Francisco Javier Pizarro Chávez
Si un ciudadano común y corriente le pregunta a un político adicto al neoliberalismo cuanto es 1+1 ipsofacto le va a contestar que es igual a 2. Si por el contrario, le hace la misma pregunta al Presidente de la República, téngalo por seguro que la respuesta va a ser radicalmente diferente: 1+1= 11, lo que al político neoliberal le causará una risa burlona y le dirá a usted: ¿Ya vio que el Presidente no sabe ni siquiera sumar?
Eso es lo que está ocurriendo en la controversia que se ha generado en torno a la economía. Los partidos opositores y el sector empresarial se quejan de que no hay crecimiento económico por la falta de inversión y la política de austeridad, la de no endeudamiento externo y una reforma fiscal más agresiva a la actual.
En reiteradas ocasiones, el presidente ha reconocido que la tasa de crecimiento de la economía y la inversión no repuntan, pero en contraposición señala que se ha incrementado el desarrollo social, estabilizado la inflación, los impuestos, el precio de la gasolina, el gas y se han incrementado las pensiones de jubilados y personas de la tercera edad y puesto en marcha la gratuidad del servicio médico en sus tres niveles, con la creación del Instituto Nacional de Salud y Bienestar Social (INSABI).
Tan es así que la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), reportó que las ventas de esta agrupación ascendieron a 107 mil 400 millones de pesos en enero de este año, lo cual es uno de los indicadores principales del consumo familiar.
¿Quién tiene la razón? Ambas partes, tanto en lo que se refiere a la suma referida al inicio como alegoría, como a la política económica discordante que se ha generado entre crecimiento económico y desarrollo. No hay la menor duda de que 1+1=2, pero tampoco que si a un 1 se agrega a otro1, el resultado es 11.
Desde la escuela primaria nos enseñaron que la Aritmética es la rama de la matemática más antigua y elemental; que su objeto de estudio son los números y las operaciones elementales de suma, resta, multiplicación y división que se pueden hacer con ellos.
Pero tampoco se nos debe olvidar que la ciencia de las matemáticas tiene otras ramas y niveles, como el Algebra que estudia la combinación de elementos de estructuras abstractas y que no sólo se vale de los números, sino también de letras y signos, para hacer referencia a múltiples operaciones aritméticas.
Los del 1+1= 2, abogan por el crecimiento económico sustentado en la inversión, esto es, fijan la política económica en la suma cuantitativa, una operación elemental de suma y resta, multiplicación y división; los de 1+1= a 11, apelan por el contrario al desarrollo económico, que es una operación más compleja y tiene por eje fundamental elementos de estructuras más complejas como son la del combate a la miseria y la pobreza, La política económica desde esta perspectiva no está anclada sólo a lo cuantitativo (suma) sino también y sobre todo, de lo cualitativo: el bienestar social.
Estas dos ramas de la política económica (la cuantitativa y la cualitativa), sin embargo, no se contraponen sino se presuponen. La tabla periódica de los elementos químicos lo demuestra, por una sencilla razón: están ordenadas por su número atómico, pero su configuración y propiedades químicas se modifican cuando uno de sus átomos se incrementa. Por ejemplo H2O es el agua. H2O2, se convierte en agua oxigenada.
Algo similar ocurre entre crecimiento y desarrollo. No hay desarrollo sin crecimiento económico y viceversa: sin desarrollo no hay crecimiento. Dicho en términos de la química: Los protones y los neutrones (inversión y crecimiento) forman el núcleo central del Atomo (economía), mientras que los electrones (desarrollo) se mueven en la corteza del átomo.
Pero ahí no termina ni la ciencia de las matemáticas ni las áreas de la política económica. La matemática tiene otra rama más avanzada que la Aritmética y el Algebra: La Geometría, que se ocupa del estudio de las propiedades de las figuras en el plano del espacio.
La Geometría utiliza los sistemas formales o axiomáticos —compuestos por símbolos que se unen respetando reglas y que forman cadenas, que también se vinculan entre sí— y a nociones como rectas, semirrectas, curvas y puntos, entre otras muchas entidades geométricas.
La política económica tiene, al igual que la geometría, sus planes y su espacio, sus sistemas incuestionables y reglas con avances y retrocesos, desvíos y despilfarros, que lesionan no sólo las finanzas públicas y a los inversionistas, sino sobre todo a los ciudadanos en lo particular y la sociedad en lo general. (Su geometría).
Pero por lo visto ni a los 1+1= 2 (sector empresarial y políticos neoliberales), ni a los 1+1= 11 (gobernantes y políticos populistas), les importa evitar que suceda.
Por el contrario. A los primeros lo que les preocupa no es que haya recesión económica, fuga de capitales y crisis financiera que afecte a los de abajo, sino el que se vengan abajo sus multimillonarias ganancias, canonjías y privilegios que las administraciones de gobierno anteriores les otorgaban, sin recato alguno, como ha quedado fehacientemente demostrado en casos como el del Emilio Lozoya y García Luna, ambos, detenidos y en proceso penal en España y Estados Unidos.
Por lo que hace a los segundos, lo que les interesa en el fondo, es poner freno a la crispación social, polarización política e inseguridad y violencia que enfrenta el gobierno de la 4ta Transformación, pero en especial el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el cual no logra consolidarse como partido, enfrenta una crisis interna creciente y carece de un proyecto de nación que dé sustento y apoyo, no sólo al Presidente de la República, sino a los millones de mexicanos en extrema pobreza, desigualdad social y violencia psíquica.
Veremos y diremos en qué termina estas controversias entre estas tres ramas matemáticas de la política económica: Aritmética (IP); Algebra (Gobierno) y Geometría (Sociedad).