Quintana Roo

Pocos disfrutaron de la playa

Por Yolanda Gutiérrez

Se sienten los efectos de la temporada baja en las playas de la Zona Hotelera, tanto las públicas como las concesionadas a los centros de hospedaje, en virtud que fueron muy pocos los bañistas que se acercaron a los arenales, entre otros motivos a causa de las condiciones climáticas, más apetecibles para visitar una plaza comercial o algún otro lugar cerrado que para disfrutar unas horas al aire libre.

Tras llevar a cabo un recorrido por algunos de los balnearios de la localidad se pudo constatar que son pocos los visitantes extranjeros que disfrutan del sol, el mar y la blanca arena, ahora libre de sargazo, de nuestro destino, situación similar a la observada con los turistas nacionales.

Según prestadores de servicios, será hasta mediados de noviembre cuando se observe una mayor afluencia de turismo extranjero, especialmente estadounidenses y canadienses, que huyen del frío que para esas fechas azota en sus países de origen, pues con el cambio climático ya no se sabe cómo vendrá este invierno, tal como expresó Rubén Garrido, arrendador de sombrillas.

Uno de los empleados de un negocio de alquiler de wave runners en Gaviota Azul, expresó que durante el verano la demanda estuvo por debajo de la registrada otros años por esas mismas fechas, pero la situación empeoró a partir de septiembre y ahora en octubre son muy pocos los turistas que se acercan para rentar una moto acuática, máxime los días en que el puerto cierra a embarcaciones menores, cuando también las motos acuáticas y los parachutes quedan paralizados.

Ni siquiera en Playa Langosta, una de las favoritas de las familias locales y cada vez de mayor preferencia entre el turismo, se apreció una importante cantidad de bañistas; dos o tres niños chapoteaban en el agua, a escasa distancia de la orilla, ante la tranquila mirada de sus padres, conscientes de que esta es una de las playas más seguras de la Zona Hotelera debido a su poca profundidad.

Se apreció un poco más de afluencia en los arenales “de” los hoteles, en los que turistas de varias nacionalidades reposaban en camastros o chapoteaban en el mar.

Y aunque en teoría, las playas son propiedad de todos los mexicanos, al ser zonas federales, hay quejas de algunos ciudadanos, que aseguran que los cancunenses sufren discriminación, en virtud, que no pueden disfrutar de los beneficios de las playas “privatizadas” por los centros de hospedaje, algunos de los cuales, incluso, sacan por medio de sus vigilantes a los bañistas que no se alojan en estos hoteles, pese a haber ingresado por la zona federal y por ende tener todo el derecho a gozar de las mismas.