Opinión

Otro lance de la 4ª T

Francisco Javier Pizarro Chávez

Reforma Educativa

Entre el miércoles pasado y la madrugada del jueves, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular, la Ley General de Educación y las leyes secundarias de la Reforma Educativa que sustituye a la promulgada en 2013 por el entonces, ignorante, frívolo y corrupto, Presidente Enrique Peña Nieto.

La Ley General de Educación fue aprobada por 68 votos a favor, 39 en contra y 0 abstenciones. Esta ley contempla la revocación de la Ley de la Infraestructura Física Educativa y la revalorización del magisterio, el cual vuelve a ser considerado un agente fundamental del proceso educativo.

Contempla también fomentar la participación activa de los estudiantes, padres de familias o tutores, y todos los actores involucrados en el Sistema Educativo Nacional, para extender a todos los sectores sociales el proceso educativo.

Pero lo que más escandalizó a los senadores del PAN y el PRI, fue la desaparición del Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INEFED) y la del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE).

Y es que los recursos que el Inefed recibía para la contratación de obras en las escuelas, se destinaban a pequeñas y medianas empresas constructoras, lo que era un jugoso negocio no sólo para las compañías constructoras sino sobre todo para los funcionarios de ese instituto, que se quedaban con un buen moche de los contratos.

Por ejemplo en Guanajuato –gobernado por el PAN-, a las empresas afiliadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en esa entidad, se les destinaba el 30% de esos recursos. Su presidente, Javier Padilla, reconoció que había actos de corrupción. Dijo: “La Federación debería buscar otras maneras de abatir los niveles de corrupción que se le imputan a este Instituto (Inefed), en lugar de eliminarlo”. Más claro ni el agua.

Justo por esa corrupción institucionalizada es que se anula al INEFED, y se destinarán ahora a los comités de maestros y padres de familia las partidas presupuestales para obras en las escuelas.

“Se acabó el huachicol educativo”, dijo sarcásticamente Esteban Moctezuma, titular de la Secretaría de Educación Pública.

Les irritó también la abrogación del INEE, el cual se abocó a hacer una “evaluación punitiva” a miles de maestros normalistas, que fueron despedidos o rechazados en su escalafón escolar y castigados en sus prestaciones y sueldos por sus “asesores técnicos”, que de educación no saben nada.

La Ley General del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros y de Mejora Continua de la Educación, también les causaron escozor. La primera que fue aprobada con 71 votos a favor, 35 en contra y 0 abstenciones, regula los procesos de selección para la admisión, promoción y reconocimiento del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión y reconoce a las maestras y maestros como profesionales de la educación, con absoluto respeto a sus derechos.

La Segunda Ley Secundaria que fue aprobada con 73 votos a favor, 31 en contra y 0 abstenciones, crea la Comisión Nacional para la Mejoría Continua de la Educación, la cual será un organismo público descentralizado, con autonomía técnica, operativa, administrativa, de gestión y tendrá personalidad jurídica y recursos financieros propios.

Contará también con un Consejo Técnico de Educación que regulará el sistema de formación, actualización y capacitación para mejora continua de la educación y garantizar equidad de los servicios educativos públicos y privados, con validez oficial de estudios. (Fuente informativa: El Financiero)

En términos generales, ese es el contenido de las controvertidas Leyes Secundarias impugnadas por los legisladores de la Cámara Alta del PAN y el PRI. Para el blanquiazul “hay una contradicción porque nos dicen que serán procesos equitativos y más adelante hablan de prioridad a las normales”.

“En dónde quedarán los miles de idóneos que no tienen una plaza” dijo la senadora panista María Saldaña. En general la bancada panista adujo que esta reforma dará “un golpe a las niñas y niños, porque lo que pretende Morena es ganar votos”.

Parafraseando a Gretta Thumberg, les digo a esos senadores panistas, que no engañen a los ciudadanos con “sus palabras vacías”; que de lo único que pueden hablar es de “dinero y cuentos de hadas”. Su desdén a los profesores normalistas –de la CNTE– en particular, y de la reforma educativa en lo general, es aberrante.

La educación no es un negocio como ellos lo perciben bajo lo égida del neoliberalismo que tanto defienden, sino un pilar ancestral y fundamental de todas las naciones. La historia nos demuestra que cada sociedad y comunidad crea un sistema educativo en consonancia con su forma de vida, tradiciones, costumbre, cultura, contexto social, político y económico.

México ha vivido diferentes sistemas educativos a lo largo de las diversas etapas de su historia: la naturalista y comunitaria en la época prehispánica, especialmente de los mexicas, quienes tenían tipos de educación que sorprenden:

1. El del Hogar, en el que se desarrollaba la educación de los infantes hasta los cinco años. Se les incitaba el respeto y la obediencia a las personas mayores, el cuidado de su salud y el lenguaje reverencial.

2. El Peuhcalli, que fomentaba una educación básica de los 5 a los 10 años. Se enseñaba a los niños a tener conocimiento de la tierra y el agua, de los animales silvestres y domésticos, factor todos ellos de sobrevivencia.

3. El Calmécac y Telpochcalli, se les impartía a los niños de los 10 a los 15 años, formación artística y artesanal de acuerdo a sus capacidades y vocaciones.

4. El Teoyocalli y Telpochcalli Superior abarcaba el estudio de cuatro ramas: matemáticas y astronomía, biología y curaciones, organización social comunitaria y estrategias y tácticas militares.

La conquista de los españoles, dio al traste a ese sistema educativo e impuso una educación escolástica, dogmática, confesional y privilegiada durante toda la época colonial, que se mantuvo vigente también después de la independencia.

No fue hasta la Reforma Liberal, que se logró una educación laica, gratuita y obligatoria a partir de las Leyes de Reforma en 1859.

Con el triunfo de la Revolución de 1910 a 1917, el Congreso Constituyente reforzó la educación laica en su Artículo 3º constitucional y dio cauce a un nuevo sistema escolar más consolidado con la creación de la primera escuela Normal Rural de Ayotzinapa en Guerrero en 1926, fundada por Raúl Isidro Burgos, la cual, como es de dominio público y para desgracia de todos, es víctima de una horrenda tragedia con la desaparición forzada de 43 de sus alumnos hace 5 años, paradójicamente en la misma fecha en que el Senado aprobó la Ley General de Educación y sus Leyes Secundarias.

De hecho no es algo novedoso. Históricamente los maestros normalistas han sido sujetos de la violencia de diversos gobiernos y sectores sociales que los discriminan, violentan sus derechos, asesinan y vejan como quedó demostrado en la tristemente célebre cruzada de los cristeros de 1926 a 1929, donde al grito de Viva Cristo Rey, cortaban las orejas a los “herejes” maestros rurales.

Lázaro Cárdenas también hizo significativas reformas al sistema educativo que muchos consideran fueron de carácter socialista, cuando en realidad fueron democráticas y nacionalistas.

Todo ese proceso de evolución del sistema educativo fue echado literalmente al bote de la basura con las mal llamadas Reformas Estructurales –entre ellas la educativa– que, como bien dijo el Presidente de la República, fueron impuestas por los organismos financieros internacionales, quienes “aprovechando que México cayó a principios de los 90 empezaron a condicionar los apoyos a que se aplicara una determinada política y se tenían que firmar cartas de intención para que México pudiera obtener créditos, financiamiento. Así empezó. Luego se generalizó esta agenda y ahí se definió la política fiscal, la hacendaria la energética, laboral, la educativa” (La Jornada).

Esperamos que la nueva política educativa se aplique de manera óptima a la sociedad; que las leyes que le dan soporte se cumplan y realmente el nuevo sistema educativo difunda la semilla del saber en todos los sectores de la población, pero particularmente a los marginados de las urbes y las regiones rurales.

La CNTE tiene un desafío muy grande: recuperar los principios y fines que dieron origen a las normales rurales. La nueva Reforma educativa en ciernes, por su parte, debe educar y fomentar nuestra valiosa cultura, no instruir como lo hizo a la que sesgó y convertirse de nueva cuenta en una hija del deshago como quieren esos modelos yanquis de escuelas, academias, institutos, colegios, seminarios, que ofrecen toda una formación profesional en cursos de alto costo, que ciertamente adiestran pero no educan a los jóvenes.

Veremos y diremos si lo logran.