Opinión

La Cuarta Generación

Por León García Soler

A la Mitad del Foro

Son cuatro los evangelistas a cargo del texto de la Constitución moral. Y ahí viene la guardia nacional que, previa reforma constitucional, de la norma suprema de esta República todavía laica y federal, hará el milagro de la transubstanciación que nos diga cómo se integra una policía federal que sea Guardia Civil caminera como la de la España franquista y las falanges de Primo de Rivera. O quedarnos a la mitad del camino, como le sucedió a Peña Nieto con el proyecto de una gendarmería conforme al diseño de la dulce Francia. No se militariza, afirman los temporaleros de Morena, porque no son de tropa, son policía militar y naval.

Ah, la notable y talentosa jurista Olga Sánchez Cordero, les ofreció una clase de metafísica a los de la oposición mínima que defienden el prestigio del Ejercito de la Revolución Mexicana, pero siguieron el camino trazado por Felipe Calderón a dictado de la DEA. Se les olvidó a los de la Cuarta Transformación que el hábito no hace al monje. Será porque finalmente nueve de once ministros de la Suprema Corte declararon inconstitucional la Ley de Seguridad Interior que, dislates semánticos aparte, pretendió “normalizar” la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública. No es lo mismo seguridad pública que seguridad nacional. Y en el proyecto moreno de Guardia Nacional, el mando es de manu militari de la Secretaría de la Defensa.

Aunque sean policías militares y no troperos; aunque a los miles que sean reclutados se les dé instrucción de policías y no de fuerzas de combate; aunque se mezclen con los miles de policías federales creación de Ernesto Zedillo, a los que únicamente cambió de jefes Vicente Fox y a los que Felipe Calderón disfrazó de fuerzas de asalto para combatir al crimen organizado. Será Guardia Nacional armada y bajo el mando del General Secretario de la Defensa. Así se preserve y respete la condición del Presidente de la República como jefe supremo de las fuerzas armadas; y aunque se hagan las reformas indispensables a la Constitución, se establecería un mando militar directo sobre las fuerzas policiacas de la Nación.

La Policía Federal desaparece, no se convierte en parte especializada como son las fuerzas navales y aéreas. Simplemente la absorbe la Guardia Nacional. Y no quedará rastro de policías estatales, municipales, ya sometidas al atraso y a la sumisión al mal afamado “mando único” que sirvió a los gobernadores del “feuderalismo”, como guardia pretoriana y tropa de asalto. Se acabó la policía de contacto, la local. Y en más de tres décadas no hubo gobierno alguno que aumentara el presupuesto, capacitara o fuera capaz de dotar de un policía a cientos de municipios que no tienen ni uno solo.

Los gobernadores, derrotados por la avalancha morena, sometidos por herencia del sistema a la voluntad del jefe de gobierno, de estado, y ahora moral, aceptarán el nuevo golpe al federalismo, con menor resistencia todavía que la presentada a la disolución del sistema plural de partidos que llegó con el sufragio efectivo y la alternancia en la titularidad del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. Ni modo. Afortunadamente hay todavía quienes creen en la fuerza de las ideas y el valor incontestable de la palabra. No basta cambiar de nombre o el color de los uniformes de una fuerza armada. Es más, en la hora del ascenso fascista al poder en Brasil, la policía federal organizó, persiguió y llevó a Lula a la cárcel para que no pudiera ser candidato. Y esa policía federal no depende del mando político sino directamente del Ejército.

El Ejército Mexicano, Ejército de la Revolución Mexicana, ha mantenido con rigor ejemplar la obediencia al mando civil. Y el nuestro es de los muy contados países en que no se ha producido un golpe militar, ni siquiera el intento desde 1929. Y en ese largo tiempo los cuartelazos se han reproducido en toda la América nuestra. O casi toda. En Francia, nada menos, Charles De Gaulle tomó el poder al amparo del levantamiento militar en Argelia. Y en los corrillos de la diplomacia corre la burlona pregunta de porqué no se ha dado un golpe de estado en los Estados Unidos de América: “Porque en Washington no hay embajada americana”, es la respuesta desconsolada en los pueblos de la América nuestra.

Menos mal que en muy pocos días Andrés Manuel López Obrador rendirá protesta en el Congreso de la Unión. Y habrá iniciativas de ley para legitimar las consultas sin tener que superar las condiciones impuestas por la normatividad vigente. Por ahora, son los más fieles seguidores del guía político y moral, quienes empiezan a temblar ante la capacidad de su líder para adaptarse a la terca realidad; hacer efectivo el perdón a “la minoría rapaz” que ha explotado a los pobres; reunirse con quienes lo acusaron de ser un “peligro para México”; para decirse semejante a Donald Trump y convocarlo a una versión contemporánea de la kennediana Alianza para el Progreso. Dejad que los ricos se acerquen a mí, ha dicho quien predicó en el desierto y recorrió el país entero de ranchería en ranchería, para anunciar la Cuarta Transformación y el fin del dominio de “la Mafia del Poder”

Nada altera la fidelidad de los creyentes. Hay que reconocer que Andrés Manuel López Obrador es auténtico pastor de hombres, líder social y orador cuyas palabras quieren decir lo que él quiera que quieran decir. Taumaturgo capaz de curar a corruptos confesos y sentenciados; de salvar del ostracismo a hombres en fuga, como a Marcelo Ebrard, portador de recursos para alivio de las multitudes de tabasqueños conducidos hasta el entonces Distrito Federal. Tránsfuga como asesor en la California del otro lado, vuelto para ser designado secretario de Relaciones Exteriores. Y portavoz de la buena nueva: Más de cien estadunidenses estarán en San Lázaro para dar testimonio de la ascensión de López Obrador.

En tiempos del cardenismo hubo en México un embajador de los Estados Unidos de quien se escribió notable libro titulado: “Diplomático en Mangas de Camisa”: Josephus Daniels, secretario de Marina cuando la intervención americana en la tres veces heroica Veracruz. Franklin D. Roosevelt era subsecretario y sería Presidente de los Estados Unidos, elegido y reelecto tres veces más. Y ahí está el que ofrece el perdón a los criminales aunque provoque la amarga protesta de las madres de las víctimas.

Quién es el vencedor de la Mafia del Poder que se los arrebata en las urnas, se reúne con los mandones en cuanto triunfa y los sacude con la suspensión de la obra de infraestructura más importante de la hora; el líder que asiste impasible a los tropiezos y confusiones de sus lugartenientes y legisladores de sello moreno, así se desplomen la bolsa de valores y clamen las calificadoras. El huracán tropical que sacudió al sistema con el grito de “al diablo con sus instituciones”, cómo se convirtió en predicador del pragmatismo que lo lleva a reunirse con la nueva generación del privilegio y anunciar la creación de un Consejo Empresarial, que lo apoyará para lograr crecimiento económico y bienestar en el país.

Lea los nombres. El primero de ellos, Ricardo Salinas Pliego, dejó entrever que con el anuncio de López Obrador se hace efectiva la función del poder que hace política, hace políticos y hace la cuarta generación empresarial. Los que ofrecieron apoyo, según López Obrador, son Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Gómez, Olegario Vázquez Aldir, Carlos Hank González, Daniel Chávez, Miguel Rincón, Sergio Gutiérrez y Miguel Alemán Magnani. El consejo será coordinado por Alfonso Romo y su sonrisa de satisfacción.

Por lo que hace a la política y las obras anunciadas, el creador de la nueva generación, estuvo en Yucatán con cinco gobernadores. Manuel Velasco, de temporal en Chiapas; Mauricio Vila, el recién llegado panista de Yucatán; Carlos Joaquín de Quintana Roo, donde cosechó votos López Obrador; Alejandro Moreno, el de Campeche que hace política y sabe sumar; Arturo Núñez, quien cumplió en Tabasco con elegancia y sobriedad; y Alejandro Murat, quien rindió su informe en Oaxaca y en Mérida diría que López Obrador será el Presidente del Sureste.

A ver qué dicen del Tren Maya los consultados en todo el país sobre el programa inmediato y la inversión pública prevista en el presupuesto por aprobarse.