Opinión

Pesimismo

Alberto Híjar Serrano

Marxismo pesimismo es un invento del antropólogo Javier Guerrero explicado en la revista Buscón de 1983, cuando la crisis del marxismo exigió oponer al dogmatismo y la solemnidad estalinistas, la recuperación de la dialéctica como motor de la historia con todo y contradicciones que ya no debían solucionarse con el optimismo del triunfo ineluctable del socialismo. Coincidía esta posición con una orientación de supervivencia de los militantes revolucionarios: pensar lo peor para resistir la represión, a cambio de negar el optimismo sentimental, el triunfalismo voluntarista disfrazado de firmeza revolucionaria. En el centro de tortura, por ejemplo, hay que rechazar las ofertas del policía bueno que anuncia la liberación, el fin del maltrato y solicita datos familiares para conducir al desgraciado a lugar seguro. De creer esto, la siguiente sesión de tortura e interrogatorio, la sentencia injusta, la cárcel brutal, resultan insoportables.

La crítica pesimista es implacable con el optimismo que advierte esperanzas ciertas de emancipación y solidaridad en la urgencia mundial de acabar con el capitalismo depredador. Hay señales promisorias: los chilenos ocupando la Plaza Italia con atavíos sanitarios blancos y mascarillas, como decisión de insistir en el plebiscito acordado sin marcha atrás. Han tenido gestos simbólicos geniales como limpiar con desinfectante el lugar en la emblemática Plaza llamada ahora de la Dignidad, donde el Presidente Piñera fue a plantarse. En Guerrero, Oaxaca, Chiapas, la frontera Norte territorio de las maquiladoras, Ostula en la frontera disputada entre Michoacán y Colima, en Cherán donde las fogatas reunieron a los defensores de la democracia plena incluyente de la expulsión de las bandas de talamontes y el repudio a los partidos políticos, la multitud reducida a apariencia por los teóricos, da lugar a mandos y comisiones decididas en asambleas, a concejos de ancianos que incorporan a jóvenes dirigentes valientes y destacados. Los trabajos del Congreso Nacional Indígena no son comentados, pero existen. En la marcha de aniversario del asesinato de Samir Flores, frente al Palacio Nacional, se plantaron campesinos organizados, tantos, que vigilaron la instalación del busto del dirigente de Amilcingo contra el Proyecto Integral Morelos. Ciertamente, hasta en Estados Unidos y en Europa, tras los vítores a las ejemplares brigadas de salud de Cuba, están organizando constructoras de poder popular sin injerencia de partidos políticos. “Bella Ciao” no sólo fue cantada por veteranos, sino también por nuevos partisanos.

La reconstrucción planeada con todo y proyecto electoral por las organizaciones empresariales legales e ilegales, con poder de agitación y propaganda planificada como golpe de Estado, cuenta con el lumpen desobediente a la emergencia sanitaria aprovechada por los cárteles para probar su alcance como crimen organizado, lo mismo repartiendo despensas que apoyando asaltos a grandes tiendas por jóvenes aventureros, bravucones, que consiguen armas como prueba de su poder en busca de asociación para extorsionar vendedores callejeros no sólo de alimentos y enseres caseros. Los patrones apoyan, por lo pronto, la dialéctica del desorden, alimentan el resentimiento social y proponen un nuevo orden que sólo ellos podrán lograr, pueden asegurar.

Las lecciones de Argentina gobernada por el déspota Macri y no por los piqueteros y los expulsores de tres presidentes, ahora concretan las condenas de alrededor de trescientos militares y policías responsables de desapariciones forzadas con todo lo que implican. He ahí un trabajo constante de las organizaciones como las Madres, las Abuelas, Hijos, como prueba del ejercicio práctico del nunca más, ni perdón ni olvido. En Bolivia, los golpistas en el poder prevén y ejecutan la represión contra el MAS crecido desde Cochabamba, la cuna de Evo, para influir en la capital bajo control militar y paramilitar. En Brasil, otro tanto y acá en México los patrones que han logrado suprimir este nombre peyorativo para sustituirlo por el elogioso de emprendedores, intentan colocar de operador al experto y probado enemigo de los trabajadores organizados: Javier Lozano, quien se resiste para no adelantar tiempos y movimientos tácticos. Mientras, se mantiene la impunidad de Germán Larrea, responsable de la explosión de la mina de Pasta de Conchos donde siguen enterrados 63 mineros, pese al compromiso de rescatar los cadáveres. Tampoco avanza la Comisión del Caso Ayotzinapa y a cambio, fue balaceado el autobús okupado en el que iban en auxilio de los normalistas de Tiripetío en protesta por la reducción de la matrícula. Dos estudiantes resultaron heridos de bala. Tampoco hay noticias sobre los asesinos de Samir Flores, el dirigente contra el Proyecto Integral Morelos y a cambio, luego de ser protegido cambiándolo de responsabilidad policiaca y jurídica, Tomás Zerón sigue prófugo pese a la muy difundida filmación de su presencia escoltada por un soplón estudiantil para arrojar, protegido por el Ejército, restos humanos en el Río Cocula para favorecer la “verdad histórica” del ex procurador Murillo Karam de quien ya nadie se acuerda. Así no puede haber futuro de justicia y dignidad. El Día Internacional de los Trabajadores dará buenas sorpresas acompañadas de represión y perspectivas organizativas para el largo plazo. También la espuma, dice Lenin, es señal de la corriente.