Opinión

'Me permito pensar que quizás será posible que los EE.UU. juzguen a Calderón”

Por Federico Arreola

En el contexto de las revelaciones que hizo a la revista Proceso la señora Roberta Jacobson, ex embajadora de Estados Unidos en México, en el sentido de que el gobierno de Felipe Calderón tenía en su poder la información sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico cuando éste fungía como Secretario de Seguridad Pública, el analista y productor de televisión Epigmenio Ibarra retó a debatir cinco temas específicos, en redes sociales, al ex titular del Poder Ejecutivo.

Como el ex panista rehuirá enfrentarse a Ibarra, con toda certeza porque este hombre intelectualmente hablando es mucho más sólido que el promotor del partido México Libre con su esposa Margarita Zavala, propuse al conocido productor responder diez preguntas para mi columna, la mitad de las mismas, los cinco asuntos que él planteó a Calderón; las otras, de mi propia cosecha.

I. PREGUNTA: ¿Cómo nos afecta en el 2020 el robo de la Presidencia que llevó en el 2006 a Calderón al poder?

Epigmenio Ibarra: Por segunda vez, en sólo 12 años, las y los mexicanos fuimos burlados en las urnas. Primero Salinas de Gortari, después Felipe Calderón. Este crimen de lesa democracia lo cometieron juntos el PAN y el PRI; de su complicidad no quedó duda, tampoco del enorme poder que –juntos– podían ejercer. Se dieron el lujo incluso de jugar a la democracia y aceptaron los resultados de la elección que llevó a Vicente Fox a la Presidencia.

Ya en Los Pinos, el panismo volvió a pactar con el PRI; le entregó el manejo de la hacienda pública y de la seguridad. Traicionó a los votantes. El botín era enorme; se lo repartieron y diseñaron juntos el futuro. Quedarse en el poder, institucionalizar el saqueo y la corrupción, hacer del poder un negocio se volvió el único objetivo.

Por eso Fox y el PRI apoyaron el robo de la Presidencia. Intentaron con el desafuero un golpe de Estado constitucional y ante el fracaso recurrieron al fraude.

El robo de la Presidencia en el 2006 sentó las bases de una acelerada y profunda descomposición política, económica, ética, estructural de un país que fue destrozado. Así, deshecho, lo recibió AMLO; con un hombre como Felipe Calderón no sólo impune, sino además embarcado en un intento de reelección encubierta y con dinero, influencia, afinidades ideológicas y conexiones en la empresa privada y en los medios, suficientes como para intentar dar un golpe de Estado para no esperar hasta el 2024 y jugársela en las urnas.

II. PREGUNTA: ¿Fue o no una consecuencia de ese fraude la guerra inútil y sangrienta de Calderón contra el narco, es decir, peleó contra las mafias buscando la legitimidad que no le dieron las urnas o todo fue un simple plan de negocios para enriquecerse?

La única manera en que Felipe Calderón (quien debió entrar por la puerta trasera al Congreso para tomar posesión) podía obtener legitimidad era desatando una guerra; invocando a la unidad nacional para enfrentar al narco. Sin el robo de la Presidencia no hubiera habido matanza.

Calderón siguió el camino de los regímenes fascistas. Convocó a una cruzada. Enarboló una bandera manchada con la sangre de otros. Sus histéricas arengas patrióticas, multiplicadas por los medios que le hicieron el juego mansamente y a cambio de centenares de millones de pesos del erario, convirtieron a quien alzaba la voz en traidor a la Patria, en aliado tácito del narco.

La guerra fue sangrienta porque Calderón, emulando a Franco, así la diseñó: como una larga y extendida operación de limpieza.

Y sería además inútil, porque uno de los carteles participaba en la conducción de la misma y porque a los norteamericanos les convenía seguir tolerando el consumo de drogas mientras ellos pusieran las armas (para ambos lados) y nosotros los muertos. El precio de la droga creció en las calles de EE.UU. Ese dinero oxigenó su economía.

Sin pensar siquiera en la amplitud de la base social del narco, en su capacidad de reposición de bajas y en sus fuentes de aprovisionamiento logístico, Calderón ordenó salir a matar y a morir. Atacado por vehículos blindados y helicópteros artillados, consciente de que los federales no hacían prisioneros, el narco incrementó su poder de fuego y luchó sin cuartel. Calderón se autonombró el caudillo mientras la población civil quedaba atrapada entre dos fuegos.

La guerra inútil y sangrienta –que además se volvió un enorme negocio– estaba perdida de antemano, pero ganarla nunca fue el objetivo sino permitir que Calderón se mantuviera en el poder. La sangre derramada le permitió vivir en Los Pinos y avanzar en el proyecto de dominación neoliberal diseñado por Salinas de Gortari; también lo obligó a pagar el apoyo del PRI al robo de la Presidencia dando su respaldo a Peña Nieto e interviniendo activamente en el proceso electoral del 2012. Fox metió las manos en las elecciones del 2006; Calderón en las del 2012. Calderón cuidó a Fox las espaldas; Peña habría de cubrírselas a Calderón.

III. PREGUNTA: La complicidad de Felipe Calderón con García Luna, ¿qué significa en términos de procuración de justicia en México y Estados Unidos? ¿Podría ser llamado a cuentas por la justicia del vecino país del Norte?

Significa el colapso de la justicia en ambos países. La ex embajadora estadounidense, Roberta Jacobson, lo admite: “Sabíamos de las andanzas de García Luna, pero operamos con él”. Lo primordial era impulsar la Iniciativa Mérida, no la justicia. No se buscaba llevar a los delincuentes frente a un juez, se buscaba, simple y llanamente, aniquilarlos.

En la guerra, la primera baja es siempre la justicia. En México, ésta desapareció todo el sexenio de Calderón. ¿Cómo hablar de justicia en un país gobernado por un ladrón? ¿Cómo hablar de justicia cuando no se procesa a los presuntos delincuentes; cuando se les asesina?

Iniciado el proceso contra García Luna y después de las declaraciones de Jacobson, yo me permito pensar que quizás será posible que los EE.UU. juzguen a Calderón. Y digo quizás porque debemos recordar que con mucha frecuencia pactan con criminales.

IV. PREGUNTA: ¿A qué te refieres con el intento de reelección simulada de Felipe Calderón?

A lo que hace con su esposa Margarita Zavala y su partido México Libre. El tipo está tan obsesionado con volver al poder, así sea usando a su esposa, que ha fracturado incluso el pacto histórico PRI-PAN. Se cree un “iluminado”. Por eso se salió del PAN. Para intentar por su lado que el país vuelva a la senda diseñada a finales de la década de 1980, y para garantizar la impunidad que hoy siente perdida. Eso, más allá de lo ideológico, es lo que mueve a Calderón: quiere fuero, lo necesita desesperadamente. La única manera de obtenerlo es volver al poder.

V. PREGUNTA: ¿Hay argumentos objetivos para hablar de la actividad golpista actual de Calderón? En pocas palabras, ¿cuáles serían?

Si te refieres a pruebas con peso judicial te tendría que decir que no las tengo. Observo y analizo el comportamiento de Calderón, de su gente cercana, de las y los periodistas que lo protegen. Su manera de insertarse en las coyunturas, la articulación de su discurso, sus métodos.

Sufro –como muchos otros que apoyamos a AMLO– los embates de un aparato de bots que actúan conforme a un patrón: la procacidad, el racismo, lo escatológico de sus mensajes e insultos tiene un propósito: deshumanizarnos. Así lo hizo Hitler con los judíos y Franco con los rojos. Así lo hace Calderón con los obradoristas, como hizo antes con el narco. Lo que vivimos hoy es la repetición del clima de odio del 2006. Estamos ante un nueva y aún más agresiva versión del “AMLO es un peligro para México”.

Además, no se necesita ser ni policía ni investigador; ellos mismos lo declaran, su actuación articulada los delata.

VI. PREGUNTA: ¿Hay relaciones políticas entre Felipe Calderón y Carlos Salinas? ¿Cuáles serían?

No lo sé. Los hermanan, eso sí, dos cosas: ambos se robaron la Presidencia y establecieron a punta de dinero del erario relaciones de complicidad con los medios para que el tema del fraude dejara de tocarse. Ambos permitieron que la corrupción y el narco se instalaran en Los Pinos.

VII. PREGUNTA: ¿Existe una prensa calderonista? ¿Quiénes son los periodistas mexicanos que juegan en el equipo de Calderón?

Hay una prensa que participó en el linchamiento de Andrés Manuel durante el proceso de desafuero. Es la que –siguiendo el patrón del racismo– se burló del “compló” y que luego, ya en el 2006, dotó de contenido editorial a la campaña de “peligro para México” y convirtió a AMLO en el “mesías tropical”. Nunca un candidato había sido sometido a un linchamiento mediático tan feroz.

Luego, ante el fraude, evidente, escandaloso, intolerable, guardó silencio o encontró la manera de justificarlo. Comulgó y quiso que la gente así lo hiciera con esa rueda de molino. Avalar la guerra, justificarla fue un paso más en dirección a la ignominia. Calderón fue pródigo con esa prensa, le entregó miles de millones de pesos. Comenzaron a abundar los líderes de opinión multimillonarios que jamás pisaron un frente de guerra (y los reporteros pobres que se jugaban la vida a cada paso).

Son muchos y son influyentes; la gente los reconoce, ellos mismos se exhiben, pero sería irresponsable nombrarlos porque no tengo pruebas en la mano. Yo no me muevo en el mundo de las filtraciones y los secretos que corren en los pasillos del poder. Sólo leo, escucho, analizo. Encuentro patrones de comportamiento, los modos de articulación del discurso anti obradorista y la reiteración de argumentos propios de la estrategia de Calderón.

VIII. PREGUNTA: ¿Resistirá Andrés Manuel López Obrador? ¿Cuál es su fuerza?

Estoy convencido de que resistirá. Su fuerza está en la honestidad y la terquedad; en la indeclinable decisión de mantenerse firme en su propósito de transformar al país. Tiene, como ningún otro Presidente, a los medios en contra. Lo atacan todo el tiempo. Lucha a contracorriente por comunicarse con la gente y se la juega en las redes sin encadenar a los medios, sin negociar con ellos, sin imponer ningún tipo de restricción a las voces que contra él se alzan.

Nunca la prensa había tenido tanta libertad. Es un demócrata integral. Asume con serenidad y templanza los ataques; responde porque está en su derecho, pero no persigue, ni coopta, ni censura. Resistirá, pese a todo, porque no son los columnistas o los empresarios quienes lo eligieron, sino muchas mexicanas y mexicanos que ya saben lo que el PRI y el PAN significan y que no olvidan, y porque la realidad del país ha cambiado y hay, me parece –en eso también coincido con él–, más consciencia y mucho menos dependencia de lo que Loret o López Dóriga digan, o de lo que Azteca y Televisa tratan de inducir.

IX. PREGUNTA: La pandemia del coronavirus, ¿opera a favor o en contra del golpismo calderonista?

Ellos pensaron que era la coyuntura ideal para librar la batalla decisiva contra López Obrador. La realidad no les ha ayudado. Todas sus predicciones apocalípticas han fallado. Falta ver qué pasa ahora que viene lo más crítico; ya comenzaron, veremos qué harán con las imágenes y situaciones que puedan producirse en estos días. Falta cerrar la pandemia y hacer las cuentas: el debe y el haber político. Lo cierto es que en la guerra sicológica el objetivo es confundir al enemigo; fallaron, en lugar de confundir a López Obrador, se confundieron ellos mismos.

X. PREGUNTA: Si algo pudieras recomendarle a Andrés Manuel, ¿qué sería? Responde, por favor, en una simple frase.

Vas bien Andrés Manuel. Resiste, persiste, transforma.

(SDP Noticias)