Guillermo Fabela QuiñonesApuntes
Mientras Morena, el partido en el poder, está enfrascado en una lucha interna por el cambio de la dirigencia nacional en noviembre próximo, los conservadores no pierden el tiempo y trabajan en diversos frentes por socavar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, con un odio clasista que patentiza el origen de su confabulación. El llamado de “amor y paz” que cotidianamente envía el Ejecutivo a sus adversarios, es respondido con una animadversión visceral orientada a soliviantar los ánimos de la población desinformada y fácilmente manipulable.
Por las redes sociales, que tanto contribuyeron al triunfo electoral del abanderado de Morena, los conservadores ultramontanos están haciendo esfuerzos por ganarse el apoyo de las clases medias que votaron por el entonces candidato, bajo invectivas que rayan en lo ridículo. En ello destaca el regiomontano Gilberto Lozano, fundador del nebuloso Congreso Nacional Ciudadano. Lo más peligroso de sus peroratas en la red son sus llamados a la desobediencia civil, su rechazo a leyes votadas en el Congreso y por tanto son consensuadas por las diversas fuerzas representadas en el Legislativo.
Es un enérgico promotor de los amparos contra la puesta en marcha del nuevo aeropuerto de Santa Lucía y de la Ley de Extinción de Dominio bajo la falacia de que atenta contra la propiedad de las familias. Se vanagloria de que fue su organización la que logró que la Comisión Nacional de Derechos Humanos impugnara esta ley, aunque no se conoce un seguimiento del asunto por parte de ésta. De ahí la pertinencia del llamado del Ejecutivo a que “den la cara” quienes están detrás de los 140 amparos contra la construcción de la terminal aérea.
Afirmó: “Ellos tienen consigna política, deberían de informarle a la gente cuáles son sus razones, así como nosotros estamos exponiendo; porque yo puedo decir: se tomó la decisión de cancelar el aeropuerto de Texcoco porque es la zona más baja y de mayor hundimiento en el Valle de México, y lo puedo probar”. La consigna, sostuvo, es política y de ello da ejemplo el mencionado Gilberto Lozano.
Lo que asombra es que los conservadores o neoporfiristas actúen de manera desembozada y sin temor a represalias; no tienen empacho en denostar al Ejecutivo y, sin decirlo enfáticamente, siguen tratando de hacer creer a la ciudadanía que el nuevo régimen atenta contra la propiedad privada, que por eso se aprobó la Ley de Extinción de Dominio, cuando su finalidad concreta es poner diques a la corrupción mediante la adquisición de inmuebles adquiridos con dinero cuyo origen es comprobadamente ilegal.
El hecho de que los reaccionarios actúen con plena libertad es la demostración plena de que hay una nueva forma de ejercer el poder. El ejemplo más obvio es este individuo megalómano y sociópata, quien fue director de Recursos Humanos y Planeación del Grupo Femsa y de la Cervecería Cuauhtémoc, además catedrático del Instituto Tecnológico de Monterrey.
Sin embargo, es momento de señalar la importancia que tiene para el nuevo régimen usar ahora los medios con una finalidad informativa concreta que anule las denostaciones y tergiversaciones contra las políticas públicas del presidente López Obrador, por parte de los conservadores que sueñan con regresar al poder con ánimos perversos y revanchistas. Por eso es vital que Morena se convierta en un real partido en el poder, con estrategia y tácticas incluyentes, que permitan frenar a los que añoran el régimen imperial.
guillermo.favela@hotmail.com
Twitter: @VivaVilla_23