Opinión

El Bloqueo contra Cuba es criminal como quiera que se le presente...

Félix Sautié Mederos

Crónicas Cubanas

A pocos días del debate en la ONU del documento

presentado por Cuba para denunciar al Bloqueo

Queridos lectores de Crónicas Cubanas, en mi conciencia de periodista no puedo quedarme impasible ante lo que está tratando de instrumentar Estados Unidos en la ONU, para enfrentar su fracaso anualmente reiterado al respecto de la Resolución presentada por Cuba de denuncia al criminal Bloqueo contra mi pueblo, que año tras año es aprobada por una inmensa mayoría de los países miembros que ya deja prácticamente solo en sus empeños genocidas al Norte revuelto y brutal que nos desprecia.

En consecuencia, quiero hacerme eco de lo planteado por el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla en una conferencia con la prensa acreditada en La Habana, de la cual formo parte, para denunciar un proyecto de enmienda de los Estados Unidos a la Resolución presentada por Cuba que se debatirá en el plenario de la ONU el próximo 31 de octubre.

Un texto que por sus planteamientos ampliamente denunciados y explicados por el Ministro Bruno, constituye en la práctica una afrenta a la capacidad y el entendimiento de las personas “leídas y escribidas” como se dice popularmente en Cuba, no ya únicamente a los diplomáticos especializados, por lo poco serio de sus planteamientos que pretenden justificar cínicamente un Bloqueo, el más largo de la Historia Universal hasta el momento, que como quiera que se le presente es genocida y criminal. Para lo cual además, no les asiste ningún derecho moral ni político para haberlo, y que sólo se fundamenta en su creencia y arrogancia de que ellos son los únicos dueños del mundo y que todos los seres humanos les debemos sumisión.

Los medios de prensa se encargarán de publicar su contenido seguramente, pero quiero adelantarles que forma parte, como expresó el Ministro Cubano de Relaciones Exteriores, de una escalada contra Cuba en los aspectos retóricos y prácticos de la ofensiva que encabezan los Estados Unidos contra los países progresistas y de izquierdas del mundo, acrecentada en los últimos tiempos de la Era Trump.

Además todo lo considero especialmente muy sospechoso por el momento en que se plantea, a muy pocos días de las elecciones en Brasil en donde es posible que el fascismo se imponga como resultado de las más burdas maniobras y falsedades detrás de las que indudablemente están los Estados Unidos, que día a día nos informan la prensa internacional y los telediarios.

Quiero comentarles que es especialmente burdo, e incluso diría yo que infantil, lo que se plantea por Estados Unidos en su documento de enmiendas de acusar a Cuba en el sentido de que en sus órganos de dirección gubernamental y parlamentaria no se respeta la igualdad de género en la integración de mujeres en estos órganos. Habría que plantearse que acaso los que redactaron este documento no saben matemáticas ni siquiera aritmética elemental para contar los porcientos y el número de mujeres integradas en estos órganos cubanos. Ni tampoco tienen información que en Cuba las mujeres detentan los mismos derechos que los hombres y ganan igual salario, en contraposición a lo que sucede en las Estados Unidos. Baste sólo este ejemplo para darle muy poco crédito a esta maniobra de diplomáticos poco capaces que ya ni tienen cómo justificar una tan extendida agresión que va contra el pueblo de Cuba, especialmente contra los más débiles como son los niños, los ancianos e incluso las mujeres; y que cada día se hace más obsoleta, cuando también incluso castiga y condena a los demás países del mundo que realicen actividades comerciales y económicas con Cuba, como si ellos fueran el árbitro y el juez internacional.

Soy de los que no negamos nuestras deficiencias y errores propios de toda obra humana, que seguramente son muchísimo menos que los Estados Unidos, criminal y genocida país que ataca y bombardea indiscriminadamente día a día en los más disímiles pueblos del mundo.

Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.