El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró este lunes que no tomará medidas contra la persona que le lanzó una botella de agua durante una manifestación en Veracruz, incidente que ocurrió mientras inauguraba la Casa Museo Benito Juárez en el puerto de Veracruz el domingo pasado.
Durante su conferencia matutina, López Obrador comentó que, a pesar del incidente, no habrá represalias contra el agresor. "Ese puede estar tranquilo, no pasa nada, es que no pasó a mayores", afirmó el mandatario, destacando que su gobierno no recurrirá a la represión.
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También aprovechó para reiterar su llamado al respeto y la prudencia en medio de un ambiente político tenso.
El incidente se produjo en un contexto de protestas en contra de la reforma judicial, promulgada el 15 de septiembre, la cual propone que los jueces y ministros de la Suprema Corte sean elegidos por voto popular.
Los manifestantes, principalmente trabajadores del Poder Judicial, que se encuentran en paro desde el 21 de agosto, coreaban consignas como "¡dictador, dictador!" mientras simpatizantes de Morena respondían lanzando botellas y huevos.
Aunque no está claro quién fue el responsable de arrojar el objeto, López Obrador esquivó la botella, un gesto que describió con humor: "Yo empecé jugando béisbol, era ‘fielder’, imagínense si no sé esquivar".
El presidente pidió a sus seguidores y funcionarios actuar con prudencia y evitar caer en provocaciones, ya que considera que en estos días, antes de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum el 1 de octubre, es probable que las tensiones se intensifiquen. "Tanto los extremos del conservadurismo como la supuesta izquierda radical están provocando", advirtió.
López Obrador también respondió a las críticas de los trabajadores judiciales, quienes rechazan la reforma al considerar que afecta la carrera judicial y abre la puerta a la intervención del Ejecutivo y grupos de interés. "Entiendo que están enojados, pero no se puede conservar el statu quo, las cosas tienen que cambiar", expresó.
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