Alberto Híjar Serrano
El viaje de los familiares de los mineros sepultados de la mina de Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006, ha sido fructífero. Lograron ser atendidos por el Presidente de la República y por el Subsecretario de Gobernación encargado de preservar los derechos humanos, para reabrir la investigación, rescatar los cuerpos dentro de la mina sellada por la Minera México, castigar a los culpables de las pésimas condiciones de trabajo y de impedir el rescate cuando aún vivían los 65 mineros para después sellar la mina e impedir el retiro de los cuerpos. Debe haber indemnización a los familiares. La inculpación del Sindicato de Mineros y los cargos contra su dirigente Napoleón Gómez Urrutia, resultan improcedentes aunque habría que averiguar la complicidad entre la patronal, el sindicato y la Secretaría del Trabajo, en la Comisión Mixta de Seguridad e Higiene porque es habitual la desatención a las condiciones de trabajo, especialmente en los procesos productivos más riesgosos.
Trajeron 63 cascos y unos costales con carbón mineral para su colocación en una jaula atrás del antimonumento colocado frente a la Bolsa de Valores en Paseo de la Reforma. Pequeños trozos de carbón fueron repartidos entre los asistentes acomodados en sillas frente al gran 65 con los nombres a un costado. Hubo misa y representación de una diablada con cantos y actuaciones de los familiares y el joven cura que cambió su hábito por el disfraz de diablo. Algunos nos regocijamos al descubrir en la cinta electrónica giratoria en la fachada circular de la Bolsa, el estado financiero de Diablo que va a la baja por un punto. Algo es algo.
Mostré a los interesados, el más reciente Fantomas de Gonzalo Martré como prueba del incumplimiento de su promesa de retiro ante su corazón deteriorado, pero no tanto como para dejar de alimentar sus afanes justicieros y su enorme sabiduría literaria y científica incluyente de su formación profesional de ingeniero químico. Editado en 2015 por la Sociedad Exterminadora de Sabandijas Asquerosas, La justicia de Fantomas, la Amenaza Elegante, cita a página entera un párrafo de Gilbert Highet (1906-1978) sobre la sátira y su poder denunciante, burlesco, justiciero. La novela semigráfica de 180 páginas, incluye excelentes ilustraciones de Fausto Aviña y Faustóteles, con prólogo de Carlos Gómez Carro a nombre de la Carrera de Literatura de la UAM Azcapotzalco que ha promovido las ediciones recientes de Martré, quien a título personal, amplía sus afanes a la publicación de plaquetes de poesía y de joyas como los cuentopoemas de Enrique González Rojo.
Viejos y enfermos, en el umbral de su muerte, Fantomas y el Profesor Semo, su inseparable compañero, deciden clonarse. Muere el sabio profesor y se cumple su deseo de poner su urna en la Universidad Schiller de Jena en Turingia, Alemania, ante la presencia de distinguidos Premios Nobel y Ravi Shankar tocando la Marcha Fúnebre de la Sinfonía número 1 de Mahler. El caso es que luego de reorganizar la sede de sus proyectos y seleccionar a sus nuevas despampanantes secretarias con los nombres del Zodiaco, eligen México como campo de operación por su reputación de país corrupto. De ahí que el capítulo quinto se titule Mina Rasta de Ponchos del empresario Hermán Diarrea a quien tienden una gran trampa para obligarlo a resarcir los daños de la muerte anunciada de los 65 mineros, pues se sabía que trabajaban respirando una elevada concentración de gas grisú. Martré narra con precisión los crímenes financieros del magnate incluyendo la nada accidental muerte en 2014 de cinco trabajadores en la mina de Charcas, San Luis Potosí. Martré escribe, edita, investiga y completa sus proyectos tan valiosos como Sabor a PRI en tres tomos o Las Aventuras del Gandalla que da idea del llamado bajo mundo ignorado por la literatura fifí. Muy importante resulta la contribución histórica y microhistórica de Martré. Oculta los nombres denunciados con recursos satíricos para librarse de demandas. Fantomas y Semo no sólo organizan el merecido castigo por el crimen de Pasta de Conchos, sino también por la derrama de 40 millones de litros de tóxicos en el Río Bacanuchi, afluente del Sonora. Secuestrado Diarrea y amenazado su centro de negocios por el Robot C19, es obligado a indemnizar y repartir mil millones de euros en barras de oro, parte de la enorme acumulación capitalista de Diarrea, comentada por Fantomas con Thuna Piketty, el autor de El Capital en el Siglo XXI donde narra los crímenes necesarios para la acumulación del capital en un sistema globalizado.
El repudio a los crímenes de Estado y el señalamiento de sus personeros es una memoria construida todo el tiempo por investigadores que la vierten en películas, libros, reportajes y novelas. La disputa del espacio urbano invadido por malls, publicidad engañosa y torres suntuarias, es respondido por la instalación de antimonumentos justo en Paseo de la Reforma donde los liberales opusieron al Paseo de la Emperatriz (Carlota), las figuras de distinguidos constructores de la Segunda República.
Frente al edificio que alberga el centro de tortura y asesinatos, de Miguel Nazar Haro y otros directores de la Dirección Federal de Seguridad, fue colocada una placa el 14 de febrero en homenaje a los torturados y asesinados de las Fuerzas de Liberación Nacional y de otras organizaciones revolucionarias. En la noche fue destruido un mosaico a martillazos y en la noche siguiente fue demolida la placa y arrancado el soporte metálico ante los policías que resguardan el edificio en la Circular Morelia 8. Los compañeros que fueron al rescate imposible, fueron intimidados por los policías y por guaruras que los fotografiaron. El edificio, luego de albergar una empresa de seguridad privada con Nazar y su hijo del mismo nombre al frente, ha sido dependencia policiaca y de la Secretaría de Gobernación para firmar la relación del Estado con la represión paramilitar y las criminales empresas privadas. Con la fachada blanqueada, ahora es una dependencia de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. Volveremos para honrar una vieja consigna: convertir el revés en victoria.