Rubén Martín
Es cuestión de días para que el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, llegue a México para ser juzgado por los delitos de corrupción que se le imputan. Ya la Audiencia Nacional de España entregó el auto de extradición a la Interpol para el traslado al Gobierno mexicano del exprófugo de la justicia.
Pero incluso antes de llegar a México, Lozoya comenzó a dar pistas de su extrema disposición para colaborar con la justicia y dar a conocer lo que sabe de los casos que se investigan. Como muestra de su colaboracionismo, ofreció la entrega de grabaciones relacionadas con el caso Odebrecht, según informó el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto.
Son muy claras las razones de la actitud colaboradora de Emilio Lozoya: quiere entregar la mayor cantidad de información a la Fiscalía General de la República (FGR) para obtener beneficios que le reduzcan la pena o que incluso le permitan negociar un acuerdo que eventualmente podría dejarlo en libertad.
Pero para eso no sólo tiene que entregar información en grandes cantidades, sino que debe ser información de calidad. Santiago Nieto dijo que “tenemos que esperar para saber el contenido [de las grabaciones], para saber cuál es su alcance”. De ser útil la información entregada, Lozoya podría quedar libre del proceso penal por el caso Odebrecht, sostuvo el titular de la UIF.
Y esto es así porque Emilio Lozoya y su defensa buscan a toda costa que la FGR le ofrezca un “criterio de oportunidad”, es decir, una negociación o acuerdo mediante el cual Lozoya se convierte en “testigo colaborador” para resolver los casos por los que es imputado. Sobre este posible arreglo, Santiago Nieto señaló en entrevista con Milenio que “la FGR puede otorgar un criterio de oportunidad siempre y cuando ayude a ir subiendo en la estructura de la red criminal”.
Y subir en la “red criminal” que cometió los delitos por los que se imputan a Lozoya sólo apunta al expresidente Enrique Peña Nieto, que era el jefe del titular de Pemex, o hacia otros secretarios de Estado, como podrían ser Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda, o el exsecretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
Pero además de la imputación de recibir un soborno de 9.15 millones de dólares por parte de la empresa constructora Odebrecht para la obtención de contratos del Gobierno mexicano, Lozoya está acusado del delito de lavado de dinero por la compra irregular de la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados, comprada por Pemex bajo la dirección del ahora detenido en España. Por esta operación, Lozoya habría recibido 3.4 millones de dólares, por parte de la empresa Altos Hornos de México, de acuerdo con la carpeta de investigación.
Es de suponer que en este caso de corrupción, Emilio Lozoya también estaría dispuesto a ofrecer información a cambio de alcanzar el acuerdo con la FGR para que le aplique el “criterio de oportunidad” para limitar al máximo o totalmente una pena carcelaria.
Pero no hay que olvidar que, al decidir voluntariamente la extradición a México, Emilio Lozoya “renunció al llamado principio de especialidad, que es la prohibición de ser perseguido por hechos distintos a los que motivaron la solicitud de extradición”, es decir, que la FGR tiene vía libre para investigar a Lozoya por otros posibles delitos de corrupción.
Una línea de investigación que la Fiscalía mexicana debería seguir son las acusaciones de que la empresa constructora española, OHL, ganó contratos millonarios durante el sexenio de Peña Nieto, gracias al pago de sobornos a funcionarios del anterior Gobierno.
Hay al menos un audio donde el exdirector de OHL México, José Andrés de Oteyza, asegura que ganó un contrato millonario de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), gracias a que Emilio Lozoya intervino a su favor.
En una conversación del 31 de marzo del 2015, a las 15:31 horas, el entonces Presidente de OHL, José Andrés de Oteyza, presume a Jesús Campos, Director Técnico de OHL México, que gracias a la gestión de Emilio Lozoya (entonces director de Pemex) ante Enrique Ochoa Reza (entonces director de la CFE), OHL ganó una licitación por 7,877 millones de pesos para obtener el contrato de construcción de la Central de Ciclo Combinado Empalme 1, en Sonora.
En la conversación de este audio (difundido en Youtube en noviembre del mismo año), se escucha al entonces presidente de OHL México, José Andrés de Oteyza, presumirle a su interlocutor que el contrato millonario con la CFE fue conseguido gracias a la intervención de Emilio Lozoya: “¡Pero claro hombre! A ver, esto lo arreglé yo en gran medida, el jueves [26 de marzo] en la noche con Lozoya y el viernes [27 de marzo] hablé directamente con Ochoa. Directamente porque me lo arregló Emilio”.
Y no es cosa menor recordar que Lozoya fue empleado de OHL México (como miembro del Consejo de Administración), apenas meses antes de incorporarse a la campaña presidencial priísta en el equipo de Peña Nieto.
Además de las concesiones carreteras, OHL (a través de su subsidiaria Constructora de Proyectos Viales de México) ganó dos de los grandes contratos para la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara. Además de acusar un retraso de años en su puesta en marcha, el costo de esta obra se ha duplicado al pasar de 16,500 mdp a 33 mil mdp. En otro audio de directivos de OHL divulgado en el 2015, se escucha al mismo De Oteyza revelar que acompañó al presidente de la matriz de OHL, José Miguel Villar Mir, a una reunión con el entonces Presidente Peña Nieto y en dicho encuentro acordaron la gestión de los contratos del Tren Ligero de Guadalajara y del tren a Toluca directamente con el Presidente Peña Nieto. Este encuentro ocurrió el 6 de abril del 2015. En un audio anterior, De Oteyza le confesó a su interlocutor que fue el propio dueño de OHL, Villar Mir, quien le pidió que solicitara el encuentro con el Presidente de México.
De modo que Lozoya tiene mucho qué cantar en México. Y sus cantos y grabaciones seguramente llevarán a la implicación de otros peces gordos. No son días buenos para Peña Nieto.