Por Santos Gabriel Us Ake
Hacer “viejos” y venderlos a 250 pesos para quemar el 31 de diciembre como un empleo para obtener algunos ingresos, además de las piñatas para las fiestas, es el caso del artesano Alejandro de la Cruz Ramírez, en el fraccionamiento Paseos del Mar.
Alejandro de la Cruz Ramírez y una persona que pidió no se mencione su nombre, se dedican a confeccionar monigotes, comúnmente conocidos como “viejos”, para ser quemados en la media noche del 31 de diciembre de 2018, para despedir el año y a la vez recibir el 2019.
Explicaron que tuvieron la iniciativa de hacer piñatas y “viejos” desde hace dos años y por tal motivo convirtieron su casa en un taller artesanal, y con las ventas obtienen algunos ingresos en la presente temporada que es cuando se acostumbra mayor diversión.
Han elaborado “viejos” con ropa de ciudadano común y de obrero. Con pantalón largo, camisa de manga larga, cabello y barba blanca, zapatos mocasines o de albañil, cabeza de cartón con los ojos, nariz y boca delineado, y desde luego, el cuerpo relleno con papel para un encendido rápido.
La vestimenta del “viejo” se compone de prendas usadas, algunos con guantes, y el precio de cada uno es de 250 pesos sin los juegos artificiales en el interior, pues este gasto corresponderá al comprador del muñeco y dependerá de él cuántos explosivos de pólvora le colocará.
Este taller de artesanías de piñata y de “viejos” se encuentra ubicado en la avenida Obsidiana, del fraccionamiento Paseos del Mar, una zona de condominios densamente poblada, con una gran cantidad de clientes. Las piñatas cuestan 100 y 200 pesos, según el tamaño y la complejidad de los adornos.
Ellos no acudieron a tomar clases a ningún taller artesanal, sino que aprendieron con solo observar cómo otra gente elabora las piñatas y los “viejos”, y según se ha podido notar, varias personas están dispuestas a gastar 250 pesos en un “viejo” y 100 pesos en una piñata, más las bombitas y los dulces para amenizar la celebración del fin de año.
Según algunos conocedores del tema, esta práctica de quemar al “viejo” se lleva a cabo en varios países latinoamericanos, entre ellos México, y afirman que en Ecuador es donde se encuentra más arraigada, pero aclaran que se debe diferenciar del ritual de la “Fiesta del Judas”, que se celebra en la semana de Pascua en algunas regiones de España y América Latina, y de los monigotes que se queman durante las protestas políticas.
Algunos afirman que cuando queman al “viejo” están incinerando el año viejo y con ello creen deshacerse de las malas vibras que vivieron durante el año saliente, y se están preparando para recibir un año nuevo con nuevas expectativas, en fin, son paradigmas y tradiciones del ser humano.