De la Redacción
Decenas de familiares y amigos despidieron con dolor y tristeza a la pareja de jóvenes que fue atacada a balazos la noche del pasado domingo en el fraccionamiento Azul Bonampak, donde el hombre murió en el lugar de los hechos y la mujer, menor de edad, falleció posteriormente en el Hospital General en calidad de víctima inocente porque nada tenía que ver con actividades ilícitas.
De hecho, varios de los asistentes al entierro que se llevó a cabo en el panteón Los Olivos, alrededor de las 15 horas de este miércoles, coincidieron en señalar que se pudo tratar de una confusión, porque ambos jóvenes identificados como Reyes Jesús C. T., de 20 años y Jennifer R. J., de 17 años, eran novios y estudiantes.
“Reyes estaba estudiando la universidad y Jennifer la prepa y desconocemos los motivos por el cual les arrebataron la vida”, afirmó uno de los amigos que acudió al panteón a acompañar a los familiares de las víctimas de lo que fue la primera doble ejecución de este 2019.
El trayecto de la funeraria hacia el panteón fue escoltado por una unidad de Seguridad Pública y dos motos de la Dirección de Tránsito, pues trascendió que el joven fallecido era familiar de un funcionario del gobierno municipal de Isla Mujeres y que éste habría solicitado el apoyo de las autoridades porque iba a acudir mucha gente al entierro.
En efecto, la caravana que se pudo apreciar al ingresar a la zona donde se ubica el panteón municipal Los Olivos en la Región 99, era de más de una veintena de vehículos, entre ellas varias combis de transporte público, así como taxis tanto de Cancún como de Isla Mujeres; incluso varios asistentes lo hicieron a bordo de diferentes motos.
En una escena que pareciera repetirse constantemente en la ciudad de Cancún, con profundo dolor y tristeza es que ambos jóvenes fueron enterrados la tarde de este miércoles, tras de ser víctimas de un ataque armado la noche del pasado domingo en el fraccionamiento Azul Bonampak, que se encuentra en la Región 247.
Llamó la atención que durante el acompañamiento, previo al entierro de los cuerpos, un grupo de jóvenes con música de banda estuvo tocando para despedir a los hoy occisos, pues este tipo de música es la que escuchaban en vida, mientras que muchos asistentes llevaban flores blancas que al final fueron colocadas una vez que fueron cerradas las tumbas.