Opinión

Expresiones de la Derecha Latinoamericana

Por Cristóbal León Campos

En estas horas, Nuestra América vive jornadas heroicas, las movilizaciones en Chile lograron parar el aumento al pasaje del metro; en Ecuador la fuerza indígena-popular asestó un golpe al decreto 883 que buscaba reinstalar de manera más directa el neoliberalismo; en Colombia y Perú los gobiernos entran en jaque por sus contradicciones internas y ante el alzamiento de sectores políticos en pugna; Guatemala se moviliza y Haití sigue como siempre, resistiendo a la extrema condición a la que se le ha condenado desde hace siglos por haber tenido primero que nadie, la osadía de emanciparse a finales del siglo XVIII; en México la ultraderecha agita sus manos y convoca al odio con cada paso del gobierno, quieren desestabilizar a la sociedad para usar el mismo recurso de los últimos años, un golpe de estado, sea parlamentario o mediante la utilización de la violencia más cruel; Cuba resiste y persiste, la revolución se mantiene sostenida por el pueblo, a pesar del genocida bloqueo y de todos los ataques que día con día deben sortear para mantener el camino de la construcción de un mundo mejor.

La derecha latinoamericana repite y repite, una y otra vez, el mismo guion, indudablemente, en ocasiones con éxito, sobre todo, cuando para sus actos cuenta con el apoyo abierto y directo del imperialismo estadounidense, mírese la historia nuestra para dar prueba de ello, los golpes de estado efectuados por los conservadores, las dictaduras establecidas durante décadas, la propaganda manipuladora y mentirosa que en ocasiones logra su cometido y seduce a las masas sin preparación política, pero también, y esto es algo que no suele verse en toda su dimensión incluso en la propia izquierda, cuando las acciones de la derecha se enfrentan a pueblos organizados, concientizados y fortalecidos por asumir como suyo el proyecto social que lo preside, a la larga resulta ser para la derecha un fracaso insalvable, de lo anterior baste hablar de la gesta heroica del pueblo cubano, que con todo y la agresión imperialista de primer orden, ha logrado dignificarse y construir las bases para el socialismo en plena frontera con el país capitalista por antonomasia.

La derrota que se consuma en Venezuela para la derecha neofascista de las últimas décadas en Latinoamérica, responde a lo anterior, la República Bolivariana de Venezuela y su gobierno social que evoca al socialismo como ideal-meta y que para ello ha reformulado preceptos, ideas, formas organizativas de base y de masa, estructuras económicas y subsanado en gran medida el rezago histórico del pueblo, ha podido frenar cada una de las agresiones imperialistas por la fuerza que significa para el pueblo su unidad, conciencia y adhesión al ideal bolivariano. La unidad, fortalecida por la defensa de la soberanía y de los avances revolucionarios, ha cohesionado con mayor tesón, a los partidarios del chavismo y sus actuales dirigentes. La heroica defensa de su patria es, para el resto de Latinoamérica, una muestra fidedigna de la posibilidad de frenar las agresiones sin razón de la avaricia y soberbia, y una proyección futura de la emancipación clamada para una liberación definitiva. Venezuela junto a Cuba son el talón de Aquiles de los neofascistas latinoamericanos.

La derecha tendiente al fascismo, se muestra más beligerante, amenazadora y urgida de consumar sus intereses, impone en varios países estados de excepción y toques de queda, lanza a los militares y policías para reprimir las manifestaciones, la violencia de Estado se ve claramente en las naciones gobernadas por los neofascistas. Es tal la desesperación, que eso la convierte en una derecha tres veces más peligrosa, cuando las propias formas se pierden, las medidas asumidas son mucho más dañinas para los sectores populares, como ejemplo podemos citar la propia solicitud de activación del TIAR, un tratado que pudiera conducir a la invasión militar en Venezuela, solicitado por los golpistas en la asamblea de OEA, petición que también es muestra de ilegalidad, pues los golpistas como Guaidó, no son representantes oficiales de Venezuela, ni siquiera en su propia casa.

Las imágenes difundidas de Guaidó junto a paramilitares colombianos confirman la norma habitual, los golpistas bajo el apoyo y descaro de los Estados Unidos, buscan siempre aglutinar a los sectores más oscuros y conservadores de las naciones para generar desestabilización, el apoyo de gobiernos como el colombiano, el brasileño y el chileno, son eso, la unión de los sectores más oscuros de Latinoamérica y su puesta en confabulación para provocar daños irreparables a la región, la insistencia en poner piedras a las buenas relaciones entre gobiernos, las acusaciones a la República Bolivariana de Venezuela por parte de Colombia y Chile, quieren simplemente abrir camino a la guerra, la invasión y la muerte. A esto hay que sumarle la pérdida de popularidad de los gobernantes neofascistas, sus pueblos van poco a poco despertando y reclamando un re-direccionamiento político y la salida ya de esos gobiernos anti-populares, muy al contrario, las fuerzas progresistas de la región comienzan un lento reacomodo para volver a la luz pública con mayor fortaleza. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, goza de mayor popularidad en la patria de Bolívar justamente por sus actos a favor de su pueblo.

El neofascismo es real, las exclamaciones de nostalgia sanguinaria a favor de las dictaduras de Jair Bolsonaro, no son para nada juegos o suspiros de un descabellado, son el verdadero y profundo pensamiento que aún existe entre los explotadores, las clases oligarcas y los políticos conservadores, las actitudes de la ultra-derecha mexicana que pide incluso magnicidios y muchos otros ejemplos cotidianos, deben servir como catapulta para la profundización de la organización de las masas trabajadoras y de los sectores populares para defender la patria, la dignidad y los proyectos políticos progresistas.

La lección histórica es clara, sin conciencia de clase los trabajadores y las trabajadoras, junto a las grandes masas de nuestras sociedades, podrían quedar condenadas nuevamente a largas noches de penumbra social. La unidad, la integración, la conciencia y el socialismo deben reforzarse y profundizarse para hacer frente a las expresiones neofascistas latinoamericanas.

* Integrante del Colectivo Disyuntivas