Opinión

Alvaro Cepeda Neri

Conjeturas

I.- En la evaluación de los integrantes de la llamada Cuarta Transformación durante el primer año lópezobradorista, hay que incluir a Porfirio Muñoz-Ledo y Lazo de la Vega (1933). Este personaje ha transitado por no pocos cargos públicos desde que militó bajo las siglas del PRI, hasta ahora que ha llegado a Morena; y quien es el autor de la frase “célebre” que está compitiendo con las del propio López Obrador, cuando ante los gritos de: “¡espurio!” y “¡Porfirio Bonilla!”, por querer reelegirse, ante el micrófono abierto (que no cerró Dolores Padierna), enfurecido gritó: “¡chinguen a su madre!”, que resonó en el salón de la Cámara de Diputados federales y ahora se repite, agregándole la de López Obrador: “Con todo respeto: chinguen a su madre!”. Faltándole lo que popularmente agregan: “¡chinguen a su madre, cabrones!”. Esa expresión muy a la mexicana la soltó Muñoz-Ledo y causó desasosiego entre sus iguales, porque eso significó que ya estaba fuera de combate y se desquitaba con la común mentada de madre que todos los días, en todo el territorio, se escucha a claxonazos, silbidos y de vez en cuando saliendo del ronco pecho de los mexicanos.

II.- Es una frase vulgar para desquitarse, referida a la mamá que tanto veneran los mexicanos; y a quienes López Obrador invocó para llamar a los delincuentes a portarse bien ya que sus actos, aparte de que son “guácala y fuchi”, siguen causando toda clase de delitos y mantienen a la población en la máxima inseguridad. Como dato al margen, una legisladora morenista se equivocó en una sesión y llamó a ese Porfirio: “Porfirio Díaz”. Aunque corrigió de inmediato, ya había dicho el nombre del dictador al que odian casi todos los mexicanos y por quien estalló la Revolución de 1910, tras la rebelión convocada por Madero y al que siguieron Zapata, Villa y otros para destituir a Victoriano Huerta. Una Revolución que el priísmo y los panistas convirtieron en contrarrevolución. Que hoy López Obrador y los morenistas están tratando de revertir con su neoliberalismo económico, con su Cuarta Transformación contando con las tres anteriores de 1810, 1864 y 1910.

III.- Así que Porfirio solamente hizo lo que muchos mexicanos: soltar la lengua para un recordatorio que suele tomarse a mal, y de aquí su uso para fastidiar a quien es destinarlo de la frase. Frase que, con el hígado enfurecido, Porfirio espetó a los diputados, quienes le organizaron una rechifla. Ha sido, pues, la frase del primer año lópezobradorista, con todo y que el inquilino de Palacio Nacional ha soltado las suyas, pero ninguna tan contundente y que desde entonces se invoca para decir con ella, entre veras y bromas, el “con todo respeto, chinguen a su madre”. Así ha cerrado su ciclo político Porfirio Muñoz-Ledo y Lazo de la Vega quien, dicho sea de paso, hizo lo que recomendó Antonio Machado, el gran poeta español: “se hace camino al andar”. Pues, verdaderamente, Muñoz-Ledo abrió camino cuando con Cuauhtémoc Cárdenas, se rebelaron contra el presidencialismo-priísta en 1986, fundando el PRD, para luego militar en el PARM y finalmente en Morena.

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