Quintana Roo

De la Redacción

Reportan como desaparecido a Luis M. P., propietario de la clínica “Playamed”, quien fue privado de su libertad por sujetos armados, cuando se dirigía a Playa del Carmen en su vehículo.

Con él viajaba una mujer, quien fue bajada del automóvil a golpes y abandonada en la carretera, mientras que los desconocidos se llevaron al empresario en su propio vehículo en un hecho que podría tratarse de un secuestro.

La mujer abordó un taxi en el que se dirigió a la clínica e informó lo ocurrido.

Hasta ahora se desconoce si los captores del empresario pidieron ya algún rescate para liberar a su víctima.

De manera extraoficial, ayer trascendió la privación ilegal de la libertad del empresario Luis M. P., propietario de la clínica Playamed en Cancún, sin que autoridades de los tres niveles de gobierno se hayan pronunciado al respecto.

De acuerdo con la información obtenida, el empresario fue “levantado” por sujetos armados, que lo interceptaron en la carretera cuando se dirigía a Playa del Carmen en su vehículo.

Luis M. P., iba acompañado de una mujer y cuando el comando armado les cerró el paso, la bajaron a golpes del vehículo dejándola tirada en la carretera para después llevarse al empresario en su propio automóvil.

Al cabo de unos minutos, la mujer abordó un taxi que pasaba por el lugar, en el que se trasladó hasta la clínica Playamed ubicada en la avenida Nader en el centro de la ciudad de Cancún.

La mujer narró a empleados de la clínica lo que había ocurrido, pero de acuerdo con autoridades ministeriales, no existe alguna denuncia por la desaparición del empresario.

En marzo de este año, la clínica Playamed fue escenario de una doble ejecución, cuando un comando armado entró y ejecutó a balazos a Alfonso Enrique Contreras Espinoza (a) “El Poncho”, integrante del Cártel del Golfo, quien permaneció hospitalizado durante casi siete meses y con custodia policíaca; pues se encontraba preso por diferentes delitos.

Con él se encontraba su esposa Nataly Guadalupe Díaz Peña, quien también fue ejecutada.

La clínica privada donde convalecía “El Poncho”, desde meses atrás, era usada como centro de operaciones del crimen organizado, pues ocupaba una habitación privada.

Cuando los peritos criminalistas ingresaron a la habitación número 17 del hospital Playamed, encontraron varios indicios que dejaron en evidencia, la libertad con la que “El Poncho” continuaba con sus operaciones delictivas; aun cuando se encontraba bajo proceso penal.

En el interior del boxer que vestía “El Poncho”, los peritos encontraron escondido en el área genital, un teléfono celular de color negro y una hoja con nombres y números telefónicos.

En las vendas que tenía en la pierna derecha, se encontró una bolsita de plástico con cocaína.

Al revisar la habitación, los peritos encontraron al interior de un contacto de luz, una bolsa con fragmentos de la droga conocida como crack y una bolsa más con cocaína.

En un cuadro pegado a la pared, se localizó una báscula gramera digital y en el interior de un sillón, se encontró un disco duro de computadora.

Atrás de dicho sillón, se encontraron unas libretas y documentos diversos, a nombre de Alfonso Enrique Contreras Espinoza y en la bolsa de mano de la mujer que también fue ejecutada, se encontraron dos teléfonos celulares, una cartera con diferentes tarjetas bancarias a nombre de Nataly Guadalupe Díaz Peña, un chip para teléfono celular, una tarjeta de memoria y una computadora portátil.