Opinión

En la defensa de la Revolución Bolivariana va hoy toda la dignidad de América y del Mundo

Eloísa Carreras Varona

Defender hoy a Venezuela no sólo es un deber continental, es el deber de la humanidad toda y por ese respaldo y reafirmación por Venezuela y contra el avance de la irracionalidad del imperialismo y el fascismo es por lo que clamo como mujer y madre cubana y latinoamericana, porque cada vez es más evidente que no hay otra alternativa para la salvación de la humanidad que mantener vivo el legado de las ideas de Bolívar, Martí, Chávez y Fidel para enfrentar el enorme desafío en el que ha colocado a la humanidad, el presidente del gobierno de los EU y la camarilla fascista que lo ensalza en aquel ridículo Foro.

En un momento tan peligroso como éste para Latinoamérica y el mundo, busquemos no sólo el legado de Bolívar y Martí, que aún tanto tienen que hacer en Latinoamérica y el mundo, sino también busquemos a Fidel y a Chávez –los invictos Comandantes de América–; porque sus ideas y pensamientos están más vivos que nunca y hoy laten vibrantes en nuestras mentes y nuestros corazones.

En este momento, cuando el imperialismo continúa arreciando su ataque contra Venezuela, y ya es inminente lo que parecía impensable: la locura de una agresión militar en toda regla, a juzgar por el discurso grosero, ofensivo, denigrante, fascista, humillante y calumniador del verdadero títere y fascista que es Donald Trump y todo lo que él representa.

Porque Trump ya no sólo exhibe con desfachatez sus verdaderos intereses y los de sus acólitos, que son los de la Doctrina Monroe, sino que exhibe con impudicia total el macartismo anticomunista que lo caracteriza, tan descarnado y feroz que es propio de la Guerra Fría. “El supuesto emperador imperial de la humanidad” nos amenaza a todos con liquidarnos al estilo de un “Plan Cóndor”, pero esta vez a nivel continental. Supuesto Plan que limpiará para siempre, a sangre y fuego, cualquier vestigio de las ideas del socialismo en toda Latinoamérica. Si no fuera tan siniestro, cabría pensar que es la locura perfecta.

Por eso queda aún más claro que la supuesta ayuda humanitaria para Venezuela, es pura retórica y falsedad, es la excusa perfecta para hacer la guerra en nuestra amada América, detengamos esa infausta locura y mesianismo imperial, por la vida y por la supervivencia de todos.

Pero en esta oportunidad Míster Trump, usted y su camarilla fascista han puesto en peligro hasta la sobrevivencia de nuestra especie, porque sus halcones no han pensado que un conflicto armado en Latinoamérica puede conducir a una catástrofe de proporciones devastadoras, capaz de romper el equilibrio y hacer imposible la vida en el planeta. Pero ellos no se pueden llamar a engaño, porque si finalmente llevan a cabo la agresión contra Venezuela, no habrá nadie excluido de este gran peligro que han desatado, porque esta grave crisis tiene carácter civilizatorio.

No obstante tenemos que seguir haciendo todos los esfuerzos posibles por sumar a la lucha por la paz el mayor número de hombres, mujeres y gobiernos de todo el planeta. Parar la agresión a Venezuela se ha convertido ahora en nuestra tarea de primer orden a escala universal; por eso cooperemos desde las diferentes ideologías o credos, para a salvar a la familia humana, incluyendo a todas las demás especies que nos acompañan en nuestro planeta.

Hoy es un reto que concierne a todos los seres humanos parar la agresión contra Venezuela. Cualquiera que sea su edad, raza, sexo, ideología o creencia religiosa, ricos o pobres, tenemos que unirnos para abrir el camino a soluciones sensatas, que propicien el detenimiento inmediato de la cantada agresión. Tomemos con espíritu ecuménico los colosales desafíos que tenemos por delante. Exhortemos no sólo a los revolucionarios, sino a los hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo, a encontrar las vías que necesitamos para parar la locura de la agresión al hermano pueblo de Venezuela y a la humanidad; luchemos unidos en una gran movilización continental para que pare de inmediato la maquinaria bélica que han desatado las aves de rapiña imperialistas.

Míster Trump, aunque usted no lo pueda comprender; los ideales que enarbolamos los pueblos de América, en esta lucha por la justicia y la paz, ni usted ni ninguna de sus balas de cañón los podrá detener, porque el Socialismo que defendemos y por el que estamos dispuestos a entregar nuestras propias vidas, está desde luego, en la cristiana IDEA DEL BIEN, está en la lucha por un mundo mejor y más justo, donde sólo exista el predominio de la ETICA y la LEY, pero eso Míster Trump, aunque usted no lo conoce, ya no lo detendrá nada ni nadie.

Doy gracias a mis padres por haberme enseñado de qué lado están la verdad y el deber y le doy gracias también, por haberme enseñado a no tener miedo a defender la patria que Bolívar, Martí, Fidel y Chávez nos legaron de pie.

Por eso más que nunca este 24 de febrero, como millones de cubanas y cubanos votaré Sí por nuestra Constitución Socialista; Sí por Cuba; Sí por los derechos que el gobierno revolucionario le trajo a nuestro pueblo y al que no renunciaremos jamás.

Llamo a las madres de Cuba, Latinoamérica y el Mundo, a unirnos en defensa de la vida, en defensa del AMOR, en defensa del derecho que tienen nuestros hijos a vivir en paz y a escoger su destino con la cabeza erguida y a pesar de todo lo que está sucediendo como en la peor pesadilla orwelliana.

Los cubanos seguiremos manteniendo la esperanza de que un mundo mejor no sólo es posible, sino más necesario que nunca y seguiremos luchando por él.

Y no olvidemos jamás aquella entrañable carta del Apóstol cubano, en la que dijo esta frase escrita para hoy: “déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí –en nosotros– un hijo –sus hijos–”.

Y repitamos asimismo, aquel hermoso estribillo de la popular canción “Junto a mi fusil mi son”, en la voz de Omara Portuondo y el grupo Manguare: “No, no, no se rinde nadie, en esta tierra no se rinde nadie/ No, no, no se rinde nadie en esta tierra, no señor.”

¡Que Viva nuestra América Latina libre y soberana!

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!