte y fundó nuevos centros de poder. Con la llegada de personas de origen putún, chontal e itzá inició la primera fase constructiva de la urbe, conocida como Chichén Viejo.
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Para el año 900 y el ascenso de grupos putunes provenientes de Campeche, Chichén Itzá vivió un renacimiento en sus estilos, ahora de influencia tolteca. En este periodo se levantó la Pirámide de Kukulcán y el sitio se convirtió en un foco de poder maya, hasta su ocaso y abandono, en el siglo XIII.
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jram