Opinión

Alberto Híjar Serrano

Las breves y abundantes ponencias en el Seminario Internacional de Periodismo organizado a propósito del aniversario 28 de los diarios POR ESTO!, exigen acentuar consignas relegadas a discusiones insuficientes.

“Construir el sujeto revolucionario” ameritó una entrevista de Marina Menéndez para Juventud Rebelde de Cuba. Se trata de la constante conversión de la sociedad civil sin pretensiones de poder, demandante, antojadiza y con movilizaciones efímeras, para transformarla en sociedad política. Los movimientos surgidos en ella dan lugar a permanencias estratégicas que hay que impulsar. Tal ocurre con los chalecos amarillos de Francia, las movilizaciones contra el Brexit en Inglaterra y en México, la cuantiosa votación de treinta millones de electores por López Obrador, el movimiento obrero embrionario en la frontera Norte, la coordinación de pueblos y comunidades para conmemorar el centenario del asesinato de Zapata en Morelos, fuera de los controles estatales, la asombrosa movilización de colectivos de mujeres para proteger “la antimonumenta”, cargada y colocada por ellas mismas, durante más de 20 días y noches. Frente al proyecto militar de la Guardia Nacional, las Policías Comunitarias procuran coordinarse con el apoyo de las asambleas que las sustentan. Hoy, lunes 25 por la tarde, el histórico auditorio universitario Che Guevara, destruido por las autoridades, recibirá a Gonzalo Molina, preso durante cinco años en los que se negó a aceptar cualquier arreglo distinto a su inocencia absoluta como policía comunitario, para “vincular, articular y fusionar”, como propone el lema del desaparecido Taller de Arte e Ideología, para mejor construir al sujeto revolucionario.

“Cultura comunitaria” proclama el gobierno actual y la responsable anuncia recorridos para encontrar grupos con diversas prácticas para impulsar y ampliar sus trabajos. Está bien, pero habría que considerar la necesidad de proteger a las radios comunitarias acosadas por leyes y reglamentos de comunicaciones en beneficio de los medios coludidos con la industria del espectáculo transnacional. Las radios comunitarias, la de Huayacocotla en la frontera de Hidalgo y Veracruz, la más antigua, suelen ser bilingües y coordinadoras de encuentros y foros ahí donde todavía no proliferan las computadoras. Son parte de las redes de comunicación distintas a las electrónicas pero validas de ellas cuando se puede, para discutir los megaproyectos como el Tren Maya. Es tarea de universitarios, poseedores de instrumentos de comunicación electrónicos, integrarse a las otras redes sociales que no los poseen. Hay quien, como la Doctora Sylvia Zenteno, ha publicado ya en POR ESTO! la información precisa de su defensa de los derechos indígenas al encuentro con la respuesta de activistas. El doctor Gilberto Balam repartió, luego de su intervención en el Seminario, el tomo II de su libro sobre la situación del país heredado por Peña Nieto. Un reconocimiento a los periodistas presentes de Tijuana, Tamaulipas, Michoacán e Iguala que han vivido en carne propia las amenazas de muerte del crimen organizado.

Brilló por su ausencia en la Feria del Libro la crítica teórica. Su carácter abstracto es necesario para orientar con tesis-consigna los trabajos libertarios concretos. Algunas sugerencias: la obra de Negri y Hardt sobre el imperio, la globalización y la ausencia de proletariado; las posibilidades de construcción de lo común y la crítica a la multitud y su carácter efímero, todo lo cual significa la actualidad de “lo común” que crece en las movilizaciones de los familiares de Ayotzinapa con su consigna “Fue el Estado”, adoptada en diversas partes del mundo por lo que contiene de crítica al Estado-nación que dejó de serlo para convertirse en Estado contra la nación. Las reflexiones contra la colonización y la crítica al eurocentrismo exigen plantearse una nueva manera de conocer sentipensante como propone Darcy Ribeiro y aplica Galeano. Boaventura Da Souza plantea una nueva epistemología al encuentro de los saberes ágrafos, usualmente despreciados por las academias universitarias.

“El cuidado de sí mismo” propuesto por Sócrates y rescatado por Foucault, exige cumplirle al heroico joven sandinista Leonel Rugama, caído en combate solitario contra la dictadura somocista. Uno de sus poemas termina afirmando: “¡A vivir como los santos!”, esto es evitar vicios y distracciones para ser como Julio Antonio Mella, llegado a México luego de fundar la Universidad Popular y de someterse a una huelga de hambre contra la dictadura de Machado. Recorrió Centroamérica alentando la lucha antidictatorial y en México fue el más cumplido escritor en El Machete del Partido Comunista Mexicano, donde tuvo que inventarse el pseudónimo de Cuauhtémoc Zapata para poder publicar, en aparente demasía, textos tan importantes como un manual del periodista revolucionario. El Tren Blindado fue otro de sus periódicos. Organizó con Sequeiros, en los Altos de Jalisco, el embrión de la Confederación Sindical Unitaria como central obrera y fue dirigente del Frente Antiimperialista de las Américas, del Socorro Rojo y Manos Fuera de Nicaragua. Brilló en los congresos antiimperialistas cumpliendo con Martí y por Nuestra América contra el panamericanismo yanqui y sus aliados como el peruano Haya de la Torre con el que discutió y reprobó por escrito. Su asesinato en México el 10 de enero de 1929, veinteañero todavía, es recordado con una placa semejante a la que los universitarios yucatecos debieran poner en homenaje a sus héroes como Efraín Calderón Lara, El Charras, promotor de un movimiento obrero como nunca más ha habido en Yucatán; bien merece homenaje Raúl Pérez Gasque, el único yucateco entre los nueve primeros fundadores del Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata en la Selva Lacandona. Exterminados seis de las Fuerzas de Liberación Nacional por el Ejército en 1974, él, Carlos Vives y la primera mujer en tareas guerrilleras, Elisa Irina Sáenz, fueron traídos a la capital para ser torturados y desaparecidos en el Campo Militar número 1, según se sigue de las fichas policiacas con las que fueron registrados. La memoria histórica de esta historia de México distinta a la oficial limitada a los sexenios presidenciales y a las constituciones jamás cumplidas, tiene que ser activada por universitarios para integrarse a la memoria de pueblos y comunidades como el Frente Campesino e Indígena Emiliano Zapata que en el kiosco central de Campeche colocó una manta en homenaje a sus héroes: Moch Couoh, Jacinto Canek, Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat. No sólo en Cayo Hueso se rindió homenaje a Mella en el 128 aniversario de su nacimiento el 25 de marzo. Hay mucho por hacer y lo estamos haciendo, construyendo dignidad, identidad y soberanía, la del pueblo en lucha porque la otra se extravió entre contratos y compromisos del capitalismo salvaje.