Opinión

Inteligencia Artificial + Chat GPT

El Chat GPT es una de las innovaciones que más está dando de que hablar en los últimos meses, Jorge Gómez Barata habla de su experiencia con esta Inteligencia Artificial

Apremiado como todos, menos el uno por ciento, por la supervivencia, sobrado de temas y carente de salud, tiempo y talento para abordarlos, lo relacionado con la Inteligencia Artificial (IA) se corrió para la parte baja en la lista de mis prioridades; así fui sorprendido por el auge de Chat GPT. (En español: Transformador Preentrenado Generativo) que cuenta ya con más de 100 millones de usuarios.

Según Wikipedia, Inteligencia Artificial (IA), término acuñado en los años 50 del siglo pasado por John McCarthy: “es el conjunto de sistemas o combinación de algoritmos que permite crear máquinas que necesitan la inteligencia humana. La inteligencia artificial no tiene como finalidad reemplazar a los humanos, sino mejorar significativamente sus capacidades...”. Apareció poco después de la Segunda Guerra Mundial.

Según la misma fuente, los algoritmos, unos de los recursos de que se vale la IA son el “... conjunto de instrucciones o reglas definidas y no ambiguas, ordenadas y finitas que permiten comprender y solucionar problemas, realizar cómputos, procesar datos y llevar a cabo otras tareas o actividades”. Dado un punto de partida, siguiendo los pasos trazados por los algoritmos, se arriba a resultados finales que son siempre los mismos. Los algoritmos herramienta son preexistentes. El primero que aprendemos a utilizar son las tablas de multiplicar.

En sus fases primarias, la IA fue algo más bien exacto, determinista y mecánico. Entonces era ajena al relativismo, las emociones y sentimientos y, salvo ámbitos en los cuales las reglas morales y éticas son estrictas, como “no robar” que es dogma, son defectos que no tiene la inteligencia natural.

Con estas carencias, la IA estaba condenada a los ámbitos de la robótica y sometida a la “dictadura de los algoritmos”, de ahí que superar esas limitaciones es de vital importancia, lo cual, a la vez representa un peligro trascendental. Según ciertas hipótesis, puede ocurrir que se independice y surjan máquinas capaces de amar y de odiar y, en lugar de asistir e imitar a los humanos, los sobrepase.

En ese proceso, creado por la empresa OpenAl, con sede en California, a fines de 2022 apareció el Chat GPT como servicio en el ambiente de Internet, al cual el usuario formula preguntas y la máquina ofrece respuestas. Debido a un vertiginoso desarrollo, el pasado mes de marzo apareció el Chat GPT 4, una versión más avanzada y creativa que, según expertos, comienza a aproximarse a algo más parecido a un cerebro artificial que a una máquina.

Utilizando los recursos de las nuevas tecnologías, Chat GPT acopia todos los conocimientos esenciales sobre cada asunto, los ordena, los resume y, en cuestión de segundos, los ofrece como respuestas a las interrogantes que se le formulan, proporcionando facilidades inéditas para el trabajo, el aprendizaje, la investigación, la creación, el entretenimiento, lo cual la hace ideal para profesionales, ingenieros, médicos, profesores, periodistas y otras personas que necesitan respuestas rápidas y exactas.

Para operar, el Chat GPT usufructúa vastas redes neuronales que son programas informáticos inspirados en la forma en que las neuronas del cerebro se comunican unas con otras. Las redes neuronales artificiales, inventadas en los años 80, manejan secuencias de palabras y son capaces de retener los datos e integrar los nuevos.

Probablemente, el Chat GPT resuelva la contradicción entre la naturaleza social del conocimiento y su realización en individuos particulares.

Cuando un alumno pregunta al maestro: ¿Por qué existen el día y la noche? Este responde con los conocimientos que él ha acumulado, mientras, si le pregunta al Chat GPT, este utiliza todos los argumentos que la humanidad ha acumulado y lo hace de modo resumido, efi caz y listo para ser utilizados. El ejemplo plantea un dilema: ¿Es preferible preguntarle al profesor o al Chat GPT?

Al acudir a la IA y al Chat GPT, se debe asumir que tales herramientas no son perfectas, tienen limitaciones, a veces ofrecen respuestas erradas, parciales, incluso malignas. Un punto nodal en esta problemática es que al Chat GPT acuden tanto académicos y expertos, avezados periodistas, incluso estadistas y científicos, como niños que estudian cuarto grado. El tema da para mucho. Luego les cuento más.

Post scriptum: Para redactar esta nota no he acudido al Chat GPT. Un día les contaré lo que él cree de sí mismo.