Quintana Roo

Ni los sellos detienen a las obras clausuradas

Por Eva Murillo

 

Como si nada, las obras de construcción de hoteles en Cancún que fueron clausuradas por las autoridades federales continúan, pasando por alto los sellos impuestos, aunque aparentemente a modo, ya que no impiden que las puertas de acceso sean abiertas sin romperlos.

Vehículos pesados cargados con cemento hacen fila en el bulevar Kukulcán para ingresar el predio ubicado en Playa Langosta, para seguir con la construcción de un hotel que en diversas ocasiones se ha visto en medio de críticas por ocasionar la salida de agua del subsuelo que corren hacia el mar.

En Playa Delfines los trabajos no han parado, mientras que los sellos de clausura son escondidos detrás de láminas que son usadas para ocultar de la mirada de quienes transitan por ahí, los avances de la construcción.

Esta semana ni la lluvia cayendo torrencialmente ha parado las obras de construcción de los complejos hoteleros y mucho menos los sellos de clausura, hombres y maquinaria pesada siguen en acción dentro de los terrenos que fueron bardeados con láminas de zinc.

¿Ya hay sobreoferta de habitaciones hoteleras en Cancún?, es la pregunta recurrente a los hoteleros que llevan años en el negocio, y aunque la respuesta casi siempre es que sí, todavía hay proyectos cocinándose y que representan cientos o hasta miles de cuartos más.

Mientras tanto, las autoridades ambientales brillan por su ausencia, los sellos que ellas mismas han puesto están siendo violados e ignorados casi en sus narices, pues los desarrolladores de los hoteles no se esconden para seguir construyendo, deliberadamente ocultan la leyenda de “clausurado” con una lámina.

En Cancún las dunas costeras, las pocas ventanas al mar que quedaban, las afectaciones ambientales a corto, mediano y largo plazo no tienen validez; el enojo e indignación ciudadana no bastó ni bastará para detener la construcción de más hoteles.