Opinión

El hecho económico más brutal

En este artículo de opinión, Jorge Gómez Barata, habla sobre los efectos que las guerras generan, así como los gastos que implican

Los clichés proporcionan explicaciones estereotipadas y fáciles para situaciones diversas, uno de ellos es la afirmación de que “la guerra es un negocio”. En todo caso sería un pésimo negocio.

Aunque las industrias militares ganan enormes cantidades de dinero, en términos estructurales y en escalas macroeconómicas, las armas son el peor de los negocios. Toda la producción bélica, incluidas las armas nucleares, fabricadas a lo largo de siglos, la mayoría de las cuales nunca son utilizadas, son el peor despilfarro.

Según José Luis Rodríguez, exministro de economía de Cuba: “Antes de la II Guerra Mundial, los gastos militares en todo el mundo se estimaron en unos 48 mil millones de dólares... En el 1990 ascendieron a mil 280 millones...” En el 2023 llegaron a más de 2 billones (millones de millones) de dólares.

Según el exministro cubano, en el 1950 existían “301 cabezas nucleares y en el 1986 eran 70 mil 300”. En toda la Guerra Fría se efectuaron unos 2 mil ensayos nucleares (se ignora cuántos hubo en secreto). En mil 54 ensayos atómicos, Estados Unidos gastó unos 100 mil millones de dólares. Se puede asumir que la URSS, erogó otro tanto. Así se echaron por el caño, unos 200 mil millones de dólares. Según estimados, los costos de mantenimiento del actual arsenal nuclear pudieran estar alrededor de los 100 mil millones de dólares.

Estudios del Instituto de Economía Mundial de Kiel y la Universidad de Tubinga, citados por la agencia alemana Deutsche Welle (DW), como consecuencia de la guerra con Rusia “en el 2026 Ucrania habrá perdido el equivalente a unos 120 mil millones de dólares de rendimiento económico, mientras los daños en activos materiales (plantas industriales, infraestructuras, maquinaria, equipos y edificios industriales), pudieran ascender al billón de dólares”.

Según Richard Connolly, especialista en la economía rusa del Real Instituto de Servicios para Estudios de Defensa y Seguridad, en el 2023 el gasto militar de Rusia superó los 100 mil millones de dólares. De prolongarse hasta el 2026, la guerra le costará no menos de 500 mil millones. De acuerdo con la entidad alemana, para terceros países no combatientes, el costo podría ser de unos 260 mil millones. 

En la guerra intervienen costos directos tales como gastos militares, pérdidas por infraestructuras destruidas y daños ambientales. Entre otros gastos indirectos deberían considerarse las riquezas dejadas de producir, desempleo y empleo económicamente inútil, daños al comercio mundial y gastos para atender a las personas desplazadas.

Se estima que la guerra en Ucrania puede costar a Rusia unos 900 millones de dólares por día, calculando lo mismo para la OTAN y Estados Unidos, cada 24 horas son incinerados mil 800 millones. Según estimados, hasta el 2023 la guerra en Ucrania puede haber costado un billón y medio de dólares y, de prolongarse hasta el 2026, pudiera totalizar unos 5 billones. ¡Cinco millones de millones!

Según Moritz Schularick, presidente del instituto alemán citado, “los cálculos sobre lo catastrófico que económicamente resultan las guerras pudieran formar parte de los argumentos de disuasión.

No hay manera de poner precio a la vida humana ni calcular el dolor de quienes ven morir sus hijos, a la pena de los huérfanos que crecerán sin sus padres, ni a las esposas y las novias que no volverán a ver a sus amores. Nadie podrá calcular cuántas riquezas dejan de crear los que mueren inútilmente. Nada de eso es posible porque el sufrimiento no tiene precio, como tampoco lo tiene la paz que es entre los dones, el más preciado.

Agradezco a Humberto Herrera Carles su aporte a este artículo.