Opinión

Comunicación estratégica: Profundo Hoyo Negro

Guillermo Fabela QuiñonesApuntes

En menos de dos semanas iniciará el gobierno que ha despertado grandes expectativas por un cambio que nos ponga a salvo de las atrocidades del conservadurismo retrógrado. Son muchos los problemas de todo tipo que habrá de enfrentar y muy poco el tiempo para resolverlos. Por eso mismo es preciso optimizarlo, señalando prioridades que vayan abriendo paso a soluciones viables y expeditas.

Las clases mayoritarias demandan justicia elemental, la cual se les ha negado por gobiernos al servicio del mercado, como un fetiche colocado muy por encima de los temas sociales. Asimismo, exigen seguridad para sus familias, asunto que se ha convertido en prioritario por los niveles de dramatismo alcanzados en el país. La violencia que no cesa es otro asunto muy preocupante, que al igual que los anteriores debe ser abordado con sensibilidad política y verdadero interés resolutivo.

En estos días que faltan para que inicie diciembre, las presiones de los enemigos de un cambio verdadero, con sentido social y rumbo histórico, serán un asunto para el que conviene tener estrategias correctas y no dejar nada a la improvisación. Tampoco esperar que sea el propio Andrés Manuel López Obrador quien, dada su capacidad comunicativa, sea el componedor de los entuertos.

Así no llegaría a ninguna parte, por el desgaste que tendría en muy poco tiempo, peor que el sufrido por Donald Trump debido a su proclividad por el Twitter, tal como lo quieren sus enemigos del PRIAN. Es preciso contar con un equipo de comunicación de muy alto nivel, que esté atento a los sucesos no sólo de la cotidianidad, sino que prevea lo que sucederá por tal o cuál decisión o acciones tomadas.

Se nos viene encima una etapa muy movida en todas direcciones, como tsunamis sin control si el gobierno federal no es capaz de adelantarse a los acontecimientos, y peor aún si pierde el tiempo en temas intrascendentes, como por ejemplo la nueva imagen de la Ciudad de México, cuyo desenlace motivó una polémica innecesaria que desvió la atención de asuntos en verdad importantes para la capital y la nación.

Los enemigos del gobierno democrático no descansan, como lo hemos estado viendo a partir del primer domingo de julio. Son muchas las trampas que han querido tenderle, aunque sin éxito porque el político tabasqueño ha actuado con celeridad y destreza comunicativa. Sin embargo, ya como primer mandatario las cosas no serán tan fáciles porque las presiones serán más firmes, pues sus enemigos querrán aprovechar los primeros tres meses para hacerlo desatinar y se deje rebasar por los acontecimientos.

De ahí el imperativo de contar con un equipo estratégico en el área de comunicación, con la plena confianza y seguridad de que no recibirá goles (mucho menos autogoles de los “amigos”), única alternativa para que pueda dedicarse a trabajar en las prioridades de su gobierno, sin la monserga de estar pendiente de los medios y de cómo responderles, a tiempo y con eficiencia indiscutibles.

La derecha neofascista está volviendo por sus fueros, como lo demuestra el caso brasileño, motivo que puede ser un incentivo para que los ultra reaccionarios autóctonos saquen su odio de clase y quieran hacer de las suyas, lo cual sería el caso si notan que López Obrador reduce su capacidad estratégica por atender asuntos no prioritarios.

(guillermo.favela@hotmail.com)

Twitter: @VivaVilla_23