Opinión

Max Lesnik

El coronavirus ha golpeado con dureza a vecindarios de Queens y otros barrios de Nueva York. Las estadísticas no engañan cuando afirman con datos precisos que en Estados Unidos la mayor cantidad de personas muertas por causa de la pandemia del coronavirus en ciudades populosas como Nueva York y Chicago, son de la raza negra o de origen hispano.

Es la pobreza, el desamparo social, el vivir en hacinamiento habitacional en edificios malolientes o en casas de vecindad ubicadas en barrios marginales, eso, la carencia de recursos económicos, es lo que afecta más que nada a esos sectores étnicos de la sociedad norteamericana que malviven en la nación más rica y prepotente del capitalismo mundial, en franco contraste con los otros segmentos de la población del país norteño.

Nadie en su sano juicio es capaz de negar que el racismo sigue vivo en la sociedad norteamericana de hoy, a pesar de los “Derechos Civiles” y el hecho histórico de haber sido un negro –Barack Obama– presidente de los Estados Unidos de América.

Pero el hecho cierto es que son los afroamericanos y los hispanos los que más han muerto en Estados Unidos por esta pandemia del coronavirus en proporción al resto de la población del país. No es que este mortal virus pandémico sea discriminador y racista. Es algo más que eso. Es la economía, es la riqueza mal repartida, en manos de unos pocos, la que lleva a hispanos y afroamericanos a la miseria más espantosa.

Cuando pase la pandemia del coronavirus habrá que ajustar cuentas en la sociedad norteamericana. Digo, si los que rigen los destinos de esta nación –ya sean Republicanos o Demócratas– sabiamente evitan el suicido colectivo de la nación, tomando el camino de la justica social para todos y así evitar el desastre que se les viene encima. “Alea Jacta Es”. La suerte está echada.

Estadística official Coronavirus en Estados Unidos: el 62% de los muertos en Nueva York son latinos y negros. Lo afirmó el alcalde de la ciudad, Bill Di Blasio. El dramático ranking lo encabezan los hispanos, con el 34%. Los afroamericanos representan el 28% restante.