En el encuentro trilateral realizado este miércoles entre las delegaciones de México, Estados Unidos y Canadá, Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, enfatizó la importancia de una estrategia conjunta en Norteamérica para combatir el tráfico de fentanilo, otras drogas y armas, subrayando que esta problemática trasciende las fronteras estadounidenses.
Durante la tercera reunión del Comité Trilateral enfocado en estas cuestiones, Sherwood-Randall destacó que enfrentar el desafío del fentanilo es crucial para la seguridad de todos los países involucrados y urgió a no esperar a que la situación escale a una crisis mayor.
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Por su parte, Nathalie Drouin, consejera de seguridad nacional e inteligencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reconoció los desafíos que el tráfico de fentanilo representa también para Canadá, marcándolo como una amenaza en evolución y reiterando el compromiso de su país de trabajar en colaboración con México y Estados Unidos para combatir el problema.
En este marco, Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de México, confirmó que México está listo para luchar contra las drogas sintéticas, especialmente el fentanilo, y destacó la necesidad de cooperación para detener el flujo de armas de alto calibre hacia México que fomenta la violencia.
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Rodríguez aportó datos significativos sobre los esfuerzos de México en esta lucha, incluido el decomiso de 8 toneladas de fentanilo y 569 toneladas de metanfetaminas en los últimos cinco años, así como 2 mil 528 toneladas de precursores químicos y 48 mil armas de fuego, de las cuales el 70 por ciento proceden de Estados Unidos.
Este diálogo trilateral subraya un compromiso compartido para abordar y mitigar los riesgos asociados al tráfico de drogas y armas en la región, buscando soluciones conjuntas frente a desafíos comunes.
Además, en una reunión previa con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, Sherwood-Randall recibió promesas de cooperación para asegurar una migración “segura y ordenada”, reafirmando la importancia de la colaboración entre los tres países norteamericanos.
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