Quintana Roo

De la Redacción

CHETUMAL, 8 de diciembre.- Derivado de su escasa vigilancia y su cercanía con la frontera de Quintana Roo, los distritos beliceños de Orange Walk y Corozal se han convertido en un punto estratégico para las operaciones de los cárteles de la droga, lo que queda demostrado con el reporte de al menos cinco narcoaviones que este año han aterrizado o se han estrellado en esos lugares.

El último caso fue el del pasado 6 de diciembre, cuando las autoridades beliceñas descubrieron una narcoavioneta totalmente calcinada cerca de la Villa de Chan Chen, en el distrito de Corozal, Belice, a pocos kilómetros del puente internacional México-Belice Chactemal.

La principal actividad del narcotráfico se ha centrado en el distrito de Orange Walk, especialmente en la zona del poblado Blue Creek, debido a su cercanía con la frontera de la ribera del río Hondo, por donde se introduce a Quintana Roo grandes cantidades de droga, la cual es distribuida en la Península de Yucatán, en territorio mexicano y también es enviada a los Estados Unidos.

Sin embargo, luego de que la policía y el Ejército beliceño reforzaron la vigilancia en Orange Walk, obligaron a los cárteles de la droga a buscar nuevos puntos ciegos en ese país, uno de ellos fue el distrito de Corozal, donde recientemente se encontró una narcoavioneta que fue quemada casi por completo.

El primer reporte de narcoavionetas en la frontera beliceña se tuvo el 19 de febrero de 2019, fecha en la que se encontró un narcoavión al sureste de Blue Creek, distrito de Orange Walk. La aeronave fue incendiada luego de que sus tripulantes lograron descargar y llevarse la droga.

Según los informes, los restos del avión fueron encontrados por granjeros menonitas, quienes inmediatamente llamaron a la policía. Al arribar al lugar, las autoridades beliceñas encontraron tres asientos de avión, tres contenedores de cincuenta litros y 12 contenedores de combustible de aviación en el área.

Unos meses después, el 21 de junio de 2019, los restos de una avioneta utilizada para el transporte de cocaína fueron encontrados incinerados en la zona de Blue Creek, distrito de Orange Walk, Belice, en los límites con México.

De acuerdo con fuentes extraoficiales, los restos correspondieron a los de una avioneta tipo Cessna, que utilizan los narcotraficantes que operan en la frontera México-Belice para transportar de 400 kilos a media tonelada de droga.

Luego, el 30 de septiembre del año en curso, un narcojet se estrelló en la localidad de Blue Creek, Belice, el cual se partió por la mitad luego del fuerte impacto.

El jet siniestrado es de la marca Gulfstream de color blanco, con las siglas PVO rotuladas a un costado de las turbinas, el cual intentó aterrizar en un camino de terracería la mañana del lunes 30 de septiembre, en el poblado beliceño ubicado en la zona fronteriza con la comunidad La Unión, Quintana Roo, México.

De hecho, a este accidente aéreo se le relaciona con el aseguramiento de casi una tonelada de cocaína valuada en 237 millones 600 mil pesos, la cual fue encontrada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en las inmediaciones de la comunidad Tomás Garrido, en el municipio de Othón P. Blanco.

El hallazgo y aseguramiento de la droga se hizo el 2 de octubre, tan sólo dos días después de que el narcojet se estrelló en Blue Creek, Belice, por lo que se presume que la mercancía está relacionada con el fallido aterrizaje de la aeronave.

Posteriormente, con tan sólo un día de diferencia, la Sedena realizó un nuevo decomiso el 3 de octubre del año en curso, ahora de unos 400 kilogramos de droga, que al parecer tenían relación con la cocaína que un día antes fue asegurada en las inmediaciones de la comunidad Tomás Garrido, en el municipio de Othón P. Blanco.

Luego, el 20 de octubre de este año, aterrizó otro narcojet en terrenos de Blue Creek, siendo la misma zona donde semanas antes descendió el narcoavión Gulfstream G2.

La madrugada de ese día fue encontrado abandonado un jet tipo King Air que aterrizó en un camino de terracería cerca de Blue Creek, distrito de Orange Walk, Belice, a poca distancia del poblado de La Unión, municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo.

Esta última narcoavioneta fue la séptima del año que se localizó en Belice y la vigésima desde 2018, aunque sólo se trata de las que por alguna razón no pueden volver a despegar, ya que son decenas de aeronaves que mes con mes sobrevuelan, aterrizan y descargan en la zona grandes cargamentos de droga, para después volver a despegar y desaparecer sin ser detectadas por los radares.

El avión que aterrizó para ese entonces fue un Hawker Siddeley 125, de características semejantes a un jet King Air, el cual fue abandonado en el área de Blue Creek.

En total, el gobierno de Belice ha acumulado una pequeña flota de aviones de droga abandonados, incluidos dos aviones HS 125, 2 Jets, 2 King Air, 2 Cessna 210 y 1 gaitero.

Ahora se suma la reciente narcoavioneta hallada en la Villa de Chan Chen, en el distrito de Corozal, igual muy cerca de la frontera con Quintana Roo.

La policía beliceña informó que la narcoavioneta fue quemada casi por completo para destruir cualquier evidencia, se trataba de un avión bimotor con matrícula N5461.

Por ser estos distritos beliceños regiones que colindan con el sur de Quintana Roo, se han convertido en un punto estratégico para las operaciones de los cárteles de la droga, los cuales aprovechan la débil vigilancia fronteriza para transportar e introducir grandes cargamentos de estupefacientes desde Belice hacia México.

En lo que va del año, la ribera del río Hondo, situada en el sur del municipio Othón P. Blanco y el norte de Belice, en especial la aldea Blue Creek ha sido una de las zonas preferidas por los traficantes para descargar mercancía ilegal, pero ahora también se sabe que operan en el distrito de Corozal.