Por Olivia Vázquez
El 2020 será de grandes retos para la industria hotelera que opera en el Caribe mexicano, por la mayor competencia que enfrentará en el mercado para atraer turismo y sostener niveles de ocupación favorables. La curva tarifaria tendrá que ser más amplia para subsistir en las temporadas bajas, cuando se volverá a sacrificar el precio. Este año, la caída en verano por los temas del sargazo y la inseguridad obligaron al sector a disminuir entre el 10 y hasta el 25% el costo de la habitación en el caso de algunos desarrollos, para alcanzar los presupuestos previstos este año, pero el próximo la competencia será más feroz, con la mayor infraestructura hotelera que se sigue dando.
La oferta, dijo Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, sigue creciendo y será necesario buscar mecanismos para que aumente en esa misma proporción el número de turistas, permitiendo a los negocios alcanzar sus presupuestos y sostener el nivel de ocupación y de generación de empleo que se tiene en los destinos y que supera en mucho la media nacional.
Este año, destinos como Cancún cerraron con un total de 35 mil 911 habitaciones en 157 hoteles, 600 más que la oferta que se tenía en 2018, pero a esta oferta se suman además otras 1,800 habitaciones que se mantienen en constante ocupación (según un estudio que realizó la Universidad Anáhuac, aunque Airbnb reconocía al menos 4,500 anfitriones en el destino) y que operan bajo el concepto de hospedaje residencial.
A nivel estatal, la oferta hotelera supera las 107 mil 210 habitaciones de hotel, 4.2% más en comparación con el año anterior, más un promedio de 30 mil habitaciones que se estima operan bajo el concepto de hospedaje residencial en todos los destinos.
Para el 2020, sin embargo, esta oferta seguirá creciendo y ya se tienen programadas otras 16 mil habitaciones más, muchas de ellas ya en construcción, que entrarán en operación en destinos del norte y sur del estado.
Esta oferta no contempla el crecimiento que se sigue registrando en la oferta residencial, y es el punto que causa la mayor preocupación para el sector hotelero de Cancún, que ve tambalear por primera vez en más de 15 años su sistema de todo incluido por la tendencia de viaje que muestra el mercado internacional y que lo obliga hoy a bajar el precio y aumentar experiencia y calidad en el servicio.
La caída del 15 al 25% en la tarifa se registró por primera vez en Cancún luego de un periodo de más de diez años en que se lograban incrementos importantes y que fenómenos como el sargazo y la mayor competitividad del mercado global, obligan al sector a revisar el precio para colocar la misma habitación a diferente precio de una temporada a otra; es decir, el mismo cuarto podría variar hasta dos mil pesos de una temporada a otra, o podría tener un precio más estable pero ofreciendo otros “plus” en sus servicios en las temporadas de mayor sacrificio.
En el caso del Caribe mexicano, ahora son los destinos de Tulum, Holbox y Bacalar los que pueden alcanzar un valor tarifario más alto por el tipo de experiencia y ambiente que ofrecen al visitante, no así los destinos masivos como Cancún y Riviera Maya, que dan brincos muy altos en sus tabuladores para poder garantizar al menos el 60% de operación durante las temporadas bajas.
Para el verano, el sector tendrá que ser muy creativo para no reportar disminuciones tan drásticas en el precio de habitación, pero mayoristas y tours operadores ya presionan desde hoy para tener el menor costo por el servicio y este comportamiento se seguirá viendo durante el resto del año.