De la Redacción
CHETUMAL, 1 de noviembre.- La Dirección de Fiscalización del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, a cargo de Emmanuel Magaña Cirerol, acosa a comerciantes de flores que se instalaron provisionalmente en cementerios de la ciudad durante las festividades del Día de Muertos.
Desde temprana hora personal de la Dirección de Fiscalización de OPB acudió a las afueras de los panteones para exigir la cantidad de 250 pesos a cada vendedor de flores y veladoras que se encuentre laborando durante el 1 y 2 de noviembre.
Lo anterior ocasionó que algunos vendedores decidieran retirarse del lugar, pues la cuota resultó demasiado alta para comerciantes que apenas venden pequeños ramos florales entre los 20 y 30 pesos.
Y es que a diferencia del año pasado, la presencia de vendedores en los alrededores del cementerio municipal fue notoria, ante la campaña de terrorismo fiscal emprendida por la actual autoridad municipal.
Los vendedores explicaron que este año el ayuntamiento les exigió una cuota para poder colocarse en las cercanías y colocar su producto, por lo que muy pocos accedieron a las pretensiones de la administración municipal a cargo de Otoniel Segovia Martínez, quien se ha ensañado con uno de los sectores más castigados.
Hasta hace un año, en vísperas de la celebración de las fiestas de los Fieles Difuntos, vendedores de flores, velas, inciensos, entre otros, ofrecían su producto en los alrededores de los panteones, pero este año no fue así.
Los pocos que decidieron laborar, a pesar de la cuota que exige el ayuntamiento, tuvieron que pagar la cantidad de 250 pesos diarios a los inspectores de Fiscalización, quienes por instrucciones de su jefe, Emanuel Magaña Cirerol, acudieron a exigir derecho de piso a los comerciantes.
En el cementerio municipal, ubicado sobre la avenida Efraín Aguilar, la lente del POR ESTO! logró captar el momento exacto en el cual un par de trabajadores del Ayuntamiento de OPB cobraba 250 pesos a un comerciante de flores que se había instalado a un costado del acceso principal del camposanto.
Lo anterior con la venia del alcalde Otoniel Segovia, quien se ha empeñado por medio de su director de Fiscalización, Emmanuel Magaña, de exigir pagos desproporcionados a pequeños comerciantes y comerciantes semifijos, con el pretexto de “limpiar la ciudad” de ambulantaje.
Lo cierto es que Magaña Cirerol continúa recaudando recursos a costa de los sectores comerciales más castigados de la ciudad, para llevarlo a las arcas de una administración municipal que simplemente no brinda ningún servicio de calidad.