Opinión

El paro de mujeres frente al oportunismo

Cristóbal León Campos*

Varias cuestiones han saltado a la luz pública a raíz del anuncio por parte de colectivos y grupos feministas sobre la realización, el próximo 9 de marzo, de un paro nacional cuyo objetivo es dejar muy en claro la importancia de la mujer en la sociedad, tanto en la economía como en los ámbitos culturales y sociales, además, de la continuación del reclamo por sus derechos históricamente negados o vilipendiados, por el fin de la violencia machista y la urgencia de poder superar la reproducción del sistema patriarcal que las oprime.

Desde las primeras horas posteriores al anuncio del paro, diferentes grupos sociales, instituciones, dependencias de gobierno y empresas, se manifestaron en favor de él, con la muy sugerente anuencia de que daban libre el día a las mujeres trabajadoras y estudiantes, o dicho en otras palabras, los hombres dirigentes de esas instituciones, dependencias, empresas y demás, daban su “permiso” para que las mujeres salieran a protestar, resultando no sólo un acto de burla elemental, sino que además, una muestra más del cinismo sistémico respecto al reclamo de las mujeres sobre lo inverosímil del orden social-económico, pues muchas (si no es que todas) de esas manifestaciones de “apoyo”, surgieron justamente de empresas, instituciones y dependencias señaladas como machistas, defensoras de acosadores-violadores, violentas y criminalizadoras del movimiento feminista y explotadoras de la mujer trabajadora, es decir, el oportunismo se cubrió de gloria con la rápida reacción de quienes buscan, a cuesta de las mujeres, salvar su imagen deteriorada por sus propios actos, cosa que únicamente pudiera ser posible, atendiendo los reclamos que las mujeres han hecho de manera puntual sobre los aspectos referidos de violencia, acoso, misoginia, segregación, exclusión y explotación. Este oportunismo vuelto aún más inhumano al presentarse en plena ola de recrudecimiento de la violencia machista y feminicida en México, nada sensibles y sí muy descarados, la propia iglesia ha salido a decir que apoya el paro, sin poner manos para atender los casos de pederastia al interior de sus claustros y sin replantearse la concepción de la mujer que difunden y defienden por supuesto mandato divino.

La politización partidista del paro no tardó en manifestarse, el Partido Acción Nacional (PAN) con increíble mutación, ambicionó ocultar su naturaleza retrógrada-conservadora para sumarse al carro oportunista y decir que apoya el reclamo de las mujeres, como si fuera posible borrar de la memoria la negación que han hecho históricamente de los derechos reales de las mujeres y de los reclamos actuales como la despenalización del aborto y su reconocimiento como derecho y asunto de salud para todas la mujeres por igual sin condicionante alguno, al igual que han procurado disimular su rechazo a las nuevas concepciones sobre la familia, la sexualidad, al tiempo en que continúan impulsando la doble explotación (trabajo-hogar) que padecen las mujeres, eso, sin contar que son files aliados de la Iglesia y los roles de género que proclaman en cada eucaristía dominical, enraizando la opresión cultural que sustenta al machismo. Desde luego, y muy lamentablemente, otros partidos políticos como MORENA, asumieron como agresión al presidente la convocatoria al paro, ocasionando justamente lo que el movimiento feminista ha señalado hasta el cansancio; la invisibilidad de los reclamos reales que dan origen al paro al sobreponer intereses de índole partidista a demandas universales, humanas y justas, una muestra de la absurda confrontación entre grupos insensibles a las necesidades sociales.

Esa insensibilidad es una de las razones por las cuales el movimiento feminista se radicaliza y efectúa actos llamados separatistas (sólo de mujeres) para enfatizar sus demandas y que sean el foco de atención, y no la dispersión mediática machista, que de una u otra forma, busca maneras de tergiversar la información y criminalizarlas por reclamar sus derechos. Las muestras oportunistas por sí solas dejan clara la razón feminista al denunciar esa violencia simbólica y sistémica sobre la mujer, el reclamo a los hombres machistas, al patriarcado y al machismo en general, no son caprichos ni exageraciones, son fundamentos para una verdadera revolución en pleno siglo XXI, y ante esto, quienes en verdad deseamos un mundo mejor (mujeres y hombres), no podemos permanecer inmóviles o indiferentes. Los hombres debemos apoyar de la forma que nos corresponde; dejando de reproducir el patriarcado, el machismo, la violencia y la deshumanización tan profunda en nuestras sociedades, pero claro, de todos modos, hace mucho que las mujeres dejaron de pedir “permiso” para comenzar a construir ese otro mundo, al cual, ya es hora de que los hombres nos sumemos sin ningún tipo de oportunismo y ni interés partidista o privado.

* Integrante del Colectivo Disyuntivas