Jesús Peraza Menéndez
Una joven mujer es introducida a una patrulla de la policía de la CDMX, su delito es caminar en “deshoras” y haber bebido unos tragos, sólo tiene 17 años. Es ella la que desató la furia contenida de los grupos más radicales de las mujeres, de las feministas o de las luchadoras de género, la hizo coincidir con otras cuyos métodos son menos violentos, más de gestión de trámite social de reformas. Hacer coincidir extremos en causas compartidas con métodos de lucha distintos, superar las diferencias que se vuelven descalificaciones y estancan las iniciativas conjuntas. La policía corrupta es juez, una mujer decente no camina a esa hora, no toma bebidas alcohólicas, es “una puta” y hay que castigarla.
Una feminista de la izquierda histórica de la Organización Revolucionaria Punto Crítico es la Jefa de Gobierno de la CDMX, fue electa ya como militante de MORENA, este movimiento electoral surgido con la causa de AMLO. Cuando marqué su origen de izquierda inmediatamente en las redes algunos reductos de la izquierda me señalaron su carácter burgués, su posición en la otra orilla de la donación, la opresión, que le hace el caldo gordo a los neoliberales. Estábamos apenas calibrando la orden de aprehensión contra Rosario Robles, otra mujer cuya vida y formación es en la izquierda, ésta es de la Organización de izquierda Revolucionaria Línea de Masas, después pasó a ser la principal operadora del neoliberalismo-salinista. Patricia Mercado, senadora secretaria de gobierno con Miguel Angel Mancera, fundadora del movimiento feminista con Martha Lamas, ahora operadora de los neoliberales en distintos cargos y puestos y es feminista, era trotskista del PRT. Son las protagonistas de los procesos políticos y los escándalos. No está la derecha, son las mujeres de la izquierda las que mejor le sirven a la derecha. Las conservadoras ni aparecen o son la críticas de la ineficiencia de las que vienen de la izquierda como la politóloga Denisse Dresser siempre autoritaria, dueña de la verdad, juzga ajustando la vida a su realidad imaginada.
La movilización de mujeres subió de tono, de exigencias y de expresiones cuando la Jefa de Gobierno habló de que se trataba de una provocación cuando varias mujeres la increparon desafiantes para que atendiera el caso de la violación denunciada. El asunto en común, que es la violencia de género, pasa a segundo plano y serán otras las causas, las luchas, la movilización junto a grupos feministas distintos que no se unían por esta última violación, sino porque ésta se suma a otras decenas, cientos, miles de violaciones impunes con los gobiernos neoliberales. ¿Qué hace diferente al de MORENA? Si encubrió a los policías que son vándalos uniformados, delincuentes que como toda mafia protegen a quienes les pagan y lo sé por experiencia. En una zona de la Ciudad de México, en las últimas dos visitas al lugar, son los policías quienes me asaltan, hay que darles una cuota para que te dejen o dejen el UBER que te lleva al aeropuerto o porque va una persona mayor y no puede bajar en los paraderos asignados. En la calle una mujer ahorcada colgada, otra apuñalada, otra de Bachilleres violada en la puerta de la escuela, y se explica, se justifica y la policía ronda corrupta, impune, el barrio se organiza en autodefensas nadie sale sola, esperan juntas las madres a sus hijas en las paradas y aún así las violan en el transporte a no son pocas, las tocan, las hostigan diariamente un grupo de albañiles o los electricistas o los telefonistas o los de la televisión de cable, los gaseros, el patrón, el jefe, los familiares briagos, todos tienen ese perverso instinto de violar, los meseros en el restaurante se agrupan para acosar.
El discurso es de derecha moral, conservadora, el machismo lo provocan las mujeres, buscan la agresión y la ley es insuficiente, en contrapartida grupos de mujeres lesbianas proponen dar muerte a los varones, no es ahora, lo han dicho siempre, es una competencia, son una reducidísima y pobre expresión pero sus testimonios son demoledores, han sido violadas desde niñas, son sujetas del machismo familiar, de los parámetros de la “belleza”, la banalidad, la delgadez, la monería y otras simplemente tienen, con toda conciencia, esa opción sexual-social.
El saldo histórico es una acumulación de impunidades, de omisiones, de evasiones de juicio con derechos, una violada lo merecía, se lo buscó no sabe cómo. En la UNAM suceden los asesinatos de mujeres, de femenicidios, en las estaciones del Metro, en la calle con gente, en el centro de trabajo, suceden como inevitables instintos perversos sociales institucionalizados, y cuando estalla la movilización con expresiones extremas, con pintas en el Monumento de la Independencia, con el incendio de una estación del Metrobús en Insurgentes, la parte “bien pensada” hace una pauta para comprender la movilización pero condenar el vandalismo “tienen razón pero no pueden destruir”, no se consigue nada, sale a la defensa Elena Poniatowska con otras y otros intelectuales de medio pelo, de los de la rebelión, el estallido tiene límites, son los guardianes del acervo, el que “no tiene la culpa de las violaciones ni de la violencia”, es la condena a las ultras, las más extremas, cuando todo puede tomar cauces tranquilos sin la violencia que han sufrido diariamente que acumula impunidad, rabia y deviene en luchas que no acaban con declaraciones, que precisan cambios de conducta sociales.