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Quintana Roo

Por Víctor Rodríguez

 

PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 9 de diciembre.- La proliferación de rentas vacacionales en el corazón turístico de la Riviera Maya, cuya cifra alcanza las cerca de 14 mil unidades, provocan que el destino se abarate con la caída hasta en un 35 por ciento la tarifas, además de fomentar la competencia desleal y el piso no parejo en el pago de impuestos en los tres niveles de gobierno, afirmó el vicepresidente de la Asociación de Hoteles, Andrea Lotito.

El representante del segmento de los pequeños hoteles afirmó que en este momento la ocupación hotelera permanece en un promedio del 60 por ciento, pero que en definitiva la propagación de las rentas vacacionales afecta entre un 20 y 25 por ciento la ocupación de las habitaciones.

Sin embargo, expuso que este 9 de diciembre de 2019 se publicaron en el “Diario Oficial” de la Federación los Decretos de Reformas a diversas Leyes, lo que constituye el llamado “Paquete Fiscal 2020”, dentro de las cuales se encuentra a la Ley del Impuesto Sobre la Renta, para incluir a los prestadores de servicios a través de plataformas digitales (incluido hospedaje) como sujetos obligados al pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), entrando en vigor el 1 junio del 2020.

Y es que plataformas digitales como Airbnb expone que ha recaudado y enterado más de 139.4 millones de pesos en Quintana Roo el impuesto de hospedaje luego que desde octubre del 2017 (hasta el 31 de octubre de 2019), mientras que el impacto económico en 2018 fue de aproximadamente 668 millones a través de los gastos de los turistas que se alojaron a través de ellos

En ese sentido, los números son irreales de lo que ocurre con las rentas vacacionales en la Riviera Maya con los casi 14 mil unidades en este concepto, que son al menos los declarados y otros 2 mil 500 en construcción contra los 3 mil 500 cuartos de los pequeños hoteles, incluso, “Airbnb firmó un convenio con el gobierno estatal pero al momento de cumplir con la obligación de darse de alta en el Registro Estatal de los Anfitriones, sus clientes, se han negado”, expuso.

Lo anterior genera precisamente la sospecha que no haya coincidencia entre el monto declarado como Impuesto sobre Hospedaje y el debido, así que en 2020, debido al proyecto piloto en Benito Juárez, todos los anfitriones tendrán que aceptar que manejan un negocio y así como los hoteles, deberán cumplir con las mismas obligaciones, “como lo hace un hotel de cinco habitaciones, lo mismo que la de unos quinientos cuartos o más”, añadió.

Insistió que Airbnb o cualquier otra plataforma no ha generado más turismo en Quintana Roo, solamente ha aprovechado de su exitoso programa de hotelería informal, sin contribuir a los parques públicos, limpieza de áreas verdes, alumbrado, combate al sargazo o mejor infraestructura turística, simplemente hay menos recursos que empobrecen al estado, ya que no pagan los impuestos y cuando lo hagan serán bienvenidos a la sana competencia.

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